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El Real Madrid aplasta al Barça en su casa en un primer asalto teñido de blanco (75-88)
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Final de la Liga ACB

El Real Madrid aplasta al Barça en su casa en un primer asalto teñido de blanco (75-88)

El conjunto de Pablo Laso, con Chus Mateo en el banquillo, machacó a los azulgranas a base de un ritmo infernal, robos, rebotes y velocidad en ataque. Los blancos ganan el factor pista

Foto: El Madrid asesta el primer golpe. (EFE/Enric Fontcuberta)
El Madrid asesta el primer golpe. (EFE/Enric Fontcuberta)

El Real Madrid sembró el Palau Blaugrana de silencio y caras largas en una exhibición abrumadora en el primer partido de la final. El ciclón ofensivo blanco fue total y los de Pablo Laso, con Chus Mateo en el banquillo, dominaron el partido de cabo a rabo sin desperdiciar una ventaja que siempre osciló entre los 14 y 16 puntos. Los azulgranas, paralizados en ataque y superados en defensa, sufrieron la ausencia de Sanli en el juego interior frente a la superioridad de Tavares y Deck y el acierto demoledor de Hanga y Causeur en el juego exterior. Solo en el último cuarto, cuando Jokubaitis encendió la llama de la remontada, el Barça pudo acercarse al Madrid antes de que Deck y Causeur volviesen a condenar a los culés. El factor pista ya le pertenece al Madrid (75-88).

El buen inicio le duró al Barça entre poco y nada. A lomos de Nikola Mirotic, el jugador de origen montenegrino trató de tirar del carro al principio. Un tapón ilegal de Hanga convirtió sus dos primeros puntos y él aumentó la distancia con un triple... pero se desinchó con tres balones consecutivos perdidos. El Madrid, que no se dejó intimidar por la puesta en escena azulgrana, tenía claro el mecanismo para percutir la defensa local y giró la inercia del partido con un vendaval ofensivo. La clave pasó por correr tras cada robo o rebote defensivo y castigar las acciones desacertadas del Barça en la pintura. Del 5-0 se pasó al 7-11 blanco, donde los de Pablo Laso disfrutaban de las pérdidas locales. Ya no soltarían la victoria.

placeholder Adam Hanga, uno de los grandes protagonistas del encuentro. (EFE/Enric Fontcuberta)
Adam Hanga, uno de los grandes protagonistas del encuentro. (EFE/Enric Fontcuberta)

Fue entonces cuando Cory Higgings trató de emerger para sustituir el liderazgo de Mirotic... pero el Real Madrid ya estaba en manos de Fabien Causeur que protagonizó ocho puntos del madrid en el primer cuarto. Con cinco puntos por encima y Tavares despistando al Barça por dentro, pidió tiempo muerto Saras Jasekevicius, visiblemente enfadado por los desajustes defensivos. El Madrid mandaba en el poste bajo con la dupla Deck-Tavares, así como a larga distancia. Si el Barça era un flan desde la línea de tres con un solo lanzamiento de tres intentos, el conjunto blanco machacó a los azulgranas con un 4/5 letal gracias a su selección de tiro, la buena circulación ofensiva y Adam Hanga taladrando las dudas defensivas locales. El Madrid cerraba el primer cuarto por encima (17-30) flotando por la pista.

El segundo asalto se reanudó a toda máquina con los triples de Laprovittola y Rudy Fernández. El Madrid logró la diferencia máxima (20-37) y el recital visitante bloqueó a los de Jasikevicius. Los blancos, totalmente sueltos, dominaban cómodamente y mantenían una distancia demasiado grande para el Barça. La entrada de Kuric y sus cinco puntos consecutivos amortiguaban el desierto ofensivo azulgrana sin que el rendimiento colectivo mejorase. Fue entonces cuando Randolph se lesionó en una acción que produjo escalofríos en un Palau Blaugrana que ovacionó al estadounidense.

