Es noticia
LeBron, Curry y el séptimo partido: mucho más que un anillo en juego
  1. Deportes
  2. Baloncesto
séptimo partido de la final de la nba

LeBron, Curry y el séptimo partido: mucho más que un anillo en juego

Golden State Warriors y Cleveland Cavaliers se juegan esta próxima madrugada (02:00 horas, Canal+ Deportes) el título de la NBA en el séptimo partido de la final

Foto: Curry y LeBron se juegan el trono de la NBA (Bob Donnan/USA TODAY Sports)
Curry y LeBron se juegan el trono de la NBA (Bob Donnan/USA TODAY Sports)

La historia es conocida. Sucedió en el 2007, justo después de que los Cleveland Cavaliers perdieran la final de la NBA por 4-0 ante los San Antonio Spurs. Fue la primera de LeBron James, por entonces ya un superestrella a pesar de tener solo 22 años. Tras el partido, Tim Duncan, que acababa de ganar su cuarto anillo, lo consoló. "Esta será tu liga dentro de poco", le dijo. Regresó a una final cuatro años después, en 2011 (ganó la primera en 2012), y desde entonces las ha jugado todas. Solo ha ganado dos, pero no ha sido por él. En la última, la que está jugando contra los Golden State Warriors, ha metido 82 puntos en los dos últimos partidos para forzar el séptimo tras ir perdiendo por 3-1. Nunca antes un equipo ha remontado esa diferencia y ha acabado ganando la final.

La próxima madrugada (02:00, Canal+ Deportes), Warriors y Cavs, Curry y LeBron, lucharán por el anillo en el Oracle Arena de Oakland. No habrá más oportunidades, todo se decidirá en el séptimo partido. Pero habrá algo más en juego: el reinado de la NBA. Duncan acertó cuando le dijo aquellas palabras a LeBron hace casi una década, tampoco era muy complicado (en realidad ya era su liga), pero su reinado comenzó a tambalearse hace un año y medio con la irrupción de Stephen Curry.

Ambos nacieron en el mismo hospital, el Summa Akron City Hospital, pero no pueden ser más diferentes. LeBron se crió en Akron y su vida responde a la historia clásica de superación, al niño prodigio del baloncesto que se sobrepuso a sus orígenes para convertirse en el mejor. Pasó del instituto a la NBA y dominó desde el primero momento. Curry, en cambio, es hijo de jugador profesional. Nació en Akron porque su padre jugaba en los Cavaliers, pero creció en Charlotte, jugó en una universidad semidesconocida y tardó en explotar. Además, a diferencia de muchas estrellas de la NBA actual, nunca le faltó de nada. Eso, unido a su tono de piel más claro, ha sido una barrera con el resto de estrellas que ha tardado en ser superada.

La NBA es, más que ninguna otra competición, de sus jugadores. Y sobre todos se elevan ahora mismo Curry y LeBron. De alguna manera, en esta final, además del anillo está en juego el trono oficioso de la liga. Curry ha ganado los dos últimos 'MVP' (el segundo de ellos unánime), es la estrella del equipo con la mejor marca de la historia en fase regular, ha metido 400 triples en una temporada (récord) y, quizá lo más importante, ha ayudado a instaurar un nuevo paradigma, a revolucionar el juego. James es una jugador más clásico, capaz de hacer de todo y todo bien. Tiene dos 'MVP' de las finales, cuatro de la liga y un sinfín de reconocimientos. Pero sus detractores siempre encuentran algo que reprocharle.

Con LeBron siempre parece que pesan más sus derrotas que sus éxitos. Se recuerdan sus tres finales perdidas, pero se le resta valor a que haya jugado seis seguidas, por ejemplo. En la actual, contra los Warriors, ha encadenado dos partidos seguidos de 41 puntos para empatarla, algo que no había hecho antes ningún jugador. En esa situación límite, LeBron se ha echado el equipo a la espalda, como hizo durante toda la final del año pasado, y ha tirado para adelante sin mirar atrás.

Los 41 puntos de LeBron en el sexto partido.

Tras el primero de esos partidos de 41 puntos, muchos se preguntaron por qué LeBron no juega siempre así. Hay varias razones. La primera es que ni él puede mantener siempre ese nivel. Otro motivo es que no es ese tipo de jugador, al contrario, prefiere involucrar a sus compañeros. Solo en situaciones límite, como un 3-1 en la final (y sin Draymond Green enfrente), activa esa versión de jugador total en la que por momentos parece jugar uno contra cinco. Que le siguieran los que pudieran, debió pensar. Lo hicieron Kyrie Irving y Tristan Thompson (por el que James presionó para que fuera renovado a un precio que muchos consideraron desorbitado), la escasa ayuda que ha tenido en la final.

Pase lo que pase en el séptimo partido, LeBron ya ha demostrado, una vez más, que es uno de los más grandes de todos los tiempos y el 'dueño' de la liga desde hace una década. Sin embargo, el segundo anillo seguido de los Warriors de Curry, el mejor jugador de los dos últimos dos años, y un 'MVP' del base invitarían a pensar en un cambio de régimen. El partido de este domingo ayudará a aclararlo.

La historia es conocida. Sucedió en el 2007, justo después de que los Cleveland Cavaliers perdieran la final de la NBA por 4-0 ante los San Antonio Spurs. Fue la primera de LeBron James, por entonces ya un superestrella a pesar de tener solo 22 años. Tras el partido, Tim Duncan, que acababa de ganar su cuarto anillo, lo consoló. "Esta será tu liga dentro de poco", le dijo. Regresó a una final cuatro años después, en 2011 (ganó la primera en 2012), y desde entonces las ha jugado todas. Solo ha ganado dos, pero no ha sido por él. En la última, la que está jugando contra los Golden State Warriors, ha metido 82 puntos en los dos últimos partidos para forzar el séptimo tras ir perdiendo por 3-1. Nunca antes un equipo ha remontado esa diferencia y ha acabado ganando la final.

LeBron James
El redactor recomienda