Debut optimista de España ante una débil Bulgaria (114-87) con Brown y Rudy de líderes

Bienvenidos a la nueva ‘Familia’. La Selección Española de baloncesto dio comienzo en un Tbilisi Arena (Georgia) prácticamente vacío al Eurobasket 2022, el primer torneo FIBA de los últimos 30 años en el que España no llega como una de las grandes favoritas para conseguir medalla. La presentación fue brillante: paliza a Bulgaria por 114-87, a la que se sacó una diferencia de 20 puntos desde el segundo cuarto. Era el rival más débil del grupo y la victoria era obligatoria, pero a nadie le amarga un dulce e inyectar optimismo a esta nueva Selección, es algo positivo.

Lorenzo Brown y Rudy Fernández se llevaron los flashes. El primero debutando a lo grande en Europa, siendo el mejor jugador del partido y explicando (en lo deportivo) por qué Sergio Scariolo apostó por él. En el caso del capitán, por jugar su séptimo Eurobasket y erigirse como el gran capitán y líder que necesita un grupo joven, pendiente de una necesaria evolución, aunque fuera sin salir de inicio. El seleccionador volvió a apostar por la dupla de los Hernangómez, Willy y Juancho, como referencia interior. Usman Garuba y Jaime Pradilla ilusionaron desde el banquillo.

Revolución desde el banquillo

La mejor noticia en cuanto a sensaciones se encontró en el banquillo. Rudy Fernández, cuyo físico obliga a una restricción de minutos, especialmente en el inicio del torneo, ofreció jerarquía y orden a los más jóvenes. Garuba, que no entró en el cinco titular por los hermanos Hernangómez, exhibió su poderío en el rebote ofensivo, donde es un auténtico especialista. La energía del jugador de los Houston Rockets permitió abrir hueco ante Bulgaria desde el primer cuarto.

Buenos detalles dejó Jaime Pradilla vistiendo un número ‘cuatro’ de dorsal que da cierto vértigo. Intensidad en el rebote y calidad a la hora de subir la bola al aro. Le faltó, eso sí, más atrevimiento desde el tiro exterior. El de Valencia no probó demasiado su mano desde posiciones abiertas. Ahí no perdonó Rudy, quien a sus 37 años va sobrado de personalidad. La prueba llegó con un triple, solo, que el madridista falló; la jugada continuó y volvió a recibir bola, el alero, esta vez cubierto, se la volvió a jugar y celebró los tres puntos. Necesitará esa versión de Rudy Fernández el equipo. Si en el quinteto titular, sí habrá una diferencia notable con la Eslovenia de Doncic o la Serbia de Jokic, la segunda unidad española da motivos para un optimismo controlado.

Con +18 arriba en el final del segundo cuarto, Sergio Scariolo explotó por un fallo defensivo del equipo. Un pick and roll mal cubierto que acabó en mate de Emil Stoilov. Fue el mayor enfado del técnico italiano en todo el partido. Estaba justificado: si España tiene alguna opción real de morder metal, va a ser a través de la defensa. La convocatoria está basado en ello y estos despistes se pueden permitir contra Bulgaria, pero no ante cualquiera de las favoritas.

La carta de presentación de Lorenzo Brown

El nuevo director de juego de la Selección Española se marchó al descanso sumando 10 puntos, 4 asistencias y 2 robos en su estadística personal. Si esta transición busca pilares en los que sostenerse, Brown dio un paso al frente. Existe el debate (lógico) sobre su llegada a la ‘Familia’ vía nacionalización exprés, pero sobre el parqué, el estadounidense demostró jerarquía, control y efectividad. Ya sea desde el exterior -muy sólido en la línea de tres- o a través de potentes penetraciones, Lorenzo asumió galones ofensivos, dejando solo un par de despistes en defensa.

El planteamiento en ataque del seleccionador se basará en Brown, Willy Hernangómez en el poste bajo -quizás la posición mejor cubierta- y Juancho intercalando posiciones. Desde el banquillo, Rudy Fernández como tirador experto y los arreones de los más jóvenes. La receta da, de sobra, para ganar fácil a Bulgaria. Buen impulso para empezar un torneo como el Eurobasket, donde coger confianza es primordial. La duda es si este nivel se podrá sostener frente a los cocos. Scariolo, de momento, quedó satisfecho pese a algún fallo atrás.