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La baja de Paul George siembra de dudas a una 'mermada' selección estadounidense
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un jarro de agua fría para la gran favorita

La baja de Paul George siembra de dudas a una 'mermada' selección estadounidense

La lesión del alero de los Pacers llena de incertidumbre a un equipo que deberá estrujarse los sesos para ofrecer su mejor versión en el Mundial

Foto: Paul George, inmovilizado, es retirado en camilla del Thomas & Mack Center de Las Vegas.
Paul George, inmovilizado, es retirado en camilla del Thomas & Mack Center de Las Vegas.

Durante la pasada semana, tras los espectaculares entrenamientos de la selección estadounidense en Las Vegas, Kevin Durant, James Harden y Paul George alargaban las sesiones retándose en intensos uno contra uno . Los tres se mostraban encantados de poder medir sus fuerzas al lado de los mejores, desprendiendo una voracidad y ambición en sus movimientos que no dejaban lugar para la relajación. El Mundial está cerca y las estrellas NBA quieren ser campeones del mundo. Sin embargo, el cielo se ennegreció el pasado viernes en la animada concentración del ‘USA Team’. Divididos en dos equipos, los 19 jugadores que forman el roster se midieron en un partido de entrenamiento disputado en el Thomas&MackCenter, una de las casas de la Universidad Nevada-Las Vegas. Todo era alegría y alboroto hasta que el espectáculo frenó a 9:30 del final. James Harden iba en tromba hacia el aro. Paul George se aproximaba por detrás ansioso por colocarle un tapón para la posteridad pero naufragó en el intento. En el aterrizaje, su pierna derecha, a merced del impulso del atleta, impactó con el soporte de la canasta antes de partirse y estremecer a los allí presentes.

Tras ser atendido sobre la pista, fue inmovilizado y llevado al Sunrise Hospital, donde fue operado con éxito y en cuyas instalaciones permanecerá los próximos tres días. En el parqué, Mike Krzyzewski agarraba el micrófono y daba por concluida la exhibición ante la gravedad de la lesión y por respeto a George y su familia. La mala fortuna acababa de dejar KO a uno de los fijos en la lista de 12 jugadores que representarán a Estados Unidos en el Mundial. Un jarro de agua fría en la línea de flotación yanqui. Durante todo el ‘training camp’, con el ‘small ball’ por bandera y la defensa zonal como disfraz ante la ausencia de centímetros en la pintura, el veterano técnico de Duke probó un cinco formado por Derrick Rose, James Harden, Paul George, Kevin Durant y Anthony Davis. La baja de Geoge rompe el orden establecido tras las confirmadas ausencias de piezas destacadas como: Kevin Love, Blake Griffin, LaMarcus Aldridge y Kawhi Leonard.

George dotaba de garantías defensivas un perímetro que ahora, con hombres como Chandler Parsons, Klay Thompson o Gordon Hayward no ofrecen las mismas prestaciones que el alero de los Pacers. El fondo de armario no luce tanto y ahora el staff técnico (Krzyzewski, Jim Boeheim,Thibodeau y Monty Williams) junto al director general de USA Basketball, Jerry Colangelo, deberán estrujarse los sesos para ofrecer su mejor versión en el Mundial. Su idea era dejar la lista de 20 jugadores que integran la preselección en 14 o 15, pero la lesión de George trastoca los planes. "Hemos aplazado cualquier decisión. No sería apropiado hablar ahora de sustitutos después de una lesión como ésta", destacó Coach K en una rueda de prensa junto a Colangelo posterior al partido. Hasta nueva orden, los jugadores dispondrán de más de una semana de descanso antes del próximo entrenamiento conjunto que tendrá lugar el día 14 en Chicago.

Pese a este revés, como mencionó el propio Krzyzewski días antes del infortunio, hay que recordar que Estados Unidos ganó su cuarto oro hace cuatro años en Turquía jugando con cuatro pequeños y con Durant gozando de patente de corso en ataque. La jugada les salió a la perfección y el alero de los Thunder lo reventó: 33 puntos a Rusia en cuartos, 38 (igualando el récord del torneo) a Lituania en semis y 28 a Turquía en la final (64-81). “Estados Unidos es el principal favorito, pero sólo si juega con seriedad. Dependerá exclusivamente de su juego. Si se relaja, hay varios equipos que le pueden morder". Arvydas Sabonis sabe lo que dice. Y es que, con George o sin George, que nadie duda de que las fichas con las que jueguen los americanos van a ser extremadamente competitivas.

