Edy Tavares engaña: el Real Madrid tiene mucho más que un gran defensor

Hace un año, Edy Tavares se preparaba para comenzar la temporada en la G-League, la liga de desarrollo de la NBA. En esa misma competición había ganado el premio al mejor defensor el curso anterior, lo que le valió para fichar por los Cleveland Cavaliers antes de los 'playoffs'. Pero una lesión le impidió jugar más de un partido. Y los Cavs lo despidieron en octubre, justo antes de que empezara la liga. El caboverdiano no desistió de su aventura norteamericana y volvió a la liga desarrollo. Jugó un partido con los Raptors 905, pero entonces llegó el Real Madrid. Un año después, la NBA ha desaparecido de su horizonte más cercano, pero a cambio es uno de los mejores pívots del baloncesto europeo. En estas primeras semanas de competición, sin duda el más determinante de la Euroliga. El último equipo en sufrirlo fue el Buducnost, que perdió por 89-55.

Cuando se intentan buscar las razones de la exitosa etapa que atraviesa el Real Madrid también hay que mirar a los despachos. Y el fichaje de Tavares es un ejemplo. Sí, hay que tener la capacidad económica del club madridista para fichar en pocos días a un jugador de su caché, pretendido por otros grandes del baloncesto europeo. Pero también hay que saber reaccionar para convertir un problema en una oportunidad. Y eso fue lo que hizo el Madrid tras las lesiones de Gustavo Ayón y Ognjen Kuzmic. Ahora mismo está por encima del mexicano y muy por delante del serbio, que lo va a tener muy difícil para adelantar a cualquiera de los dos en la rotación.

De la duración de su contrato (tres temporadas) se pudo deducir que el club no lo veía como un parche, sino como un jugador importante a medio plazo. Y el tiempo le ha dado la razón. Hoy Tavares es uno de los jugadores más importantes del equipo. Ya lo fue la temporada pasada, pero se ha convertido en imprescindible por su trabajo en defensa, donde no hay nadie como él en el baloncesto europeo.

La temporada pasada, ningún otro pívot permitió un acierto tan bajo de sus rivales cerca del aro. Y en esta va por el mismo camino. No hay más que ver los problemas para superarlo de Alen Omic, un pívot de 2,16 metros armado para marcar diferencias en la zona, o la alergia para acercarse al aro de Earl Clark, lo dos pívots titulares del Buducnost. "Ha dado la sensación de que queremos que Tavares defienda a todos", se quejó Pablo Laso al descanso, descontento de la defensa de su equipo en la primera parte. Era un toque de atención y a la vez un elogio al pívot, que terminó el partido con 10 puntos, 14 rebotes y 3 tapones.

Por su tardío comienzo en el baloncesto, hasta los 17 años no empezó a jugarlo, Tavares es un jugador de 26 años atípico. En su caso, el proceso de formación se retrasó, y por eso en los últimos años han sido visibles en su juego mejoras que en otros jugadores habrían llegado antes. Quien lo siguiera en la G-League pudo comprobar que era mejor jugador que cuando salió del Gran Canaria en 2015 rumbo a los Atlanta Hawks. Que no iba a ser solo un defensor, también una pieza útil en ataque.

Tras cuatro partidos en la Euroliga promedia 10,3 puntos con un 70,8 % de acierto en tiros de campo y un 77,8 % en tiros libres. Solo Sergio Llull, Anthony Randolph y Jaycee Carroll anotan más que él, pero lo hacen con un uso ofensivo (porcentaje de posesiones que finalizan mientras están jugando) bastante más alto: los tres están en torno al 24 % y Tavares, en el 17 %.

Según datos de Overbasket, su 'rating' ofensivo en la Euroliga es de 116,1 puntos por cada 100 posesiones, el quinto más alto de la plantilla. En defensa, su 76,2 es el mejor dato con diferencia. Con 69 puntos, es el madridista con mejor diferencial de puntos cuando está en pista. En ese tiempo también es el que más rebotes coge, con el 21,1 %. A esos números hay que sumar 9,5 rebotes y 3 tapones, en ambos casos la mejor marca de la competición (en la Liga Endesa promedia 7,6 puntos –con un 88 % de acierto–, 7,6 rebotes y 2,2 tapones).

Tavares no tiene los recursos para finalizar de Ayón, pero ha mejorado en el juego de espaldas y es más rápido de lo que parece. Y con su altura y envergadura puede atrapar el balón donde otros ni siquiera sueñan. "Luce mucho en nuestro equipo por aspectos defensivos", dijo Laso. Eso lo traía de serie. Ahora también está aportando en ataque.