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El Real Madrid empieza a recuperar su esencia, pero ante un Estrella Roja ramplón
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El Real Madrid empieza a recuperar su esencia, pero ante un Estrella Roja ramplón

El Real Madrid comenzó a ser reconocible con una abultada victoria ante un abrumado Estrella Roja (98-71) al que no le quedó más remedio que aguantar el chaparrón que se le vino encima

Foto: Llull intenta entrar a canasta entre Stefan Jovic y Branko Lazic (Efe).
Llull intenta entrar a canasta entre Stefan Jovic y Branko Lazic (Efe).

El Real Madrid comenzó a ser reconocible con una abultada victoria en la Euroliga ante un abrumado Estrella Roja (98-71) al que no le quedó más remedio que aguantar el chaparrón que se le vino encima. Paliza la que consiguió el conjunto blanco ante un rival sobrepasado que no se enteró de casi nada. Tras unos momentos de imprecisiones, Sergio Llull fue el primer encargado de enseñar el camino de la victoria a sus compañeros. El marcador comenzó a galopar, siempre favorable a un Real Madrid que empezó a hacer muchas cosas bien: la defensa, el contragolpe, la circulación de balón, la elección del tiro y hasta la puntería.

Con 13-2 en el luminoso, la segunda personal de Ayón fue la única sombra que pareció cernirse sobre el ya casi reconocible equipo campeón de todo de la temporada pasada. Con Sofoklis Schortsanitis en pista, Willy Hernangómez salió suplir a Ayón y a examinarse contra un morlaco de primera división. Lejos de dejarse comer la tostada, Willy colocó dos soberanos tapones a la mole griega del Estrella Roja y anotó hasta nueve puntos en los seis minutos y medio que estuvo en pista en su primera ronda. El 22-6 del final del primer cuarto dio paso a la segunda de las chapas de Willy y al primer triple de Jaycee Carroll. Es decir, un inicio de cuarto casi inmejorable. El marcador se volvió loco y llegó a registrar hasta 38 puntos de ventaja (56-18) para llegar al descanso con un 56-20 abrumador. Para los serbios, claro.

Tras un inicio de temporada un tanto caótico por la falta de descanso y de entrenamientos en común, el Real Madrid comenzó a ser reconocible en su juego, en su velocidad, en su defensa y en sus transiciones. Eso sí, encontró muchas facilidades en un Estrella Roja ramplón y que se desmoralizó demasiado pronto. Con el partido totalmente decidido, hasta los bloqueos de Schortsanitis parecieron más dulces y nada más lejos de la realidad. El choque perdió intensidad, pero el Madrid siguió intentando hacer las cosas bien y que los minutos restantes sirvieran para paliar la ausencia de pretemporada.

Con semejantes ventajas (44 puntos) es complicado jugar al baloncesto con un mínimo de rigor, entendiendo por rigor defensa. Los de Laso intentaron, y consiguieron durante mucho tiempo, mantenerse centrados y, sobre todo, lograron que el choque no se convirtiera en el habitual correcalles. Los últimos diez minutos también sobraron y el equipo de Belgrado intentó que la diferencia final no fuera de récord. Al final, 98-71, con un Real Madrid que ahora deberá buscar mantener este tono alto en su juego de forma habitual.

El Real Madrid comenzó a ser reconocible con una abultada victoria en la Euroliga ante un abrumado Estrella Roja (98-71) al que no le quedó más remedio que aguantar el chaparrón que se le vino encima. Paliza la que consiguió el conjunto blanco ante un rival sobrepasado que no se enteró de casi nada. Tras unos momentos de imprecisiones, Sergio Llull fue el primer encargado de enseñar el camino de la victoria a sus compañeros. El marcador comenzó a galopar, siempre favorable a un Real Madrid que empezó a hacer muchas cosas bien: la defensa, el contragolpe, la circulación de balón, la elección del tiro y hasta la puntería.

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