Radiografía de una máquina de competir: por qué nadie se fía de España en el Mundial
Nadie da entre las grandes favoritas a la Selección de Sergio Scariolo. Pero, a la vez, ningún rival los quiere tener delante. La Familia se ha ganado a pulso el respeto internacional y, pese a las bajas, promete emociones fuertes en el Mundial
Como ocurrió en los dos últimos campeonatos no olímpicos, el Mundial de China 2019 y el Eurobasket del pasado año celebrado en Alemania, la Selección española no parte como la favorita destacada, al menos en los pronósticos, pese a ser la actual campeona del mundo. Pero parece apresurado, a priori, no concederle oportunidades al equipo de Sergio Scariolo, que ya ha demostrado con creces defenderse como gato panza arriba cuando vienen mal dadas. ¿Es algo romántico o, por el contrario, un hecho de justicia pensar en que se puede conservar el trono? En 2019, con Estados Unidos como sempiterno favorito, con jugadores como Donovan Mitchell, Kemba Walker o Jaylen Brown, y sin la veteranía del mejor jugador de la historia del combinado español, Pau Gasol, se realizó un torneo de fábula y se aplastó en la final a Argentina (95-75), con Ricky Rubio como MVP. El pasado septiembre, pese a estar fuera de las quinielas al contar con el adiós de los hermanos Gasol y las bajas por lesión de Rubio y Llull, el equipo se repuso conforme avanzó el torneo y se acabó llevando el oro con un trabajo colectivo aplaudido por todos.
Para el Mundial que arranca en tres días en Filipinas, Indonesia y Japón, España vuelve a contar con serias bajas. La más notable, la del jugador más valioso de la edición de hace cuatro años, con un problema de salud mental. Pero tampoco estará Lorenzo Brown en la misma posición, determinante el pasado Eurobasket en la dirección y por su capacidad para cambiar los partidos, anotar y superar oponentes en el uno contra uno. El base del Maccabi Tel Aviv arrastra una lesión que no se ha recuperado del todo desde el pasado curso, y esta canícula mantiene reposo por recomendación médica. A las ausencias propias, se ha de sumar la enorme entidad de los aspirantes a arrebatar la corona española, como la Eslovenia de Luka Doncic, la coral Francia, la emergente Alemania de los NBA Maxi Kleber o Dennis Schröder y, cómo no, la enigmática Estados Unidos, sin olvidar a combinados como Grecia o Serbia, pese a contar con las sensibles bajas de sus dos jugadores estrella: Giannis Antetokoumpo y Nikola Jokic, respectivamente.
En tal contexto, ¿qué se puede aspirar del actual campeón del Mundo? Analizamos los puntos fuertes y débiles del plantel dirigido por el de Brescia, una vez confirmados los 12 jugadores que conforman la lista que debuta en Yakarta, el próximo 26 de agosto, contra Costa de Marfil: Alberto Díaz, Juan Núñez, Santi Aldama, Joel Parra, Darío Brizuela, Alex Abrines, Sergio Llull, Juancho Hernangómez, Víctor Claver, Rudy Fernández, Usman Garuba y Willy Hernangómez.
Juan Antonio Orenga fue el entrenador de la Selección en el Mundial de España de 2014. El plantel, la localía y el rendimiento previo del combinado convertía a la Selección en una de las grandes candidatas a repetir el Oro de Japón cosechado en 2006. La primera fase fue impoluta, con cinco victorias aplastantes, y en octavos también se venció con holgura a Senegal. Si bien, llegó Francia —a quien se había ganado por 24 puntos de diferentes unos días atrás, en la primera ronda— y desbarató el sueño de los hermanos Gasol y compañía antes de lo previsto, en cuartos de final, con una exhibición de Boris Diaw. De aquel campeonato sobreviven cuatro jugadores: Llull, Abrines, Claver y el capitán, Rudy Fernández. "Lo que caracteriza a España en cada campeonato, ya sea en las selecciones de formación o en la Senior, es que siempre compite, siempre está ahí. Hay que considerarla una favorita, no para vencer con toda seguridad, pero sí para estar entre los candidatos", expresa el que fuera seleccionador nacional. Orenga, que actualmente entrena al TAU Castelló tras haber tenido relevantes aventuras en Egipto o China, recuerda que no se puede descartar a España de las medallas, y que basta recordar lo que ocurrió en el pasado Eurobasket: nadie la tenía en cuenta y se acabó llevando el entorchado a casa.