Atendiendo a la gravedad de la lesión, los expertos estiman un tiempo de recuperación que oscila entre los 12 y los 18 meses. Plazos que se verían reducidos en el caso de atletas de élite que se encuentran en plenas facultades físicas. De entrada, el doctor Patrick Kersey, el mismo que trató a Kevin Ware tras su escalofriante lesión en 2013, adelantaba que, de entrada, George requerirá entre seis y doce semanas para recuperarse de la operación. Periodo al que habría que sumar entre otras seis y diez semanas para poder verle andar con normalidad. En el caso del jugador de la Universidad de Louisville, a los seis meses de la escalofriante lesión se le pudo ver machacar durante un entrenamiento y un mes después pudo retornar a las canchas.

Ahora, el mayor problema para los Pacers será controlar la ambición y los fervientes deseos de su jugador a la hora de regresar al parqué. “Es un reto porque los deportistas siempre quieren acortar los plazos previstos. La cuestión es cómo de rápido puede volver. Necesita curarse. Primero, tiene que retomar su rutina fuera del ámbito deportivo. Después, su cuerpo tiene que trabajar de forma eficiente y, una vez que las piezas estén en su lugar, podrá empezar a entrenar”, explicaba Kersey en declaraciones recogidas por el New York Times. Una postura conservadora que representa una garantía de éxito.

Para calmar la ansiedad basta con mirar a su alrededor. Tras romperse el ligamento cruzado anterior de su rodilla izquierda, su compañero en la selección estadounidense, Derrick Rose, no quiso forzar la máquina y, pese a contar con el alta médica, prefirió esperar al curso siguiente, desechando la opción de jugar con los Bulls en los playoffs de 2013. Otro factor, no menos importante, reside en el influjo de la diosa fortuna. En el caso del MVP más joven de la historia, la cautela no pudo con los antojos del destino. Cuando sólo sumaba 10 apariciones desde su regreso el menisco de su rodilla derecha dijo basta y volvió a dejarle en el dique seco durante el resto de la presente temporada. Ahora seduce a todos con su exuberante explosividad y no se cansa de repetir que ha vuelto para quedarse. Un espejo para George de cara a un tedioso proceso de recuperación donde la autoestima no será demasiado boyante.

El amante de Kobe que vive a la sombra de Durant y LeBron

“No hay duda del impacto que supondrá (la baja de Paul George) en nuestro equipo, pero nuestra meta es estar plenamente convencidos de que Paul regresará. Nuestra franquicia ha tenido contratiempos en su historia pero ha demostrado sus habilidades para reponerse. […] Cualquier debate sobre el futuro de nuestro equipo sería inapropiado en este momento. Nuestro foco está centrado únicamente en Paul y en hacer todo lo posible para ayudarle”. A través de un comunicado emitido en la mañana del sábado, los Indiana Pacers, de la mano de su presidente, Larry Bird, lamentaban el revés que supone la lesión de su mejor jugador. Además, en el escrito, el legendario alero de los Celtics constataba el compromiso de la franquicia que dirige con el equipo nacional en aras de lograr un “éxito global” para el país.

Pese a la diplomacia y más allá del mencionado impacto de cara a la cita mundial, el equipo que le paga echará en falta a una de las estrellas emergentes dentro de la NBA. Muy probablemente uno de los mayores talentos de la Liga a nivel individual por detrás de LeBron y Durant. Elegido en el puesto número 10 por los Pacers en el draft de 2010, a lo largo de sus cuatro temporadas en la Liga ha ido dibujando una línea ascendente que ha tenido que frenar en seco. Aunque aterrizó con 20 años y con un papel secundario, poco a poco fue encontrando su sitio a base de trabajo y sacrificio. Para ello, el californiano (Palmadale, 1990) siempre tuvo como referencia a Kobe Bryant y la voracidad del escolta de los Lakers por mejorar cada día y convertirse en el mejor. En su tercer año, los constantes problemas físicos de Danny Granger, termómetro de los Pacers hasta la explosión de George, le sirvieron para asumir el papel de líder. En casi 38 minutos en pista, el ‘24’ se fue a los 17,4 puntos, 7,6 rebotes, 4,1 asistencias y 1,8 robos. Todo, con los Pacers poniendo contra a las cuerdas en las Finales del Este (4-3) a unos Heat a la postre campeones. Un progreso que le valió para ser reconocido como ‘Jugador Más Mejorado’ (Most Improved Player) de la Liga, además de jugar su primer All-Star, formar parte del ‘Tercer Mejor Equipo NBA’ y del ‘Segundo Mejor Equipo Defensivo’.

