Animan, consumen... y, además, los finlandeses entienden las protestas laborales

Los 8.000 finlandeses que invaden Bilbao estos días les convierten en la afición más numerosa sin contar a la de España. Esta razón de peso fue el motivo por el que la FIBA invitó al país de Petteri Koponen. Los finlandeses se han convertido en los turistas perfectos: consumen mucho y no se quejan ni protagonizan conflictos. Es más, los entienden cuando les tocan de cerca. Y es que en el Hotel Ercilla, punto de encuentro de Finlandia, se están viviendo una serie de reivindicaciones laborales que provocan que el servicio no esté al cien por cien. Un hecho que puede que a algunos clientes les molestase, pero no es el caso de los finlandeses que se han mostrado muy comprensivos.

Desde que el Mundial arrancó, en Bilbao se habla finlandés y es que la ciudad vasca se ha convertido en la capital de este país nórdico. Representan, prácticamente, la mitad del aforo del BEC de Barakaldo con capacidad para 15.000 espectadores y tendrán parte de la ‘culpa’ de los 30 millones de euros que dejará el baloncesto en Bilbao. Finlandia está siendo la encargada de poner el color en las calles mientras que su base de operaciones se encuentra en el Hotel Ercilla, situado en pleno centro de Bilbao, cerca de la antigua ‘Catedral’ y del nuevo San Mamés.

Hasta dicho establecimiento parece que han trasladado Finlandia pues allí se encuentra la tienda oficial de la selección, un puesto de información turística para los aficionados y en el exterior, una pequeña carpa con una barra. Además, por las noches, la discoteca del hotel, con un aforo de mil personas, es territorio finlandés. El único ‘pero’ que podrían poner a su estancia son los paros en el servicio que están sufriendo y que ya conocían pues fueron avisados de antemano. Con motivo de una serie de reivindicaciones laborales a lo largo de esta semana (martes, miércoles y jueves) están teniendo lugar algunas protestas que impiden que el hotel funcione al cien por cien. Y los finlandeses lo han entendido y lo llevan bien.

Aprovechando la repercusión del Mundial de Baloncesto, los trabajadores han decidido hacer tres parones en su lucha laboral. Al parecer, el conflicto nace cuando la empresa pide a los trabajadores que renuncien a la paga que recibían al final del verano para poder hacer frente a los pagos que acumulaban. La plantilla del hotel accedió y según informa Herrikolore, el hotel contestó eliminando el convenio. El siguiente paso parece que ha sido la subida de sueldos de los directivos y el cierre de algunas líneas de negocio para hacer frente a las deudas que acumularía la empresa. Finalmente, el año pasado llegaron los recortes que afectaron, por ejemplo, a los sueldos y a las bajas.