Juan Manuel Hurtado, más conocido como Piti, es una biblia de este deporte. Entrenador y comentarista, el cacereño sigue con atención todo lo que rodea a la Selección, y se muestra algo más cauto en el favoritismo de la Selección. "Es verdad que dado el bagaje previo que traemos en los últimos torneos, quedar cuartos puede parecer que no sería gran cosa, pero para mí quedar tercero o cuarto sería un éxito, sobre todo, debido a las bajas importantes que tiene España", explica.
Para tocar presea el combinado de Scariolo ha de superar en primera fase un grupo que, en un primer momento, parece asequible, ya que los rivales son Costa de Marfil, la República Islámica de Irán y Brasil. Los sudamericanos son los otros favoritos a pasar de ronda, aunque su plantilla no resulta tan temible como en ediciones anteriores, con el base NBA Raul Neto como uno de sus puntales, y muchos jugadores conocidos de la ACB, entre los que se encuentran Vítor Benite, Cristiano Felicio o el incombustible Marcelinho Huertas. En China 2019 no pudieron llegar a las rondas eliminatorias, tras ser superada por Estados Unidos y República Checa. Por otra parte, España vuelve a quedar encuadrada con la selección asiática, a la que vencieron hace cuatro años por 73-65. Los africanos parecen la cenicienta del grupo, y no compiten en un campeonato del mundo desde 2010, cuando fueron vigésimos. No deberían causar los elefantes grandes problemas a la vigente campeona en el día del debut.
Ricky Rubio deja en incógnita la dirección
Ricky Rubio es uno de los jugadores más queridos tanto dentro como fuera de las pistas. El comunicado en que expresaba su ausencia en el campeonato con el propósito de cuidar su salud mental fue un golpe para los aficionados y sus compañeros. Es algo a lo que ya se tuvo que reponer La Familia en el último Eurobasket. "La baja de Ricky es muy importante, porque habría sido tanto el líder espiritual del equipo como el líder dentro de la cancha. Es una baja relevante, que se notará", explica José Manuel Puertas, autor del pódcast Tirando a Fallar, colaborador del Ideal de Granada y la revista Gigantes del Basket. El puesto de uno es, para este, donde la actual España tiene su talón de Aquiles, ya que a la baja del de Masnou se ha de sumar la de Lorenzo Brown, determinante en el oro cosechado en Alemania.
Para suplir a los caídos aparecen en el puesto Alberto Díaz y Juan Núñez. Son dos jugadores de los que se espera mucho. El de Unicaja Málaga ya demostró con creces en el último torneo que es un puntal defensivo impagable, mientras que el canterano blanco es una promesa del baloncesto aún por pulir. Ambos aportarán mucho, en opinión de Puertas, pero España echará de menos caudal de puntos y generación de juego: "Venimos de dos torneos donde Rubio fue MVP en el Mundial y Lorenzo Brown a punto estuvo de serlo en el Europeo. España se va a tener que acostumbrar a jugar a otra cosa distinta a lo que jugaron en estos campeonatos, donde ellos fueron capitales. La generación del puesto del uno es más floja que en otros casos, pues Alberto Díaz no es un gran generador", afirma.
También los dos entrenadores, Ortega y Hurtado, señalan el puesto de base como el punto débil del combinado. Para el primero es importante que jugadores como Llull den aquí también un paso adelante, por su veteranía, mientras que el segundo cree que España echará en falta ese jugador habilidoso diferencial al que darle el balón y desentenderse, capaz de generar juego de la nada, cual demiurgo. "Nos falta talento en el uno contra uno sin ventaja, más allá de lo que te pueda dar un Brizuela para momentos clave o Willy, que sí que puede jugar en poste bajo con buena capacidad. Creo que el equipo tiene que jugar muy bien tácticamente para conseguir esas ventajas", afirma Hurtado.
