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Descubriendo al joven Pablo Laso: cuando era una 'pulguita' que no llegaba al aro
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esta semana juega la final four en vitoria

Descubriendo al joven Pablo Laso: cuando era una 'pulguita' que no llegaba al aro

Xabier Añua, que lo hizo debutar en el Baskonia en la temporada 1984-1985, repasa la trayectoria del técnico, que este fin de semana jugará la Final Four de la Euroliga en su ciudad

Foto: Pablo Laso ya ha ganado dos Euroligas con el Real Madrid. El próximo fin de semana, en Vitoria, puede ganar la tercera. (EFE)
Pablo Laso ya ha ganado dos Euroligas con el Real Madrid. El próximo fin de semana, en Vitoria, puede ganar la tercera. (EFE)

"Tengo dudas, no sé si en aquella época vivían en mi casa Pepe (Laso) y su mujer". La frase la pronuncia Xabier Añua, que conoce bien a Pablo Laso porque lo vio nacer, lo hizo debutar en el Baskonia con 16 años y ahora disfruta desde la distancia de sus éxitos en el Real Madrid, que el próximo fin de semana jugará la Final Four de la Euroliga en Vitoria. Con el título europeo en juego, Laso vuelve a donde todo comenzó, donde están sus raíces, parte de su familia, un buen puñado de amigos y algunos de sus maestros. Uno de ellos es Añua, figura sin la que no puede entenderse el baloncesto vitoriano y protagonista y testigo del crecimiento de este deporte en España en los últimos 60 años.

"El Baskonia jugaba en el pabellón de Mendizorroza. Pablo era un niño, el balón era casi tan grande como él, y en los entrenamientos de su padre y en los partidos andaba jugando detrás del banquillo y de la mesa de anotadores, botando. Era como una 'pulguita'. La afición al baloncesto la tuvo desde que nació, porque su padre tenía un interés tremendo", recuerda Añua, que conoció a Pepe Laso en 1963, cuando este le reclutó para ser su ayudante en la selección española júnior. Unos años después fue Añua el que reclamó para el Kas a Laso, que terminó instalándose y echando raíces en Vitoria. Allí nació y se crió Laso, que creció rodeado de baloncesto. Por su casa pasaba gente como Aíto García Reneses, a quien habían entrenado su padre y Añua.

placeholder Pablo Laso y Xabier Añua en la celebración del primer título de la historia del Baskonia, el Trofeo Asociación de la ACB en la temporada 84-85. (Foto: Club Doncel CP)
Pablo Laso y Xabier Añua en la celebración del primer título de la historia del Baskonia, el Trofeo Asociación de la ACB en la temporada 84-85. (Foto: Club Doncel CP)

La 'pulguita'

"Él jugaba en el San Viator, que era una cantera tremenda", dice Añua. "Luego su padre le mandó a estudiar a Estados Unidos. Cuando volvió se incorporó al primer entrenamiento, a ver qué pasaba, si lo fichábamos o no. Vino con una mentalidad mucho más avanzada respecto al juego que la que teníamos aquí, que estábamos más atrasados. Venía de un sitio donde le habían enseñado a jugar al baloncesto, a entrenarse, a estudiar... Eso del baloncesto americano que a veces no valoramos. Vino con una disciplina, un estilo de juego y una mentalidad diferentes. Eso llamaba mucho la atención".

"Su padre no me dijo nada sobre su fichaje. Fui yo el que le dije que viniera a entrenar. Porque había otro joven del año anterior, que era Aitor Zárate. Como ya Aitor estaba en el equipo, me quedé con los dos. Pero yo veía en Pablo esa mentalidad diferente. Recibí algunas críticas, decían que era mejor Aitor que Pablo. Pero aposté por Pablo porque me gustaba. Igual me dejaba influir porque yo había recibido mi espaldarazo con su padre, pero creo que no. Me gustaba cómo jugaba. Siempre pensaba en el equipo, era un poco como Aíto (García Reneses), pero Aíto era más frío y él, más dinámico. Estaba en el campo pensando como un entrenador. He tenido la suerte de que Pablo tuvo una carrera brillantísima y tiene el récord de asistencias en la ACB".

"Físicamente no era un jugador potente, no llegaba al aro, pero en cuanto lo vi pensé que iba a ser un fiera. Era como una 'pulguita' con una habilidad extraordinaria. Tenía una visión de juego muy buena. Siendo un niño, ya me decía: 'Javi, esto por qué no lo hacemos así'. Y muchas veces tenía razón", continúa Añua. "Era lo más fácil de entrenar que he tenido nunca. No hay nada como tener un jugador inteligente y apasionado. Era facilísimo de entrenar. Era un líder ya desde niño en el equipo. La gente le escuchaba".

placeholder Póster oficial del Caja de Álava (Baskonia) en la temporada 84-85, con Laso en el extremo izquierdo y Añua en el centro con americana negra. (Foto cedida por Baskonistas)
Póster oficial del Caja de Álava (Baskonia) en la temporada 84-85, con Laso en el extremo izquierdo y Añua en el centro con americana negra. (Foto cedida por Baskonistas)

La conexión Aíto-Laso

Añua reconoce cosas del Pepe Laso jugador en su hijo, como la imaginación, pero no en su faceta de entrenador. "Se ha forjado su propia personalidad", dice. "Ha ido evolucionando. Su padre le enseñó mucho, pero vuela desde hace mucho tiempo con sus propias alas. Se ha creado a sí mismo. Ha tenido entrenadores impresionantes y ha absorbido cosas de todos para crear su propia personalidad. Tiene una mente muy privilegiada para esto".

