Es noticia
Nueva casa y nueva vida en Chicago para un Pau Gasol igual de competitivo
  1. Deportes
  2. Baloncesto
SUS NÚMEROS CONTINÚAN SIENDO ALTOS

Nueva casa y nueva vida en Chicago para un Pau Gasol igual de competitivo

Fueron seis años y medio en Memphis, y otros tantos en Los Ángeles. Ahora su maleta está en Chicago, guardada en alguno de los armarios de su nueva casa en el centro

Foto: Pau Gasol apuntó al anillo cuando fichó por los Bulls.
Pau Gasol apuntó al anillo cuando fichó por los Bulls.

Fueron seis años y medio en Memphis, y otros tantos en Los Ángeles. Ahora su maleta está en Chicago, guardada en alguno de los armarios de su nueva casa por el centro de la Ciudad del Viento. Pau Gasol estrena estos días habitación, salón, cocina y baño, paso obligatorio tras haber estrenado en verano vestuario y camiseta. Renovó ilusiones y objetivos cambiando el amarillo por el rojo. Y, después de una semana y tres encuentros defendiendo el escudo de los toros, poco más puede pedir. Está contento, su proceso de adaptación transcurre por el buen camino y si tiene que poner un ‘pero’ a su nueva etapa en Illinois es a su suplencia en los momentos finales y decisivos del choque frente a Cleveland. Quería jugar, ser determinante y ayudar al equipo con su protagonismo. Diferente camiseta, mismo Pau.

Vídeo: Mejores jugadas del último partido de los Bulls, ante Minnesota

Este verano, el examinador era Pau y el examinado, el equipo. “Todos tuvieron un compromiso real conmigo. Los jugadores con los que me entrevisté o hablamos por teléfono me demostraron que en la organización de los Bulls podría encajar perfectamente”. No buscó la complacencia de un último contrato 'fácil', para cumplir un objetivo raso y cobrar al final de año. No quiere salir del barro ni abandonar la idea de ganar el anillo siendo él uno de los protagonistas. Con un contrato de 22 millones de dólares en tres campañas, descartó cifras más suculentas para apostar por un equipo en el que “lo fundamental era que pudiese jugar más”. Su mentalidad competitiva ayuda a entender la pequeña decepción sufrida al final del partido ante los Cavaliers de LeBron. “No es buena señal no estar al final, porque eso significa que el entrenador no confía en ti al llegar los momentos más importantes”. Y es que Gasol eligió la ciudad de Chicago no por el “teatro y la ópera”, como señaló hace unos días Kevin Durant, más bien fue para “ganar, ganar y ganar. Y volver a ganar…” como decía Luis Aragonés. En Chicago y a sus 34 años, Pau saborea de la misma manera que siempre el baloncesto.

En la cancha no da pases con los ojos cerrados a Joakim Noah ni sabe al dedillo qué intenciones tiene Derrick Rose cuando coge el balón. Todavía está engrasando la maquinaria para hacerla funcionar al 100% lo antes posible. De la progresión y cohesión que pueda tener con el grupo dependerá el devenir de una franquicia que dominó la década de los 90 y que ansía ponerse un anillo que no logra desde 1998, cuando Michael Jordan –uno de los ídolos de Pau en la adolescencia- era el amo de la ciudad de Al Capone.

Mentor de Mirotic, su otra ‘función’

Dentro de este proceso -por su pasaporte y lengua materna-, tiene la tarea extra de hacer la vida más fácil a su compatriota Nikola Mirotic. Si para Pau el aprendizaje transcurre dentro de la pista –amén del ocio que pueda disfrutar en la tercera metrópoli de EEUU-, para el exmadridista se extiende a todos los ámbitos. Desde la comida, a las costumbres, horarios… Introducción a una cultura nueva en la que Pau está siendo su mentor. En este punto, la personalidad de Pau interviene positivamente para optimizar el rendimiento en pista del jugador nacido en Podgorica, Montenegro.

Pese a todos estos nuevos elementos que forman parte de la vida diaria del mayor de los hermanos Gasol, sobre la pista los números prácticamente son los mismos a los que tenía acostumbrado al espectador. No han cambiado sus más de 18 puntos por partido, sus cerca de 9 rebotes por choque o los 35 minutos que tiene de media en su carrera (en los Bulls promedia 34). Tampoco la efectividad en tiros de campo que gira en torno al 50%. En su decimocuarta temporada en la NBA y atendiendo a las estadísticas, su juego parece no haber sufrido el cambio, a la vez que sitúa en buen lugar la base a partir de la cual progresar.

Ha cambiado las gafas de sol y la Redondo Beach de Los Ángeles por la gabardina y los Grandes Lagos de Chicago. Una casa junto a la playa por otra en plena urbe. Los 20 millones de dólares que le ofrecían los Lakers por los 9 de los Bulls… Todo por pelear de nuevo el título. Las cuatro derrotas –en cuatro partidos- que lleva la franquicia angelina frente al prometedor 2-1 de su actual equipo dan la razón a un Pau que, pese a tener un entorno diferente, sigue siendo el mismo, como su dorsal.

Fueron seis años y medio en Memphis, y otros tantos en Los Ángeles. Ahora su maleta está en Chicago, guardada en alguno de los armarios de su nueva casa por el centro de la Ciudad del Viento. Pau Gasol estrena estos días habitación, salón, cocina y baño, paso obligatorio tras haber estrenado en verano vestuario y camiseta. Renovó ilusiones y objetivos cambiando el amarillo por el rojo. Y, después de una semana y tres encuentros defendiendo el escudo de los toros, poco más puede pedir. Está contento, su proceso de adaptación transcurre por el buen camino y si tiene que poner un ‘pero’ a su nueva etapa en Illinois es a su suplencia en los momentos finales y decisivos del choque frente a Cleveland. Quería jugar, ser determinante y ayudar al equipo con su protagonismo. Diferente camiseta, mismo Pau.

Pau Gasol Nikola Mirotic Chicago Bulls
El redactor recomienda