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Sergio Llull: un caño, tres triples y un final demoledor en la victoria del Real Madrid
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triunfo en casa ante anadolu efes (92-84)

Sergio Llull: un caño, tres triples y un final demoledor en la victoria del Real Madrid

Sergio Llull realizó su partido más completo de la temporara y fue decisivo en el último cuarto con 12 de sus 19 puntos. Anthony Randolph anotó 24 puntos

Foto: Sergio Llull celebra con Jeffery Taylor su canasta tras hacer un caño al contrario. (Foto: Euroleague)
Sergio Llull celebra con Jeffery Taylor su canasta tras hacer un caño al contrario. (Foto: Euroleague)

Esta vez Sergio Llull no levantó al WiZink Center con un triple o una canasta sobre la bocina, las maneras con las que acostumbra a poner patas arriba al pabellón madridista. Lo hizo con un caño. En el último minuto del tercer cuarto, robó el balón a Shane Larkin, se hizo un autopase entre las piernas de Krunoslav Simon y recorrió casi toda la pista para dejar la bandeja y anotar. Luego se llevó la mano derecha a la oreja, en un gesto que invitaba al público a celebrar (92-84).

Llull hizo su partido más completo de la temporada: 19 puntos, 8 rebotes, 5 asistencias y 2 robos en la victoria del Real Madrid ante el Anadolu Efes. Eso a pesar de que los triples, arma principal de su juego (por primera está tirando casi el doble de tres que de dos, al menos en la Euroliga), no le están entrando: terminó con un 3/12 desde el 6,75. Pero los fallos no lo frenaron. Si hay algo que nunca falta en Llull es su entrega e insistencia. Y eso viene muy bien cuando los tiros no entran.

Llull logró un récord personal en la Euroliga e igualó otro. El primero fue positivo: nunca había cogido tantos rebotes (8). El otro fue negativo: igualó su tope de triples fallados (9). Hace tres temporadas acabó con un 2/11 en un partido contra el Khimki. Llull está fallando mucho de tres esta temporada en competición europea. Solo ha anotado 35 de los 104 que ha lanzado, un 33,7% de acierto, de lo peor de su carrera.

"Es Llull"

Otro jugador en su situación se pensaría lo de seguir intentándolo, pero Llull insiste. Y eso tiene premio. El base menorquín llegó al último cuarto con un 0/6 en triples. Y falló el séptimo. Pero metió los dos siguientes (con un canasta de dos en medio). Eso estiró la diferencia hasta el 80-72 a menos de cinco minutos del final. Anotó otro más a 1'23'' para el final que selló la victoria madridista (89-81). En total metió 12 de sus 19 puntos en el último cuarto.

"De Llull no me preocupa que lleve 0 de 6 en triples", dijo Pablo Laso tras el partido. "Ha hecho un partido de desacierto en el tiro, pero es un jugador muy importante para nosotros. Se ha sentido bien en el campo y se ha cabreado conmigo cuando le he sentado a falta de dos minutos, eso es que está bien. Ha metido puntos importantes en momentos importantes. Es Llull".

Menos protagonismo en el último cuarto

Que Llull sea decisivo es casi una rutina en el Real Madrid, pero esta temporada su protagonismo en los últimos minutos de los partidos ha descendido. Según datos de Newstats.es presentados por Positive Residual, Facundo Campazzo ha jugado más en los últimos cuartos de los partidos de Euroliga esta temporada.

La distribución de minutos que ha hecho Pablo Laso no es habitual: Llull ha empezado de titular casi todos los partidos (la de este jueves su primera suplencia de la temporada), pero Campazzo ha acabado más. Lo mismo sucede con Fabien Causeur y Rudy Fernández: el francés es titular casi siempre, pero es Rudy el que cierra los encuentros en pista. Anthony Randolph es otro que tiene más presencia al principios que al final. El partido de este jueves fue un buen ejemplo: 17 puntos en el primer cuarto, 8 en el tercero y casi todo el último período en el banquillo.

Contra el Anadolu, Laso mantuvo a Llull y Campazzo juntos en los minutos finales. Introdujo al argentino y no sacó al español, que tenía la muñeca caliente. Tras siete fallos, los triples empezaron a entrarle. Y cuando eso sucede, lo mejor es disfrutar.

Esta vez Sergio Llull no levantó al WiZink Center con un triple o una canasta sobre la bocina, las maneras con las que acostumbra a poner patas arriba al pabellón madridista. Lo hizo con un caño. En el último minuto del tercer cuarto, robó el balón a Shane Larkin, se hizo un autopase entre las piernas de Krunoslav Simon y recorrió casi toda la pista para dejar la bandeja y anotar. Luego se llevó la mano derecha a la oreja, en un gesto que invitaba al público a celebrar (92-84).

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