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¿Fue una ilusión la mejora en el lanzamiento de Ricky Rubio?
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está tirando peor que la pasada temporada

¿Fue una ilusión la mejora en el lanzamiento de Ricky Rubio?

El base de los Timberwolves comenzó la temporada con un gran partido en el Staples ante los Lakers, pero sus problemas con el tiro no han desaparecido y le siguen lastrando

El pasado domingo, Ricky Rubio concentró en un partido todas sus virtudes y todos sus defectos. En los casi 28 minutos que jugó en la victoria de los Timberwolves en la cancha de los Nets, el base catalán repartió 15 asistencias, algunas como sólo él y un puñado más de jugadores saben dar (ver en el vídeo), pero también falló cinco de sus seis lanzamientos. Un día después, en Boston, estuvo aún peor: sólo anotó uno de nueve.

Esa falta de acierto está siendo habitual esta temporada: Ricky Rubio ha jugado 22 partidos y en siete (casi un tercio) ha anotado uno o ninguno de sus tiros. Seis de esos siete partidos han sido en diciembre, cuando se ha quedado sin anotar ninguno de sus lanzamientos en tres encuentros, algo que no le pasó ni una vez en el primer mes de competición.

Un problema mental

Su comienzo de temporada disparó el optimismo. En el estreno del curso, en el Staples Center, Ricky lideró la victoria ante los Lakers con 28 puntos y 14 asistencias, por números, uno de los mejores partidos de su carrera. Su acierto en el lanzamiento aquel día, un 58,8% fue inusual: en sus 224 partidos en la NBA, sólo ha llegado a ese porcentaje en 19.

En verano, en una entrevista en la 'CBSSports', Ricky Rubio reconoció que llegó a hartarse de que la gente hablara de su lanzamiento, algo que ya no le pasa, dijo. Sus palabras dieron la razón al diagnóstico que meses antes había hecho Mike Penberthy, reputado entrenador de tiro que los Wolves contrataron en 2014 para, entre otras cosas, ayudar al jugador español.

"El obstáculo de Ricky está en su mente. Cuando lees todo el tiempo que no eres un buen tirador, empiezas a creerlo, no importa lo fuerte que seas como jugador. Empiezas a dudar de ti mismo. Es el miedo a fallar, más psicológico. Eso se traduce en tu lenguaje corporal y en cómo tiras", explicó al diario 'Star Tribune'. Junto a Penberthy, Rubio mejoró su lanzamiento la pasada temporada, según reconoció él mismo, aunque no pudo demostrarlo debido a la lesión que sólo le permitió jugar 22 partidos. Tampoco en el curso actual se ha visto esa mejoría: su porcentaje de tiro efectivo 35,3% es el más bajo de su carrera, según datos de 'Basketball Reference'.

Mejor cerca del aro, peor desde media distancia

Los problemas de Rubio en el lanzamiento se resumen en un dato demoledor: en los últimos cincuenta años es el jugador con más de 5000 minutos jugados que peor porcentaje de tiro tiene. Con ese peso carga el base de El Masnou, algo que no le impide ser el jugador más influyente de su equipo. Los Wolves son mejores con él sobre el parqué. Según la estadística Real Plus-Minus que facilita 'ESPN' y que mide el impacto de un jugador cuando está en pista, Ricky es el 30º jugador de la NBA y el octavo base.

Al contrario de lo que se cree, el principal problema en el lanzamiento de Rubio no ha estado en la larga distancia, donde ha tenido y sigue teniendo muchas dificultades, sino cerca del aro. Ahí es donde sufre más. Esta temporada ha anotado 16 de sus 40 tiros en la zona restringida (el semicírculo alrededor del aro), un 40%. Ese porcentaje es casi veinte puntos más bajo que la media de la liga (59,4%), aunque mejor que el de la temporada pasada, en la que jugó sólo pudo jugar 22 partidos, los mismos que lleva en la actual. Entonces anotó 13/41, un 31,7%, cuando la media fue un 60,1, según datos de NBA.com/Stats. Esa mejoría puede explicarla la recuperación de su lesión de tobillo, lo que le permite encarar el aro con más garantías.

En cambio, desde la media distancia, su mejor lanzamiento y el que más intenta, ha empeorado. La temporada pasada anotó un 40,5%, ligeramente por encima de la media (39,6%), mientras que en esta lleva un 33,3%, seis puntos menos que el promedio. Es en la media distancia donde Ricky ejecuta el tipo de lanzamiento que le da mejor resultado: el 'pull jump shoot' (tiro en suspensión tras bote), con el que tiene un acierto del 50%. Sin embargo, en el mismo número partidos que el curso pasada (22), ha tirado 34 tiros menos desde la media distancia.

Lo 22 partidos que lleva jugados no son una muestra muy sólida, como tampoco lo son los de la temporada pasada, cuando encima jugó mermado, pero el base de los Wolves ha mejorado en su punto más débil y ha empeorado en el que más destacaba. Ricky Rubio tiene 25 años y acaba de comenzar su quinta temporada en la NBA. La mejora en el tiro que se presuponía que iba a llegar no lo ha hecho y su acierto sigue siendo muy bajo. Aunque su capacidad para dirigir y repartir juego (8,9 asistencias por partido) sigue intacta. Y eso ya es bastante.

El pasado domingo, Ricky Rubio concentró en un partido todas sus virtudes y todos sus defectos. En los casi 28 minutos que jugó en la victoria de los Timberwolves en la cancha de los Nets, el base catalán repartió 15 asistencias, algunas como sólo él y un puñado más de jugadores saben dar (ver en el vídeo), pero también falló cinco de sus seis lanzamientos. Un día después, en Boston, estuvo aún peor: sólo anotó uno de nueve.

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