Un estatus sobre la cancha que quedó refrendado en su cuenta corriente con una extensión de contrato estelar: cinco años a cambio de 90 millones de dólares a contar a partir de la próxima campaña. El día de su renovación, Bird, mostraba su alegría deshaciéndose en elogios hacia su jugador. "Paul representa no sólo lo que nuestro equipo y franquicia necesita, sino lo que un deportista profesional debería ser. Trabaja cada día para ser lo mejor que puede ser, como jugador, como compañero, como persona y como representante de esta franquicia". Un diamante en bruto sobre el que cimentar el siguiente nivel para la franquicia de Indianápolis.

Caprichos del destino, el pasado miércoles, Paul George concedía una entrevista al periodista de Yahoo Sports, Marc J. Spears. Una charla enfocada a sus objetivos de cara a la próxima temporada con los Pacers. En su cabeza todavía pesa la eliminación en la Final del Este por segundo año consecutivo a manos de los Heat. “Estábamos jugando el mejor baloncesto de nuestras carreras y de la historia de los Pacers en general. Para nosotros fue duro no terminar el año en el lugar donde empezamos”, reconocía aludiendo al desmoronamiento de un equipo que arrancó el curso con un formidable balance de 40-11. Luego llegaron la lucha de egos y los escándalos extradeportivos para, en buena parte, desunificar el grupo y tirar por la borda un trabajo excepcional puesto en práctica durante meses.

Ahora, confirmada la salida de Lance Stephenson rumbo Charlotte Hornets, George sentía que era el momento de dar un paso al frente y ser más agresivo de cara al aro. “De cara a la próxima temporada necesito moverme entre los 25 y 30 puntos por noche. Tengo que regresar a los tiempos del viejo Kobe y de Tracy McGrady, y ser un jugador de 25 tiros por partido”, comentaba el jugador que durante la temporada pasada acreditó unos guarismos de 21,7 puntos (17 tiros de campo por noche), 6,8 rebotes, 3,5 asistencias y 1,9 recuperaciones de balón. Por último, sobre el regreso de LeBron a Cleveland, su verdugo en tres de sus cuatro participaciones en la postemporada, comentó que abriría el abanico de equipos contendientes para llegar a las Finales. Con su ausencia, los Pacers tendrán muy complicado formar parte de ese selecto grupo. Obsesiones, sueños e ilusiones que, por desgracia para sus intereses, deberán posponerse.

Durante la pasada semana, tras los espectaculares entrenamientos de la selección estadounidense en Las Vegas, Kevin Durant, James Harden y Paul George alargaban las sesiones retándose en intensos uno contra uno . Los tres se mostraban encantados de poder medir sus fuerzas al lado de los mejores, desprendiendo una voracidad y ambición en sus movimientos que no dejaban lugar para la relajación. El Mundial está cerca y las estrellas NBA quieren ser campeones del mundo. Sin embargo, el cielo se ennegreció el pasado viernes en la animada concentración del ‘USA Team’. Divididos en dos equipos, los 19 jugadores que forman el roster se midieron en un partido de entrenamiento disputado en el Thomas&MackCenter, una de las casas de la Universidad Nevada-Las Vegas. Todo era alegría y alboroto hasta que el espectáculo frenó a 9:30 del final. James Harden iba en tromba hacia el aro. Paul George se aproximaba por detrás ansioso por colocarle un tapón para la posteridad pero naufragó en el intento. En el aterrizaje, su pierna derecha, a merced del impulso del atleta, impactó con el soporte de la canasta antes de partirse y estremecer a los allí presentes.

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