Pau Gasol quiere volver a ser feliz y pretende serlo al lado de su hermano Marc

Pau Gasol busca destino. Dicen que ya lo tiene decidido. Al menos el perfil de lo que quiere. Lo ha reconocido en público. "Busco un equipo con el que puedavolver a pelear por ser campeón". Además, el mejor jugador español de baloncesto de todos los tiempos, quiere encontrar un factor sentimental que sólo se lo pueden dar los Memphis Grizzlies. Y es que Pau quiere que los Gasol no sólo compartan el vestuario de la selección durante los veranos y también pretende hacerlo en el día a día de la NBA. Es su primera elección, pero hasta el 1 de julio el pívot no puede mover un dedo ni decantarse públicamente por equipo alguno, tal y como dicen las estrictas normas de la NBA.

El dinero tampoco va a ser impedimento alguno. Al menos, Pau no quiere que su cuantioso contrato pueda ser el factor determinante a la hora de elegir destino. Por primera vez en sus doce años en Estados Unidos puede ser él el que tome la decisión y su prioridad no va a ser el dinero. Sabe que no podrá acercarse a esos 19 millones de dólares de su último año en los Lakers. Está dispuesto a rebajarse el sueldo, todo con tal de jugar al lado de su hermano.

Marc, por cierto, siempre es más reacio a eso de juntar su carrera y la de su hermano. "Ya es mayorcito y seguro que elige lo mejor para su futuro". El pívot de Memphis nunca ha querido que se le reconociera como el hermano de Pau. Busca tener su identidad, algo que ha logrado en el mismo equipo en el que su hermano se inició en la NBA y en el que podría coincidir a partir del próximo mes de octubre.

Pau parece convencido a cerrar su etapa en los Lakers. Su último año, pese a sus buenos números cuando las lesiones le han permitido jugar, es algo que no podrá olvidar fácilmente. La presencia de Mike D'Antoni ha logrado poner a todo el mundo de acuerdo. Kobe Braynt no hizo más que alzar la voz en defensa de Gasol, pero el técnico no consideró pertinente la reclamación de ayuda hacia el español que el jugador franquicia realizó en diferentes ocasiones. Tanto fue el desdén que sintió hacia su técnico, que los dos últimos meses de competición no pisaba el Staples con tal de no ver la cara de D'Antoni.

El jugador español mantiene la calma. Va con su carácter. Otros estarían de los nervios. Pau sigue con su rutina con total naturalidad a la espera de ese 1 de julio, día que le permite elegir equipo y destino. Ni Juan Antonio Orenga se muestra preocupado, circunstancia que en veranos anteriores sí tenía inquieto al seleccionador de turno ante el posible cambio de equipo de alguno de los suyos. Sabe que nada va a cambiar el cambio del pívot.

En esa elección, además del factor emotivo que sería lo de encontrarse con su hermano, el criterio deportivo también tiene mucho que decir. Pau quiere un tercer anillo o por lo menos poder luchar por esa posibilidad, olvidando, de paso, esta última y penosa temporada. Cree que los Grizzlies son una franquicia en crecimiento y capaz de pelear por algo importante, tal y como sucedió dos años atrás, cuando peleó por el título de Conferencia.