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Los Golden State Warriors entran por la puerta grande en la historia de la NBA
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el mejor arranque de un equipo en la liga

Los Golden State Warriors entran por la puerta grande en la historia de la NBA

Golden State ganó a los Lakers por 111-77 y consiguió su 16ª victoria seguida: ya no sólo es el mejor campeón de la NBA, sino que los Warriors han firmado el mejor inicio histórico de ningún otro equipo

En los Golden State Warriors, el jugador con mejor porcentaje en la pintura es su base, Stephen Curry; su mejor quinteto es uno en el que no hay pívots; y su entrenador no es su entrenador, sino un ayudante (Luke Walton), porque su entrenador (Steve Kerr) está de baja por una lesión de espalda. En el mejor equipo de la NBA, cualquier cosa es posible.

Si había alguien que pensaba que el anillo conseguido la temporada pasada había sido un golpe de suerte, o al menos una anomalía, el comienzo de esta le estará sentando como un bofetón. Con su triunfo la pasada madrugada contra Los Angeles Lakers (111-77), los Warriors sumaron su 16ª victoria en 16 partidos, el mejor comienzo de la historia de la liga. Con el pitido final, el Oracle Arena de Oakland se cubrió de confeti azul y amarillo para celebrar una hazaña, ahora sí, sin precedentes en los casi 70 años de historia de la mejor liga de baloncesto del mundo.

"Es un logro especial cada vez que haces algo que no se ha hecho antes", dijo Stephen Curry, que acabó con 24 puntos y 9 asistencias, unos números 'terrenales' comparados con lo que ha conseguido casi en cada partido durante esa racha de 16 victorias.

¿Hasta cuándo van a seguir ganando los Warriors? "No va a ser un dominio total durante 82 partidos", respondió el base. "Cualquier cosa es posible. Llegará un momento en el que perdamos. Es natural ir hacia abajo", explicó Walton.

"Podría haber anotado 80 esta noche y no habría habido una maldita diferencia", dijo Kobe Bryant. El escolta de Los Angeles Lakers acabó con 14 puntos y un paupérrimo 1/14 en tiros de campo. Su actuación reflejó el nivel actual de su equipo, condenado a ser una mera comparsa en la fiesta de Golden State. Era improbable que los Lakers hicieran otra cosa que no fuera asistir desde la primera fila al espectáculo del mejor equipo de toda la NBA, y así fue.

Próximo objetivo, los Bulls de Jordan

Superado el récord de más victorias en un comienzo de temporada, la excelencia de los Warriors obliga a preguntarse qué otras marcas pueden superar. Las 16 victorias, sumadas a las cuatro con las que cerró el pasado curso, sitúan su actual racha en 20, una más que las conseguidas la temporada pasada por los Atlanta Hawks. A tiro tiene las 22 que los Houston Rockets encadenaron en la campaña 2007-2008, y un poco por encima las 27 de los Miami Heat en la 2012-2013. Más lejos, el récord de 33 que establecieron los Lakers de Wilt Chamberlain, Jerry West o Elgin Baylor en el curso 1971-1972.

En aquel equipo también estaba Pat Riley. Preguntado sobre los Warriors, el actual presidente de los Miami Heat (cinco veces campeón como entrenador y una como jugador) fue bastante claro. "Están en el comienzo de algo que puede ser una dinastía", dijo a 'Associated Press'. Y lo justificó: "Todos sus jugadores clave, todos, son jóvenes y tienen talento".

Es inevitable fantasear con la posibilidad de que los Warriors sean el equipo que rompa el que quizá sea el récord más legendario de la NBA: las 72 victorias y 10 derrotas en temporada regular que establecieron los Chicago Bulls de Michael Jordan en la temporada 1995-1996. En estos 20 años, la mejor marca es también es de los Bulls, que al año siguiente llegaron a 69-13. Desde entonces nadie ha pasado de 67, precisamente las conseguidas por Golden State la temporada pasada, los Mavericks en la 2006-2007 y los Lakers 1999-2000. ¿Podrán superar los Warriors ese récord? Quedan 66 partidos para comprobarlo.

En los Golden State Warriors, el jugador con mejor porcentaje en la pintura es su base, Stephen Curry; su mejor quinteto es uno en el que no hay pívots; y su entrenador no es su entrenador, sino un ayudante (Luke Walton), porque su entrenador (Steve Kerr) está de baja por una lesión de espalda. En el mejor equipo de la NBA, cualquier cosa es posible.

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