Seis clubes en la ACB en 2024-2025: por qué los catalanes son los reyes del baloncesto

Cataluña es la cuna del baloncesto español. Allí surgió en 1922 el primer club de España, el Laietà BC, al que siguieron el CE Europa o el FC Barcelona, entre otros. La región también ha visto nacer a algunos de los mejores jugadores de la historia del país, como los hermanos Gasol, Ricky Rubio, Juan Carlos Navarro o Jordi Villacampa, entre otros. Tras años de dura transición, en los que la crisis económica se llevó por delante parte de su tejido deportivo, incluyendo al antiguo Akasvayu Girona y con Joventut en el alambre, el básquet catalán vive una nueva época dorada.

Tendrá seis clubes en ACB en 2024-2025 (contando a MoraBanc Andorra), récord de la competición. Los éxitos del baloncesto catalán se sustentan en una fuerte apuesta por la base. Es la región con más federados en España, con un total de 82.818 en 2023, según los últimos datos publicados por el Consejo Superior de Deportes (CSD). Supera por un millar a la Comunidad de Madrid (81.755), aunque está por detrás en número de clubes: 424 en Cataluña y 530 en Madrid.

* Artículo publicado originalmente en 2Playbook.com

La Federación Catalana, de hecho, es una de las más fuertes a nivel territorial, tiene el récord de licencias femeninas (35%) y su presupuesto, de 10,7 millones de euros en 2024, supera lo que alcanzan dos tercios de las federaciones nacionales, está a la altura de otras como las de rugby o tenis, y próxima a las de balonmano y atletismo, que superan los 15 millones.

La fortaleza, no obstante, no reside únicamente en el tejido federado, sino en la propia cultura baloncestística, extendida desde las grandes ciudades a los municipios de menor tamaño, y con un amplio servicio de instalaciones deportivas callejeras que permiten a los jugadores practicar sin necesidad de competir. De hecho, a los federados habría que añadir el número de jugadores ocasionales sin licencia y a los que siguen el deporte pero ya no son practicantes.

Aún no existen datos sobre el negocio que genera el baloncesto catalán en conjunto. Sí se puede inferir que supera holgadamente los 50 millones de euros, a partir de los datos de la federación, los clubes ACB y de Liga Femenina. La federación catalana aún debe aprobar las cuentas de 2023, aunque su presupuesto se fijó en 10,7 millones de euros. A ello hay que añadir los más de 30 millones que facturan los seis clubes de la ACB, y los más de dos millones de euros que generan los tres de Liga Femenina Endesa. El resto corresponde a los clubes y organizaciones en categorías inferiores o dedicadas a la organización de torneos.

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El FC Barcelona lidera en ingresos y aporta cerca de la mitad de los ingresos agregados de los clubes ACB, con 16,92 millones de euros en 2022-2023, a falta de confirmar sus datos con las cuentas de este año. Le siguen Joventut y MoraBanc Andorra, que incluso está por encima en número de abonados e ingresos comerciales del FC Andorra de Gerard Piqué, descendido a Primera Rfef este año. Un escalón más abajo están Baxi Manresa y el Bàsquet Girona de Marc Gasol, que ha mantenido la categoría por segundo año consecutivo y este verano se ha transformado en SAD. Ambos manejan presupuestos de entre 3,5 y 4 millones de euros. La lista la cierra el recién ascendido Hiopos Força Lleida, que espera un salto presupuestario que le permita ser competitivo en Liga Endesa.

El básquet catalán no siempre ha atravesado un momento tan boyante. En la década anterior el Barça estuvo a punto de quedarse como único representante. El antiguo Akasvayu desapareció por problemas económicos y se refundó bajo el actual Bàsquet Girona; Joventut superó primero un concurso de acreedores estuvo a punto de volver a entrar en los juzgados de no ser por el rescate de Scranton, el vehículo inversor de la familia Grifols y otros ejecutivos de la farmacéutica; Força Lleida estuvo seis años seguidos sin alcanzar play-offs en LEB Oro; MoraBanc Andorra no pudo lograr el ascenso hasta 2014 y Baxi Manresa descendió en 2016-2017 para volver un año después.

Hoy todos los proyectos se han consolidado y, por primera vez en más de dos décadas, no habrá ningún club catalán en Primera FEB (la segunda división). En Liga Femenina el dominio catalán no es tan evidente. A pesar de ser la región que más clubes tiene en la liga, con tres (Spar Girona, Cadí La Seu y Joventut, ascendido este año y que coge el testigo del Barça CBS, que renunció a la plaza por problemas económicos), es una distinción que comparte con Euskadi y Galicia (otros tres clubes cada una).

Uni Girona ha perdido peso en la competición tras ser el gran rival de Perfumerías Avenida en la década anterior. Su lugar lo ocupan hoy Casademont Zaragoza y Valencia Basket, con el potencial inversor que les da tener equipo en ACB. Cadí La Seu se ha caído de las competiciones europeas y tiene uno de los presupuestos más bajos de la liga y Barça CBS ha perdido la plaza en los despachos tras un año de problemas económicos y retrasos en los pagos a las jugadoras y staff. Força Lleida, además, ha cerrado su proyecto femenino en Liga Femenina 2 tras fusionarse con el Bàsquet Lleida en 2023 y arrancará de nuevo en categoría regional para destinar todos los recursos económicos al proyecto ACB.

Además, de los clubes que había en LF Challenge en 2023 (la segunda división femenina), tres descendieron deportivamente y el cuarto, Joventut, logró el ascenso. El año que viene sólo quedará un equipo, el Barça CBS, que vendió su plaza en LF Endesa y, salvo un gran año en lo deportivo, no estará entre los principales presupuestos para pelear por el ascenso. El desarrollo del femenino en la élite, por tanto, es la asignatura pendiente del baloncesto catalán tras recuperar su huella en el masculino.