El Barça, atenazado, no tenía fluidez y cada acción ofensiva era un parto. Del intercambio de tapones entre Mirotic y Deck se pasó al francotirador Hanga y sus 16 puntos y la aprición de Poirier. El francés anotaba a placer y cargaba el rebote ofensivo y defensivo sin frenos. El Madrid se disparó a los 20 puntos de diferencia con los cinco puntos de Poirier y los blancos, con Chus Mateo en el banquillo por la ausencia de Pablo Laso, eran una apisonadora. Al final del segundo cuarto, los dos puntos de Laprovittola dejaban al Barça a 18 puntos de su rival. "49 puntos al descanso en casa no es posible", decía Kuric al ser preguntado al descanso (31-49).

"El problema es de energía, saltan por encima de niuestras cebazas y.. hay que dar guerra", confesaba Jasikevicius antes de dar salida el tercer asalto. Pues dicho y hecho. Los azulgranas, con una marcha más tras pasar por el vestuario, mejoraron en el apartado ofensivo. Calathes, Smits y Mirotic anotaron, pero el Madrid siguió encontrando facilidades, antideportiva de Smits mediante, para hacer lo propio con un notable Deck y sus cuatro puntos consecutivos. La pequeña reacción del Barça quedó sepultada por la dupla del argentino con Causeur, en la línea de sus play-offs, que mantenía una distancia regular de 14-15 puntos.

placeholder Tavares, vital en la pintura. (EFE/Enric Fontcuberta)
Tavares, vital en la pintura. (EFE/Enric Fontcuberta)

El Barça subió su agresividad en defensa... durante un minuto, sin dejar que el Madrid circulase la pelota con tanta velocidad y acierto, la línea de tiros libres y el acierto de Deck colocó de nuevo los 16 puntos de ventaja (45-61) al ecuador del tercer cuarto. El argentino, el más listo en el rebote ofensivo, anotó dos puntos más que le auparon a los 10 y mantuvieron al Barça a raya. En un fantástico partido de Juan Nuñez, Taylor anotó un triple tras su asistencia y otros dos puntos que bajaron el suflé culé por si Deck no lo había logrado ya. Jasikevicius, desquiciado, se llevó la técnica tras protestar airadamente una falta de Higgins a Nuñez y el Madrid respiró con 23 puntos de por medio (51-74).

En el último cuarto, tres triples consecutivos del Barça obra de Jokubaitis y Smits sirvieron para recortar la enorme distancia en el electrónico a falta de siete minutos y 43 segundos. Por primera vez, el Palau Blaugrana se encendió gracias al lituano con una bandeja que no pudo taponar Tavares. A 11 puntos tras ir 23 abajo, la llama de la remontada prendió. Por suerte para los blancos, la energía culé se topó con Deck y Tavares de nuevo. El Barça no tuvo contundencia por dentro, especialmente Mirotic, ni por fuera en el momento clave y se disipó la remontada.

Los rebotes ofensivos blancos anularon al Barça y a dos minutos del final, el público local empezó a abandonar sus asientos. A pesar de que el Real Madrid descendió su acierto desde la línea de tres (0/5 de triples) y 1/8 en tiros de dos en el último cuarto, la falta de puntería en ataque azulgrana y la diferencia en el rebote (16 rebotes en ataque blancos) fueron una losa demasiado pesada para los azulgranas. Los hombres de Pablo Laso se imponen en el primer cuarto con total autoridad y ganan el factor pista.

El Real Madrid sembró el Palau Blaugrana de silencio y caras largas en una exhibición abrumadora en el primer partido de la final. El ciclón ofensivo blanco fue total y los de Pablo Laso, con Chus Mateo en el banquillo, dominaron el partido de cabo a rabo sin desperdiciar una ventaja que siempre osciló entre los 14 y 16 puntos. Los azulgranas, paralizados en ataque y superados en defensa, sufrieron la ausencia de Sanli en el juego interior frente a la superioridad de Tavares y Deck y el acierto demoledor de Hanga y Causeur en el juego exterior. Solo en el último cuarto, cuando Jokubaitis encendió la llama de la remontada, el Barça pudo acercarse al Madrid antes de que Deck y Causeur volviesen a condenar a los culés. El factor pista ya le pertenece al Madrid (75-88).

Nikola Mirotic Real Madrid Pablo Laso