España muere en la orilla de Grecia (86-90) para decir adiós al EuroBasket y a la era de Scariolo

España culmina su paupérrima participación en el EuroBasket en que defendía el título tras caer contra la Grecia de Giannis Antetokounmpo por (86-90). Pese a cuajar el mejor partido del campeonato, no fue suficiente para derrotar al rival más poderoso del grupo. El torneo del verano de 2025 quedará en los archivos como uno de los peores disputados por la Selección en su historia reciente, eliminados en primera ronda tras caer contra Georgia, Italia y, en el último y definitivo, contra los helenos.

Los de Scariolo vieron aro con mayor facilidad que durante el resto del torneo —excepto desde el tiro libre, que fue una auténtica lacra—, pero el potencial ofensivo de la selección helena fue insalvable. El ajustado 86-90 manda a los españoles con dirección al aeropuerto de Barajas. Supone, además, el adiós del seleccionador nacional más exitoso de nuestra historia, que comienza una nueva etapa en el Real Madrid.

No es recomendable jugarse la vida en el campeonato contra la mejor selección del grupo, en la que juega —con el permiso de Jokic— el jugador más determinante del planeta. Pero es lo que pasa cuando no se hacen los deberes a tiempo. España no pudo con una Grecia que salió muy entonada desde el inicio, anotando los siete primeros triples que intentó. Lo cierto es que los de Scariolo no empezaron mal el decisivo partido, con buenos porcentajes de acierto en los primeros cinco minutos. Si bien, el problema fue que, cuando la bola dejó de entrar en el aro rival, aún lo continuó haciendo en la canasta defendida por España. Especialmente eléctrico se mostró Tyler Dorsey, con cuatro triples que hicieron mucho daño. Con cuatro minutos del primer parcial por jugar, Grecia ya sumaba 27 puntos, distanciándose en trece al atónito e impotente combinado rival.

La ametralladora helena

El Antetokounmpo bueno –hay tres en la selección helena– se hinchó a repartir asistencias en el primer cuarto y, cuando el mito Vassilis Spanoulis le dio descanso, su equipo se resintió y España pudo maquillar algo el electrónico tras los primeros diez minutos (31-20). Era la hora de la épica, ese género del que Aristóteles escribió en su Poética, que era el propio de los hombres superiores, de los héroes, y que evoca la grandeza de la Antigüedad clásica griega. ¿Quién podría tomar este rol protagonista? Fue, curiosamente, uno de esos habituales secundarios quien postuló a ello, Xavier López-Aróstegui, quien acercó a España a tan solo cinco puntos tras anotar ocho tantos seguidos. Inesperado, ya que el jugador del Valencia Basket había disputado un torneo mediocre. No obstante, un último arreón rival, con el sello de Anteto y Dorsey, volvió a ampliar la ventaja helena para irse a vestuarios con una cómoda ventaja (50-35).

¿Un imposible?

Ulises tardó veinte años en regresar a Ítaca en el texto de Homero y a España le quedaban la misma cantidad, pero en minutos, para remontar el encuentro y no culminar su ridícula participación en suelo chipriota. El parcial de 0-9 volvió a dejar el partido en apenas seis puntos de diferencia, aunque la estrella de Milwaukee Bucks no estaba por la labor de regalar nada y contrarrestó el vendaval con tres excelentes acciones. Quizás, más que la épica, había que tirar de fábula, como aquella de la hormiga y la cigarra, la que enseña que el trabajo continuo puede dar sus frutos. Un canastón de Pradilla bajó la diferencia a cuatro puntos pasado el ecuador del tercer parcial. Había partido, y eso era una gran noticia para los de Scariolo, que llegaron a estar dieciséis puntos abajo en el marcador. Además, Antetokounmpo tuvo que irse al banco, con tres faltas cometidas.

El 63-68 con el que inició el último cuarto mantenía a España en la UCI, pero con las pulsaciones más controladas que en gran parte del encuentro. Y dos canastas seguidas de los hermanos Hernangómez apretaron más el encuentro, dejando la distancia a remontar en solo dos tantos. España no estaba tan cerca desde los primeros instantes del encuentro. ¡Y Mario Saint-Supéry puso el empate con un triplazo! Ulises ya oteaba Ítaca. El problema es que el gigante Polifemo no estaba muerto: Antetokounmpo volvió al parqué de Limassol con el objeto de volver a imponer su tiranía. E hizo daño. Con tan solo cinco minutos por jugar, España estaba tan solo cuatro puntos por debajo.

Un triplazo de Pradilla, que cuajó un gran partido, y dos tiros libres anotados por Aldama voltearon el marcador. España estaba uno arriba a falta de tres minutos (82-81). Pero Grecia reaccionó, de la mano del citado Polifemo y, con un par de pérdidas evitables en las definitivas acciones ofensivas, tiró por la borda toda la remontada previa. La guinda la puso Juancho Hernangómez, esquivando la última opción de engancharse al partido tras fallar tres tiros libres consecutivos, culminando así un torneo decepcionante en lo particular. España queda eliminada en primera fase. Una canícula para olvidar y un triste adiós para el mejor entrenador de la historia del combinado nacional de baloncesto masculino.