Pau Gasol ha pasado a ser una simple mercancía y una cifra para los Lakers

Los Ángeles Lakers quieren el talento de Pau Gasol, pero lo quieren a coste cero. En California no molesta el pívot español, pero sí el dinero que gana. El sueldo de 19 millones de dólares es lo que se quiere ahorrar Mitch Kupchak para sacar a los Lakers de la lista de equipos que tienen en salarios más de 71 millones de dólares, lo que le implica pagar otros 12 como sanción. Por eso año tras año, Pau es el señalado cuando los dueños de la franquicia se dan cuenta que han vuelto a estrellarse a la hora de confeccionar una plantilla con exceso de púrpura y años.

La NBA y sus franquicias son empresas sin más. Eso del amor o la fidelidad a unos colores o a una ciudad es historia. Estados Unidos ve el deporte como un negocio para lo bueno y lo malo. Por un lado los jugadores cobran bien y al día, pero no tienen inconveniente alguno en señalar a alguien si consideran que molesta, ya sea por su rendimiento o por lo que cobra. Caso que sucede con Pau Gasol desde el verano de 2011. Calderón, referencia en Toronto, tuvo que salir del vestuario cuando iba a cambiarse para jugar un partido con los Raptors para subirse a un avión y viajar hasta Detroit. Así es la mejor Liga del mundo. Y eso tras ocho años jugando en Canadá.

Pau importa en Los Ángeles, pero lo que realmente pesa es el dinero que gana. Ser el octavo jugador mejor pagado de la NBA (19,2 millones de dólares) tiene su lado bueno porque reconoce el talento que tiene, pero llegado el momento aprieta y ahoga. Sin ese salario, el pívot español habría pasado una Navidad mucho más tranquila y con los mismos lujos. Gasol sabe que están negociando su traspaso y que ha dejado de ser un jugador, un 'all-star' para ser un simple número. Pau vivió hace seis años este momento pero a la inversa. Todo era felicidad y nadie cuestionaba lo que pudieran hacer con su futuro... ni con el de su hermano Marc, incluido en la operación sin que él pudiera abrir la boca.

El jugador mantiene la calma. Habla de rumores y, por primera vez, de un trato deshumanizado, tal y como escribió en Marca. Ayer se despertó con su 'fichaje' por los Cleveland Cavaliers, negado por los Lakers horas después, pero sabe que antes o después le tocará hacer la maleta porque en la NBA el jugador es el último en enterarse. Da lo mismo que seas el octavo mejor pagado del mundo. Eres un simple número. Así se siente Pau. Mientras, da la talla y salva a su equipo de hacer el ridículo evitando la séptima derrota consecutiva. Y es que a hacer mal las cosas están habituados dentro y fuera de la pista.