"Nos falta talento en el uno contra uno sin ventaja, más allá de Brizuela o Willy"
Con la baja de Brown y Rubio, Scariolo no tardó en confirmar que Alberto Díaz y Juan Núñez serían los dos bases que viajarían al Este asiático. El jugador del Ratiopharm Ulm es una de las esperanzas futuras de la Selección, y su estreno en el Mundial era, hace unas semanas, algo inesperado. Sí estaba previsto la llegada del otro gran debutante, Santi Aldama, tras su excelente curso en la NBA. En ellos estarán puestos muchos ojos.
Es una situación anómala la que se da con España en el presente Mundial, el hecho de que sean dos recién llegados las figuras que vayan a tener, sobre el papel, gran peso a lo largo del campeonato. El base madrileño, pese a sus 19 años, ya ha demostrado que es capaz de ofrecer grandes noches de gloria. Así lo hizo, sin ir más lejos, en el último test de preparación de la Selección antes de viajar a Yakarta, en el amistoso de Granada contra República Dominicana, siendo el máximo anotador con 16 puntos y grandes acciones. Sin embargo, darle más peso del recomendable a un debutante tan joven puede ser contraproducente: "Debemos esperar momentos brillantes, de juego lírico, pero sin cargarle de gran responsabilidad. Con la misma edad Sergio Rodríguez jugó el Mundial de Saitama y, si hay un momento de revolucionar el partido, se puede tirar de él, pero nos equivocamos si pensamos en él como un base titular de 25 minutos. Creo que hay un jugadorazo dentro de Juan Núñez, pero no creo que debamos esperar que sea el gran referente de la Selección", opina Hurtado.
Pese a querer quitar presión a la mochila de Núñez, lo cierto es que su papel podría ser un termómetro decisivo para medir las opciones de la Selección. Es algo que comparten los tres expertos consultados, que también ven grandes posibilidades en lo que pueda sumar Aldama. El canario ha jugado bien en los partidos de preparación y debe ser uno de los líderes estadísticos de la Selección, en opinión de Puertas. Orenga cree que su experiencia y buen hacer en la franquicia de Tennessee, donde ha jugado 77 partidos en la temporada con un promedio de más de veinte minutos y nueve puntos, será vital para España, mientras que Hurtado explica que para la suerte de España será clave que se lo crea y dé un paso adelante, aunque considera injusto pedirle tanto al jugador, ya que apenas es un recién llegado a la disciplina de la Selección.
¿Aún quedan haters de la gestión de Sergio Scariolo en el banquillo español? Si es así, se podrán contar con los dedos de una mano, pues ante cada campeonato el engominado seleccionador ofrece razones para sumarse a su grupo y no dudar de sus decisiones. La impecable gestión en Alemania 2022, con el triunfo continental pese a las limitaciones y las paupérrimas previsiones de partida, es el último mérito a añadir a una trayectoria repleta de oros con el combinado nacional: al del pasado estío se ha de sumar el oro europeo de Polonia 2009, el de Lituania en 2011, el de Francia en 2015 y, claro, el Mundial festejado hace un póker de años en Pekín. Ha conformado un equipo que es puro rigor táctico, y en esto reside uno de los grandes pilares.
Otra de las claves de la Selección reside en su polivalencia. Frente a los enigmas surgidos en la dirección por las razones referidas, aparece la veteranía y la solidez de las zonas restantes. "La línea de exterior es muy polivalente, con jugadores grandes, rápidos y fuertes, con capacidad de anotación, como Brizuela, Parra o Abrines", expresa Orenga. Hurtado afirma que Willy también puede hacer daño en el poste —no conviene olvidar, de hecho, que fue el MVP del pasado Eurobasket— y añade la importancia de destacar la experiencia en la actual Selección: "Hay que confiar también en ese saber ganar de Llull y Rudy y lo que puedan aportar al equipo, ya que son ganadores de una estirpe legendaria", añade el entrenador y analista. Puertas también cree que los dos jugadores del Real Madrid deben ser los líderes en lo emocional y que los hermanos Hernángomez deben ser puntales de la Selección, como ya demostraron el septiembre pasado.
