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‘Air’ Jordan cumple 50 años con la ‘amenaza’ de su retorno a las canchas
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EL MEJOR JUGADOR DE LA HISTORIA PODRÍA JUGAR UN PARTIDO CON LOS CHARLOTTE BOBCATS

‘Air’ Jordan cumple 50 años con la ‘amenaza’ de su retorno a las canchas

17 de febrero de 1963. Ésta es una fecha que todo gran aficionado al baloncesto debiera conocer y tener muy presente. Ese día nacía una estrella,

Foto: ‘Air’ Jordan cumple 50 años con la ‘amenaza’ de su retorno a las canchas
‘Air’ Jordan cumple 50 años con la ‘amenaza’ de su retorno a las canchas

17 de febrero de 1963. Ésta es una fecha que todo gran aficionado al baloncesto debiera conocer y tener muy presente. Ese día nacía una estrella, probablemente la más grande que haya dado nunca este deporte. Michael Jeffrey Jordan llegaba al mundo en el distrito neoyorquino de Brooklyn con un pan debajo del brazo. Desde muy joven comenzó a demostrar unas condiciones atléticas fuera de lo común, lo que hacía evidente que el muchacho iba camino de convertirse en deportista profesional. Ya en su época de la ‘high school’ practicaba todo tipo de disciplinas, baloncesto y béisbol, fundamentalmente, y todas ellas con una gran maestría.

Como suele ser habitual en Estados Unidos, las grandes estrellas del deporte americano comienzan a asomar en su época universitaria. Jordan, especializado en geografía en la prestigiosa Universidad de North Carolina, conquistó a los aficionados al baloncesto en la final de la NCAA (liga universitaria) ante Georgetown en 1982. El futuro escolta de los Bulls conquistó el título para North Carolina con una canasta en los últimos segundos, gracias a su habitual tiro en suspensión que nadie a lo largo de su carrera pudo parar. Aquello le valió sus primeros minutos de gloria, empezar a acaparar espacios en los medios de comunicación y, sobre todo, que los aficionados ya empezaran a moldear un nuevo ídolo.

A pesar de todo esto, en el Draft de 1984, Michael Jordan no fue elegido en el puesto número 1. Increíble pero cierto. Por delante de él fueron seleccionados Hakeem Olajuwon (Houston Rockets) y Sam Bowie (Portland Trail Blazers). El premio gordo fue para… ¡Chicago Bulls! La franquicia de Illinois estará eternamente agradecida a este día. No sólo se hacía con el mejor jugador de todos los tiempos, sino con una auténtica máquina de hacer dinero (su imagen a día de hoy genera millones de dólares).

Malditos Pistons

Aquello de la adaptación a la liga profesional fue un auténtico cuento chino para Michael Jordan. El 23 de Chicago fue una apisonadora desde el día de su estreno. En su temporada como rookie promedió 28,2 puntos, ahí es nada, lo que le valió entrar directamente en el quinteto titular de la Conferencia Este en el All Star Game de 1984. Mejor novato del año, obviamente, aquellos Chicago Bulls cayeron en primera ronda de play off ante Milwaukee Bucks.

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Aquel joven Jordan comenzaba a pulverizar registros. El primero, en partido de play off ante los Celtics de Larry Bird y compañía, donde el escolta de Brooklyn anotaba 63 puntos, la mayor cifra anotadora en un partido por el título. “He visto a Dios disfrazado de jugador de baloncesto”, fue la reacción de Bird tras aquel partido. Luego llegaría el récord de puntos en una temporada, igualando a Wilt Chamerlain, con más de 3.000 en la 85-86.

Pero esta primera época del escolta neoyorquino estaría marcada por sus tremendos duelos en la final de Conferencia con los Detroit Pistons. Aquellos ‘Bad Boys’ capitaneados por Isiah Thomas apartaron a los Bulls de varias finales, por lo que algunos pensaron que Michael Jordan no podría ganar un anillo si no cambiaba de equipo.

Época dorada y primera retirada

Pero Bulls y Jordan eran un matrimonio indisoluble. ‘Air’, como lo bautizó la firma deportiva Nike en una de las campañas publicitarias más famosas de la historia (actualmente es su propia marca), se había convertido en un Rey Midas. Económica y mediáticamente no había nadie como él, sólo le faltaba ese anillo que tanto se resistía y que llegaría de forma consecutiva en los años 1991, 1992 y 1993. Tres años consecutivos en los que Chicago se proclamaba campeón de la NBA y se erigía en un equipo para la historia con jugadores como Scottie Pippen, Horace Grant, John Paxson y dirigidos por el entonces poco conocido Phil Jackson.

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En pleno auge llegaba una decisión que haría tambalear los cimientos de la franquicia y de la propia NBA. El asesinato de su padre y la falta de motivación llevaron a Michael a anunciar su retirada (octubre de 1993). Intentó hacer carrera en el béisbol, con los Chicago White Sox, pero esta aventura no duraría demasiado, regresando a las canchas en marzo de 1995. Para sorpresa de todos, ‘Air’ lució el dorsal 45, ‘su’ 23 había sido retirado por los Bulls, aunque lo recuperaría meses más tarde.

Segunda etapa gloriosa y nueva retirada

Para satisfacción del comisionado de la NBA, David Stern, la liga volvía a retomar el interés perdido tras el año y medio de Jordan fuera de las canchas. El escolta regresó con el mismo hambre de siempre, lo que significó otros tres títulos más para los Bulls. Los anillos de 1996, 1997 y 1998 cerraban el círculo de un jugador imparable, irrepetible.

Con seis títulos NBA, dos medallas de oro olímpicas (Los Ángeles 1984 y Barcelona 1992) e infinidad de reconocimientos individuales, aquel ‘dios disfrazado de jugador de baloncesto’ ponía un nuevo punto y final a su carrera. Éste parecía definitivo, pero tampoco lo fue. Jordan se convirtió en el presidente de los Washington Wizards, franquicia con la que terminó jugando y donde, hasta ahora, ha sido la última vez que le hemos visto de corto.

Rumores de un tercer regreso

¿Puede que haya una nueva entrega de Michael sobre las canchas? La lógica dice que no y, a sus 50 años cumplidos hoy mismo, no parece muy adecuado que la gran leyenda del baloncesto mundial ponga en juego su prestigio por el hecho de volver, pero con Jordan nunca se sabe.

El rumor que ha corrido en las últimas semanas es que el exjugador estaría entrenándose muy duro para volver a jugar aunque tan sólo fuera un partido, en este caso con los Charlotte Bobcats, franquicia de la que es actual propietario. Vuelva o no, sea un rumor fundado o infundado, el caso es que siempre nos quedará en la retina acciones que sólo están al alcance de los mitos. He aquí una demostración…

17 de febrero de 1963. Ésta es una fecha que todo gran aficionado al baloncesto debiera conocer y tener muy presente. Ese día nacía una estrella, probablemente la más grande que haya dado nunca este deporte. Michael Jeffrey Jordan llegaba al mundo en el distrito neoyorquino de Brooklyn con un pan debajo del brazo. Desde muy joven comenzó a demostrar unas condiciones atléticas fuera de lo común, lo que hacía evidente que el muchacho iba camino de convertirse en deportista profesional. Ya en su época de la ‘high school’ practicaba todo tipo de disciplinas, baloncesto y béisbol, fundamentalmente, y todas ellas con una gran maestría.