Es noticia
Real Madrid-Darussafaka: el partido que ya había predicho Pablo Laso
  1. Deportes
  2. Baloncesto
primera victoria en 'playoffs'

Real Madrid-Darussafaka: el partido que ya había predicho Pablo Laso

El Darussafaka llevó al límite al Real Madrid en el primer partido de los 'playoffs' de la Euroliga, ganado por los blancos (83-75). Llull (23 puntos) y Wanamaker (21) protagonizaron un gran duelo

Foto: Sergio Llull (i) fue el máximo anotador del Real Madrid-Darussafaka de Euroliga con 23 puntos. (EFE)
Sergio Llull (i) fue el máximo anotador del Real Madrid-Darussafaka de Euroliga con 23 puntos. (EFE)

Los entrenadores son, de lejos, las personas más cautas del deporte. Es su trabajo: a ellos les toca analizar de manera minuciosa al rival, detectar sus debilidades para explotarlas y sus fortalezas para limitarlas. Eso provoca que su discurso parezca en ocasiones demasiado precavido, sobre todo cuando se trata de un enfrentamiento 'a priori' desequilibrado. Pablo Laso es de esos. Para él no hay rival pequeño ni partido fácil, por mucho que la clasificación invite a pensar lo contrario (que en el caso del Madrid suele ser lo habitual). Antes del primer partido de los 'playoffs' de la Euroliga contra el Darussafaka, octavo clasificado de la fase regular, el técnico madridista advirtió de lo que podía encontrarse su equipo, que había perdido contra los turcos en Estambul.

Esto es lo que dijo este martes:

"Es un equipo... peculiar. Tiene mucha anotación en el juego de uno contra uno, tiene muy buenos jugadores en eso: Wilbekin, Wanamaker, Clyburn, Anderson... Juegan muy abiertos y son todos muy capaces de meter canastas. Defensivamente son muy atléticos, entonces son capaces de llegar a ayudas muy largas, de contestar muchos tiros, de doblar en situaciones de desventaja. Es un equipo que no le sacas del partido, se mantiene. No cambian su estilo de juego, y llega un momento en el que si tú te paras, lo aprovechan. Siempre te da la impresión de que es un equipo que puede volver, de que se mantiene en el partido, que tiene muchas armas, muchos jugadores capaces de anotar. Eso es algo que tenemos que saber desde el primer minuto para no relajarnos en ningún momento del partido ni de la serie".

Laso lo clavó. El Real Madrid ganó (83-75), pero sufrió hasta el final para quitarse de encima a un rival incómodo que le va a poner las cosas difíciles en el resto de la serie. Con un juego basado casi exclusivamente en el uno contra uno de sus jugadores exteriores, el Darussafaka puso contra las cuerdas a un Madrid que solo respiró en el último minuto y que necesitó de todo su arsenal, empezando por un gran Sergio Llull, autor de 23 puntos.

En el lado contrario, Brad Wanamaker fue el mejor con 21 puntos, incluidos cinco en los últimos dos minutos para apretar un partido que el Madrid parecía tener ganado tres minutos antes (74-60). Pero como había advertido Laso, el Darussafaka es un equipo al que hay vencer varias veces. Sus jugadores exteriores tienen tanta capacidad de anotación, que es muy difícil que no aparezca alguno para dar un arrerón. Cuando no era Wanamaker era Clyburn (15 puntos) o si no Wilbekin o Anderson, que acabaron con 8 puntos cada uno. A ellos se sumó un pívot, Harangody, que anotó todos sus puntos desde fuera de la pintura.

Draper, el factor sorpresa

Antes de ir a rebufo y agarrarse al partido con esas armas, el Darussafaka dominó la primera mitad, en la que llegó a ganar por 12 puntos. Al Madrid, al que sostenían Ayón y Hunter, le costó encontrar su ritmo, tanto en ataque como en defensa. "Nos ha faltado energía, hemos salido a verlas venir y ellos las han metido. Ha dado la sensación de que íbamos detrás de ellos durante muchos minutos, hasta que hemos sabido contrarrestar sus bazas y hemos dado la vuelta al marcador, llegando al último cuarto con la ventaja suficiente para ganar el primer punto de la eliminatoria", explicó Laso.

El partido comenzó a virar con la entrada de Draper. Cuando se habla de que el Madrid tiene una plantilla de lujo es por ocasiones como esta. No hace mucho parecía que Draper había desaparecido de la rotación, se quedó sin jugar en tres partidos seguidos de Euroliga. Laso desmintió que hubiera algún problema y dijo que contaba con él y con todos, un mensaje que repite sin parar, pero que no siempre es fácil de comprobar. Contra el Darussafaka, Draper solo jugó 10 minutos, pero fueron los mejores del Madrid. Entró con 25-35 en el marcador y se fue al banquillo con 50-46. Un parcial de 25-11.

A partir de ahí, la iniciativa fue del Madrid, que mostró su versión más coral para tumbar a su rival. Este viernes, en el segundo partido (21:00 horas), volverá a necesitarla. De lo contrario, corre el peligro de que los 'jugones' del Darussafaka no solo le compliquen la victoria, sino la eliminatoria.

Los entrenadores son, de lejos, las personas más cautas del deporte. Es su trabajo: a ellos les toca analizar de manera minuciosa al rival, detectar sus debilidades para explotarlas y sus fortalezas para limitarlas. Eso provoca que su discurso parezca en ocasiones demasiado precavido, sobre todo cuando se trata de un enfrentamiento 'a priori' desequilibrado. Pablo Laso es de esos. Para él no hay rival pequeño ni partido fácil, por mucho que la clasificación invite a pensar lo contrario (que en el caso del Madrid suele ser lo habitual). Antes del primer partido de los 'playoffs' de la Euroliga contra el Darussafaka, octavo clasificado de la fase regular, el técnico madridista advirtió de lo que podía encontrarse su equipo, que había perdido contra los turcos en Estambul.

Sergio Llull
El redactor recomienda