Los cinco partidos jugados por la Selección en Madrid, Granada y Málaga han dejado buenas sensaciones, más allá de los resultados. Además de los convocados, en ellos intervinieron tres de los cuatro descartes, Alberto Abalde, Jaime Pradilla y Jaime Fernández, y solo Sebas Saiz no se llegó a vestir de corto. El balance de tres victorias y dos derrotas, no obstante, no inquieta, ya que en los tropiezos se compitió bien, tanto contra la todopoderosa selección estadounidense como con la vecina Canadá: "El partido contra Canadá ha sido fantástico, ya que es una selección que claramente tiene que estar arriba y se ha jugado muy igualado todo el partido", define Piti.
El primer test fue contra Venezuela, en la capital, combinado al que se venció sin problemas, y que también competirá en el Mundial. Después se derrotó a Eslovenia, también con un gran margen, pese a los 17 puntos de Doncic. Por último, el pasado 19 se cerró la gira contra la República Dominicana, en un partido con tensión y vaivenes. De estas semanas previas, se pueden extraer conclusiones positivas, como el poderío que ha mostrado Santi Aldama, los buenos minutos que ha ofrecido en momentos el joven Núñez, o el gran momento en que parece llegar el reciente fichaje del Panathinaikos, Juancho Hernangómez, que ha visto aro con facilidad.
Pero todo cambia cuando empieza la competición. Así lo expresa Hurtado, que explica que cuando arranquen las rondas eliminatorias será como empezar de cero, y también lo ha confirmado Scariolo, que tendrá que volver a enfundarse el traje de mago y sacar de la chistera el truco definitivo para hacer que España brille y reine como ha acostumbrado a la afición en los últimos. No será fácil, pero si algo han demostrado cuerpo técnico y jugadores es que son posibles de hacerlo. Veremos si se cumple eso de que no hay dos sin tres.
Como ocurrió en los dos últimos campeonatos no olímpicos, el Mundial de China 2019 y el Eurobasket del pasado año celebrado en Alemania, la Selección española no parte como la favorita destacada, al menos en los pronósticos, pese a ser la actual campeona del mundo. Pero parece apresurado, a priori, no concederle oportunidades al equipo de Sergio Scariolo, que ya ha demostrado con creces defenderse como gato panza arriba cuando vienen mal dadas. ¿Es algo romántico o, por el contrario, un hecho de justicia pensar en que se puede conservar el trono? En 2019, con Estados Unidos como sempiterno favorito, con jugadores como Donovan Mitchell, Kemba Walker o Jaylen Brown, y sin la veteranía del mejor jugador de la historia del combinado español, Pau Gasol, se realizó un torneo de fábula y se aplastó en la final a Argentina (95-75), con Ricky Rubio como MVP. El pasado septiembre, pese a estar fuera de las quinielas al contar con el adiós de los hermanos Gasol y las bajas por lesión de Rubio y Llull, el equipo se repuso conforme avanzó el torneo y se acabó llevando el oro con un trabajo colectivo aplaudido por todos.
Para el Mundial que arranca en tres días en Filipinas, Indonesia y Japón, España vuelve a contar con serias bajas. La más notable, la del jugador más valioso de la edición de hace cuatro años, con un problema de salud mental. Pero tampoco estará Lorenzo Brown en la misma posición, determinante el pasado Eurobasket en la dirección y por su capacidad para cambiar los partidos, anotar y superar oponentes en el uno contra uno. El base del Maccabi Tel Aviv arrastra una lesión que no se ha recuperado del todo desde el pasado curso, y esta canícula mantiene reposo por recomendación médica. A las ausencias propias, se ha de sumar la enorme entidad de los aspirantes a arrebatar la corona española, como la Eslovenia de Luka Doncic, la coral Francia, la emergente Alemania de los NBA Maxi Kleber o Dennis Schröder y, cómo no, la enigmática Estados Unidos, sin olvidar a combinados como Grecia o Serbia, pese a contar con las sensibles bajas de sus dos jugadores estrella: Giannis Antetokoumpo y Nikola Jokic, respectivamente.