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El Real Madrid, pese a los 33 puntos de Doncic, se queda corto en El Pireo
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derrota en la prórroga ante olympiacos (92-83)

El Real Madrid, pese a los 33 puntos de Doncic, se queda corto en El Pireo

Junto a Carroll, que acabó con 24 puntos y forzó la prórroga con un triple, el esloveno guió al Real Madrid en una remontada que se quedó sin el premio final en el tiempo extra

Foto: Luka Doncic logró ante Olympiacos la máxima anotación de su carrera: 33 puntos. (EFE)
Luka Doncic logró ante Olympiacos la máxima anotación de su carrera: 33 puntos. (EFE)

La última canasta del Real Madrid ante el Olympiacos fue un triple de Luka Doncic a 12 segundos del final. Su equipo perdía por 9 y no había manera de igualar el partido, pero él se negaba a rendirse, igual que había hecho en el último cuarto, cuando con la ayuda de Jaycee Carroll llevó a su equipo a remontar una desventaja de 12 puntos y forzar la prórroga. Su esfuerzo, su estratosférico partido ante la mejor defensa de la competición, no tuvo el premio de la victoria. El Real Madrid cayó por 92-83, sumó su tercera derrota seguida y mostró de nuevo sus carencias, minimizadas por el talento del esloveno.

El Madrid tiene en su plantilla a un jugador de época. Doncic podría dejar de jugar ahora mismo y lo que ha hecho ya le valdría para ser recordado eternamente como uno de los grandes talentos que han salido de Europa. Así de simple. Lo tiene casi todo, y nadie asegura que lo que le falta no esté por llegar. Tira, pasa, rebotea, dirige... Todas sus virtudes ya son bien conocidas, pero lo mejor es que todas están envueltas de la que quizá sea la más importante de todas, la que permite marcar diferencias al nivel que él lo hace: liderazgo.

Doncic: la mejor anotación de su carrera

Echarse el equipo a la espalda en las circunstancias actuales, con muy poca ayuda, ante un rival como Olympiacos y encima en su casa solo está al alcance de los elegidos. Doncic, que jugó casi 38 minu acabó con 33 puntos (la mejor anotación de su carrera), 6 rebotes y 4 asistencias. Quince de sus puntos llegaron entre el último cuarto y la prórroga. Bastaron para alargar un partido que parecía perdido para el Madrid, pero no para que la victoria viajara de nuevo a España.

La exhibición de Doncic es también el síntoma de lo que falla ahora mismo en el Madrid: está él y nadie más. Una actuación como la suya, si no encuentra más apoyo, no vale para ganar a este nivel. El Real Madrid se quedó corto, algo comprensible. Le faltan tres de sus cuatro mejores jugadores (Llull, Ayón y Carroll) y a los que aguantan sanos les ha entrado el virus de la regularidad (Campazzo, Causeur, Rudy). Si a eso se le suman los problemas de faltas que tuvieron los interiores (Tavares y Thompkins), el resultado fue un tramo final del partido con un ataque muy previsible, y aun con todo bastante efectivo.

Carroll fue su única ayuda

Carroll fue uno de los protagonistas de la remontada madridista. El escolta estadounidense es uno de esos jugadores que pecan de irregulares, pero este viernes le tocó el día bueno. Y cuando está enchufado es tan bueno como el mejor. Anotó 24 puntos y robó 4 balones. De sus manos salieron 8 puntos en el último cuarto vitales para igualar el partido, incluido el triple que puso el 72-72 en el marcador y que mandó el partido a la prórroga. Giorgios Printezis tuvo dos tiros libres a cuatro segundos del final, pero falló. No lo hizo en la prórroga, donde anotó 9 de los 20 puntos de su equipo.

El Madrid sintió en sus carnes por qué es tan difícil jugar en El Pireo. No es una cuestión de ambiente, menos caliente que alguna cancha de la Euroliga o la ACB. Es otra cosa, como el respeto que provoca el Olympiacos, junto con el madridista el equipo más regular de Europa esta década. Es ver a Spanoulis vestido de corto por primera vez en dos meses. Y es la presión que sufren los árbitros, que casi siempre acaban cojeando de la misma pierna. Al Madrid le pitaron 29 faltas que se traducieron en 36 tiros libres para el Olympiacos. En sentido contrario hubo 18 faltas y 11 lanzamientos desde la línea de personal. En Grecia, normalmente, se juega a lo que quiere el equipo local. Y el visitante tiene dos opciones: adaptarse o morir. El Madrid no se adaptó, o no le dejaron hacerlo.

placeholder Giorgios Printezis fue el mejor jugador del Olympiacos con 21 puntos. (Euroleague)
Giorgios Printezis fue el mejor jugador del Olympiacos con 21 puntos. (Euroleague)

Seis derrotas en los últimos siete partidos

La derrota tiene el mismo valor que la de hace una semana en casa contra el Estrella Roja o la de hace casi un mes en Vitoria contra el Baskonia, pero las conclusiones son muy diferentes. El Pabellón de la Paz y la Amistad es una de las paradas más complicadas de la Euroliga, también para el Real Madrid, que cayó allí con sonrojo camino de varias de las Final Four que ha jugado en los últimos años. Por eso perder de la manera que lo hizo, recuperándose de un inicio desastroso (solo 8 puntos en el primer cuarto) y remontando es digno de alabar. Por otra parte está la cruda realidad: ha perdido seis de sus últimos siete partidos y ya está a punto de caer fuera de los puestos de 'playoffs'.

A la espera de ir recuperando jugadores, un proceso que va para largo (el lesionado de menor duración es Randolph y no volverá a jugar hasta enero), el Madrid necesita encontrar la manera de mejorar. Esta temporada tiene poco que ver con las anterior, cuando el objetivo era conseguir un puesto entre los cuatro mejores para tener ventaja de campo en los 'playoffs'. Ahora se buscan metas a más corto plazo como ganar el siguiente partido y mantenerse entre los ocho primeros. Y para eso, el mejor Doncic puede que no sea suficiente si no recibe más ayuda. El esloveno aún no hace milagros.

La última canasta del Real Madrid ante el Olympiacos fue un triple de Luka Doncic a 12 segundos del final. Su equipo perdía por 9 y no había manera de igualar el partido, pero él se negaba a rendirse, igual que había hecho en el último cuarto, cuando con la ayuda de Jaycee Carroll llevó a su equipo a remontar una desventaja de 12 puntos y forzar la prórroga. Su esfuerzo, su estratosférico partido ante la mejor defensa de la competición, no tuvo el premio de la victoria. El Real Madrid cayó por 92-83, sumó su tercera derrota seguida y mostró de nuevo sus carencias, minimizadas por el talento del esloveno.

Luka Doncic
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