El Gasol más 'enchufado' y enfadado no endereza a unos deprimentes Lakers

Pau Gasol está completando uno de los mejores meses de su carrera. El español es el mejor de unos Lakers a la deriva. Tras un mes de enero espectacular, Gasol se reivindica dentro y fuera de la pista. Sus números hablan por él, pero también ejerce de líder en el vestuario, con permiso del ausente Kobe Bryant. Con 20,5 puntos, 12,1 rebotes, 4,2 asistencias y 1,8 tapones, el ala-pívot de los Lakers está en un momento de forma propio de otros tiempos, de hace años. Pau vive su segunda juventud en la NBA.

Su aportación está fuera de toda duda, cuatro doble-doble seguidos, diez este mes y 22 esta temporada. Pese a que la conocida 'gira de los Grammys' por la Costa Este de Estados Unidos no ha acabado con buenos resultados colectivos, en el plano individual Gasol cumple con creces. Sin lesiones y totalmente aislado mentalmente de los rumores de traspaso después de que estuviera a punto de cerrarse su fichaje por Cleveland, Pau es un jugador determinante en la mejor liga del mundo. Hasta el 20 de febrero que cierra el mercado en la NBA la presencia del español en Los Angeles Lakers es una incógnita. Sin embargo, su revalorización es un hecho; ya sea para ser traspasado o para lograr una mejora de su contrato en verano, cuando será agente libre y decidirá su futuro.

La mejoría del de Sant Boi ha tenido mucho que ver con la llegada del base Kendal Marshall al equipo. El joven director de juego nutre de balones al español, que juega más cerca del aro y saca más partido de sus puntos fuertes. El propio jugador es consciente de que pasa por un momento espectacular, quizás el mejor en los últimos tres años.

Durante esta fase de siete partidos fuera de casa por la Costa Este, propiciados por la ocupación del Staples Center para la celebración de los Grammy, Gasol tuvo que poner las cosas claras. El equipo no funciona, las lesiones no han dejado a los angelinos desarrollar un juego estable y dar continuidad a sus jugadores y las estrellas Nash y Kobe apenas han aportado en lo que va de curso. Pese a este panorama desalentador, Gasol pide más a sus compañeros, al menos les pide entrega y esfuerzo.

Tras la derrota en Orlando, el español tuvo sus más y sus menos en el vestuario, su amigo Kobe Bryant lo deja claro: "Nunca he visto a Pau tan enfadado. Pero era algo que se veía venir. Esto no consiste en esforzarse lo suficiente, se trata de ganar la NBA, y ninguno de esos dos sentimientos existía en ese vestuario", explica Bryant. El líder de los Lakers justifica el enfado de Gasol. Tras una infección pulmonar y problemas en el pie, forzó para ayudar a los Lakers y a cambio ha recibido rumores de traspaso y la apatía de unos jugadores poco o nada implicados con el equipo. Compañeros arrastrados por la tónica negativa que tiene la franquicia esta temporada.

Los Lakers son el tercer peor equipo del Oeste. Con sólo 16 victorias y 29 derrotas, los playoffs comienzan a ser un sueño para los angelinos. La diferencia con la última plaza para la fase final de la conferencia, ocupada por los Dallas de José Manuel Calderón, es de nueve victorias y media. "Los playoffs son una utopía, no una obsesión. Están demasiado lejos, la Conferencia Oeste es muy competitiva y hay grandes equipos que están mucho mejor que nosotros y a no ser que la cosa cambie bastante rápido no sé si tendremos opciones", analizaba el español con realismo sobre el tema.

El martes, Indiana Pacers visita California y se verá si Gasol es capaz de mantener su alto nivel ante un equipo candidato al anillo, y especialmente ante Roy Hibbert, uno de los mejores pívots de la NBA. Para que los Lakers sean capaces de mantener la esperanza de acabar entre los ocho mejores equipos del Oeste los compañeros del catalán deben enchufarse ya. Con Pau solo no basta, aunque sea el mejor Pau de los últimos años.