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El Real Madrid no está para juegos en la Euroliga, y Anthony Randolph tampoco
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El Real Madrid no está para juegos en la Euroliga, y Anthony Randolph tampoco

Anthony Randolph (22 puntos) fue el mejor en la victoria del Real Madrid en Múnich y dejó un momento incómodo en la entrevista pospartido, donde mostró su particular carácter

Foto: Anthony Randolph fue el máximo anotador en el Bayern de Múnich-Real Madrid. (Euroleague)
Anthony Randolph fue el máximo anotador en el Bayern de Múnich-Real Madrid. (Euroleague)

Si hubiera una estadística de sonrisas en el baloncesto, Anthony Randolph cerraría la clasificación. El pívot estaodunidense no está en este mundo para repartir alegría. Su rostro, con esos párpados un poco caídos, podría protagonizar uno de esos memes en los que se utiliza la misma cara para expresar diferentes emociones. El Randolph cabreado es el mismo que el Randolph eufórico. Y el mismo que el Randolph feliz, asustado, ilusionado, frustrado... Intentar adivinar qué le pasa por la cabeza según sus gestos faciales es misión imposible. Casi siempre da la impresión de estar triste haya hecho un mal partido o haya metido 22 puntos, como en la victoria del Real Madrid este viernes ante el Bayern Múnich (72-82).

Randolph es parco en palabras y poco dado a darle a los medios más de lo estricatmente necesario. Tras el partido contra el Bayern, el estadounidense fue el elegido para la entrevista pospartido. Tras preguntarle por el partido y recibir respuesta del madridista, la periodista encargada de hacerle las preguntas quiso terminar el pequeño cuestionario con un guiño a las fechas navideñas. "How do you say Merry Christmas in Spanish? (¿Cómo se dice Feliz Navidad en español?)", le preguntó. A lo que Randolph respondió con un rotundo "No".

A Randolph lo único que le interesa es el baloncesto, lo que lo rodea parece darle un poco igual. Y mientras esté centrado como esta temporada, el Real Madrid lo va a agradecer. El exjugador de los Warriors comenzó la temporada como un tiro, con su mejor versión desde que fichara por el club madridista en 2016, y aunque en las últimas semanas ha jugado peor, da la impresión de que el bajón que vivió en cursos anteriores no se va a repetir. En la Euroliga promedia 13,1 puntos y 4,9 rebotes con procentajes por encima del 50 % en tiros de dos y del 45 % en triples. A ese nivel hay muy pocos como él en Europa. Otra cosa es que lo consiga mantener hasta final de temporada, cosa que no hizo en las dos temporadas anteriores.

Igual que Randolph, la versión del Real Madrid en la Euroliga también deja poco espacio a los juegos. Tiene algún en los partidos, pero no tan pronunciados como los que sufre en algún encuentro de la Liga Endesa y que le ha costado varias derrotas ante equipos inferiores, por ejemplo la del domingo pasado en Lugo. En competición europea siempre se ve a un Madrid en tensión, regalando los momentos justos de relajación y con un ritmo de victorias que pasado el primer tercio de la competición solo mejora el Fenerbahçe, su rival dentro de una semana en Estambul.

Solo ha perdido dos partidos, ante el Olympiacos fuera de casa y contra el CSKA de Moscú. En esos dos partidos no estuvo Sergio Llull, uno de los más destacados en Múnich con un gran inicio de partido. Anotó cinco triples antes de irse al banquillo en los primeros minutos del segundo cuarto. Terminó con un 5/8, cuando acumulaba un 4/23 en los cuatro últimos partidos.

La buena actuación del menorquín permitió al Madrid construir una ventaja de 15 puntos, pero estuvo a punto de sufrir una de esas remontadas que ha logrado esa temporada. El Bayern anotó 35 puntos en 12 minutos y llegó a ponerse a dos puntos en el último cuarto (66-68). "Chicos, hemos dejado de defender", dijo Pablo Laso a sus jugadores en un tiempo muerto. El Madrid reaccionó y apretó para cerrar el partido. Rudy Fernández, con un triple a 34 segundos del final certificó la victoria.

Si hubiera una estadística de sonrisas en el baloncesto, Anthony Randolph cerraría la clasificación. El pívot estaodunidense no está en este mundo para repartir alegría. Su rostro, con esos párpados un poco caídos, podría protagonizar uno de esos memes en los que se utiliza la misma cara para expresar diferentes emociones. El Randolph cabreado es el mismo que el Randolph eufórico. Y el mismo que el Randolph feliz, asustado, ilusionado, frustrado... Intentar adivinar qué le pasa por la cabeza según sus gestos faciales es misión imposible. Casi siempre da la impresión de estar triste haya hecho un mal partido o haya metido 22 puntos, como en la victoria del Real Madrid este viernes ante el Bayern Múnich (72-82).

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