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La larga travesía del Real Madrid para encontrarse a sí mismo en la Final Four
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jugará el domingo la final de la euroliga

La larga travesía del Real Madrid para encontrarse a sí mismo en la Final Four

El Real Madrid venció al CSKA de Moscú y jugará el domingo contra el Fenerbahçe la final de la Euroliga. Tras una temporada llena de problemas, ha encontrado su mejor versión

Foto: Los jugadores del Real Madrid aplauden a los aficionados madridistas presentes en Belgrado tras ganar al CSKA. (EFE)
Los jugadores del Real Madrid aplauden a los aficionados madridistas presentes en Belgrado tras ganar al CSKA. (EFE)

"Nosotros creíamos cuando nadie creía en el equipo", dijo Pablo Laso tras meter al Real Madrid en su cuarta final europea en seis años, todas con él en el banquillo. Hubo un momento esta temporada, en otoño, en el que muchos se bajaron del carro madridista. Quizá no todos, a pesar de lo que diga el técnico madridista, pero sí bastantes. Y nada hay que reprocharles. Demasiadas bajas y demasiados grandes rivales en la Euroliga como para imaginar al Madrid, seis meses después, a un solo partido de su décimo título de campeón de Europa. Pero ahí está, tras superar su curso más complicado en mucho tiempo y ganar al CSKA de Moscú por 83-92.

Por la importancia del partido y por el nivel del rival, quizá el de este viernes sea el mejor partido del Real Madrid esta temporada. Completó una actuación brillante, solo deslucida por sus fallos desde el tiro libre. Pero ese desacierto "increíble" (Laso dixit) no influyó porque el resto funcionó muy bien. El Madrid fue una máquina bien engrasada, como lo ha sido en varias Final Four, con la salvedad de que este año el equipo ha tenido pocas oportunidades de engrasarse. Eso le da más mérito aún a su presencia en el partido por el título.

El duelo contra el CSKA era el primero en el que coincidían Sergio Llull, Luka Doncic y Facundo Campazzo. Primer partido juntos en la semifinal de la Euroliga. No es más que una anécdota (la presencia del argentino fue casi testimonial), pero una que resume muy bien el curso del Madrid. Muchas lesiones, muchos contratiempos. Eso podría haberse llevado por delante las opciones de ganar títulos, al menos en Europa, donde la competencia en enorme, pero en cambio ha reforzado al equipo. "Somos un equipo que ha sufrido mucho a lo largo de la temporada y eso nos ha hecho coger experiencia y ser más fuertes mentalmente", dijo Felipe Reyes.

"Lo que da fuerza a un equipo es que todos sepan su lugar y qué deben hacer para que el equipo logre la victoria (...) Hemos salido de las lesiones, mis jugadores han hecho un excelente trabajo. Estoy orgulloso de toda su temporada", comentó Laso, a quien las circunstancias le han permitido armar un equipo tan profundo como el que ganó su anterior Euroliga, si no más. Doce jugadores capaces de ser relevantes durante un partido decisivo (Campazzo y Randolph, los peores en la semifinal, lo son).

placeholder Pablo Laso dijo que estaba orgulloso del trabajo de sus jugadores. (Reuters)
Pablo Laso dijo que estaba orgulloso del trabajo de sus jugadores. (Reuters)

Lo importante de las temporadas no es comienzan, sino cómo acaban. Aunque un mal inicio (o un mal desarrollo) puedan arruinar el final antes de tiempo. Lo sabe bien Laso, cuyo principal problema estos años ha sido la gestión del grupo, con el objetivo de evitar llegar con las baterías descargadas a los dos últimos meses. Dimitris Itoudis, entrenador del CSKA, apuntó en rueda de prensa que los jugadores madridistas habían estado mejor físicamente durante el partido. Tanta lesión ha provocado que a final de temporada lleguen más descansados algunos jugadores clave como Llull y Ayón.

Contra el Panathinaikos, salvo en el primer partido, el Real Madrid ya mostró un gran nivel. Y en las tres semanas que han pasado desde entonces, visto el duelo contra el CSKA, ha ido a más. Está a tope, ahora por fin se reconoce. No necesita heroicidades de Doncic porque tiene todas sus armas a punto, entre ellas un Llull que no ha notado la inactividad y vuelve a dinamitar partidos a base de triples y penetraciones de infarto.

En condiciones normales, esta versión Real Madrid tendría que haber aparecido hace varios meses, pero lo ha hecho ahora. Justo a tiempo de pelear por la Décima tres años después de lograr la Novena. Para conquistarla tendrá que ganar al Fenerbahçe, que el año pasado le arrolló en la semifinal que les enfrentó en Estambul, que hace dos le apartó de la Final Four y al que hace tres ganó en semifinales. "Va a convertirse en un clásico", dijo Llull.

"Nosotros creíamos cuando nadie creía en el equipo", dijo Pablo Laso tras meter al Real Madrid en su cuarta final europea en seis años, todas con él en el banquillo. Hubo un momento esta temporada, en otoño, en el que muchos se bajaron del carro madridista. Quizá no todos, a pesar de lo que diga el técnico madridista, pero sí bastantes. Y nada hay que reprocharles. Demasiadas bajas y demasiados grandes rivales en la Euroliga como para imaginar al Madrid, seis meses después, a un solo partido de su décimo título de campeón de Europa. Pero ahí está, tras superar su curso más complicado en mucho tiempo y ganar al CSKA de Moscú por 83-92.

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