"Pablo participó siempre escuchando. Y ahora creo que está en un momento en el que se mete dentro de sí mismo y crea. Se ha vuelto un entrenador muy creativo. Su equipo no es previsible, es el equipo más divertido de la ACB. Si el equipo gana y juega aburrido, no le gusta nada", apunta Añua. Él, que ha entrenado a Aíto y a Laso, puede hacer una comparación fundamentada entre ambos. "Son muy diferentes en la forma de expresarse. Aíto es muy austero en el gesto, aunque luego es muy profundo. Se recubre un poco de una especie de bola de cristal. Pablo es mucho más expresivo y abierto. Pero en cuanto a idea de juego, tienen muchos parecidos. Son creadores, a diferencia de otros entrenadores. Están creando permanentemente".

"Llegó como Pablito, se convirtió en Pablo y ahora es don Pablo. Ha dado al Madrid algo que siempre busca, que es alguien estable que refleje su filosofía", dice Xabier Añua

La fidelidad de Laso a Añua

Hace diez días, Añua recibió un homenaje por parte del FC Barcelona, equipo al que entrenó durante cuatro años. Al día siguiente, Laso le envió un mensaje de felicitación a través de Twitter. "Enhorabuena, Javier Añua. Más que merecido". No es la primera vez que lo hace y no será la última. En 2017, durante la última Copa del Rey celebrada en Vitoria, 50 años después de la primera, en la que él entrenaba al Kas que se enfrentó al Real Madrid, Añua recibió otro reconocimiento, la medalla de oro de la Asociación Española de Entrenadores de Baloncesto. Entonces Laso también se acordó de él durante una rueda de prensa.

"Cada vez que me pasa algo, hay unas declaraciones de él o un tuit. Siempre se acuerda de mí. Esa fidelidad se ve hoy muy poco en el mundo de los entrenadores de baloncesto, que tienen suficiente con preocuparse por dónde van a entrenar el año que viene. Pero a Pablo le da igual. Tengo amistad con él, con su familia. Su suegro, que ha sido compañero mío en la abogacía, cada vez que viene Pablo a Vitoria me dice que ha estado aquí y que me manda recuerdos, que me quiere mucho. Esas cosas son muy bonitas en una persona que está en la cumbre. Su fidelidad lo engrandece mucho. Yo lo quiero muchísimo".

Añua ve en Laso la continuación del camino que abrió Pedro Ferrándiz y heredó Lolo Sainz. "El Real Madrid es un equipo difícil para quien no entiende su filosofía. Y Pablo la entendió desde el primer momento. Se sentía muy identificado porque jugó y también lo hizo su padre. Llegó como Pablito, se convirtió en Pablo y ahora es don Pablo. Ha dado al Madrid algo que siempre busca, que es alguien estable, alguien que refleje su filosofía. Ahí estaba primero Pedro Ferrándiz, al que he tenido enfrente muchas veces. Creo que técnicamente era normal, pero era un gestor impresionantemente bueno, imaginativo y creativo. Luego vino Lolo Sainz, que no era igual que Pedro, y estuvo otro montón de años. Eso es lo que ha hecho al Real Madrid campeón. Y Pablo es uno de esos que ha sabido encajar en la filosofía del club. Esas son las tres grandes etapas del Madrid", afirma.

Con Laso se da una paradoja: lo ha sido todo en Vitoria y en el Baskonia, equipo en el que jugó durante once temporadas y ganó dos títulos, pero la rivalidad con el Real Madrid ha provocado que no se haya librado de los pitos en cada visita durante la última década. "Pablo es Vitoria, pero es el entrenador del Real Madrid. Y cuando viene aquí es el entrenador del Madrid y punto", dice Añua, que sin embargo cree que el equipo madridista será animado el próximo fin de semana en una Final Four que no contará con el equipo local. El único local en la cancha será Pablo Laso.

"Tengo dudas, no sé si en aquella época vivían en mi casa Pepe (Laso) y su mujer". La frase la pronuncia Xabier Añua, que conoce bien a Pablo Laso porque lo vio nacer, lo hizo debutar en el Baskonia con 16 años y ahora disfruta desde la distancia de sus éxitos en el Real Madrid, que el próximo fin de semana jugará la Final Four de la Euroliga en Vitoria. Con el título europeo en juego, Laso vuelve a donde todo comenzó, donde están sus raíces, parte de su familia, un buen puñado de amigos y algunos de sus maestros. Uno de ellos es Añua, figura sin la que no puede entenderse el baloncesto vitoriano y protagonista y testigo del crecimiento de este deporte en España en los últimos 60 años.

Pablo Laso
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