Tomic y Perperoglou capitanean el repaso del Barça al Real Madrid en el Clásico

La idea de que los Clásicos (o cualquier partido de máxima rivalidad) son los partidos más imprevisibles suele ser criticada por tópica, pero son esos encuentros los que tienen los guiones más inesperados. Si descartar por completo una victoria del FC Barcelona en el duelo de este domingo contra el Real Madrid, por muchas lesiones que tuviera, era una temeridad, no lo era menos imaginar un desarrollo como el que se vivió en el Palau Blaugrana. El Barça se sobrepuso a sus problemas, fue mejor de principio a fin y ganó con autoridad (85-75) un encuentro que a estas alturas del curso no tiene muchas consecuencias en la clasificación, pero que tiene un valor enorme para los azulgrana.

Esta es una victoria que refuerza todo un proyecto. No es que hubiera dudas del trabajo de Georgios Bartzokas, pero con tanta lesión y las malas sensaciones en algunos partidos, la era pos Xavi Pascual no había comenzado de la mejor manera. Por eso es tan importante el triunfo de este domingo. No solo porque derrotar al Madrid siempre lo es, también por la manera en la que consiguió la victoria, que fortalece a unos jugadores (como Vezenkov) que están respondiendo bien en una etapa de supervivencia, como la definió el entrenador azulgrana.

El Barça ganó porque se lo creyó, solo de esa manera podía sobreponerse a la dificultad. Salió desde el primer minuto más enchufado que el Madrid y con un plan que ejecutó a la perfección. Ese plan pasaba por evitar que su rival hiciera su juego gracias a una gran defensa y por buscar a Ante Tomic, la única referencia interior sin Doellman. Ambas cosas se cumplieron y el partido se jugó al ritmo que quiso el Barça, que fue el que marcó Tyrese Rice. "La defensa es muy importante si quieres conseguir títulos, y hoy lo hemos conseguido a pesar de la falta de efectivos. Además, hemos intentado conseguir canastas fáciles en la zona", explicó Bartzokas en rueda de prensa.

Imparable Tomic

La importancia de Tomic fue enorme desde el principio. Su primer defensor, Gustavo Ayón, cometió dos faltas en poco tiempo y se fue al banquillo. En ese momento, al Madrid se le abrió un boquete en la pintura que no consiguió cerrar en toda la primera parte, en la que el pívot croata campó a sus anchas. Hace mucho que Tomic cambió el Madrid por el Barça, más de cuatro años, pero cada partido entre ambos equipos le coloca inevitablemente bajo los focos. En el Palacio le pitan cada vez que toca el balón; en el Palau se crece con el apoyo de su público. Su primer riempo, con 14 puntos, 7 reboyes 4 asistencias, fue magnífico. Castigó a sus defensores bajo el aro y aprovechó la atención que le dedicaban para asistir a sus compañeros.

El Real Madrid, que había comenzado moviendo bien el balón, pero fallando tiros abiertos, perdió la claridad en ataque con el paso de los minutos. Solo el Chapu Nocioni, que anotó 8 puntos en el segundo cuarto, le mantuvo cerca en el marcador, pero al final de ese período, el partido se rompió en el macador, pues en el juego ya lo había hecho. "Fueron muy superiores en el primer tiempo, consiguieron una ventaja definitiva. Luego mejoramos, pero la diferencia en el marcador era corta incluso para la sensación y la valoración del primer tiempo", reconoció Pablo Laso. Un parcial de 11-0 le dio la primera ventaja importante al Barça. En ese momento, el Madrid estaba totalmente desarbolado, sin ideas para contrarrestar al equipo azulgrana. Los 33 puntos (13/33 en tiros de dos y 5/15 en triples) al descanso es su peor registro de la temporada. "El Barcelona quiere el partido y nosotros no", dijo Nocioni en el descanso ante las cámaras de 'Movistar+'.

El Madrid mejoró en ataque en el tercer cuarto, pero apenas se acercó en el marcador porque no lo hizo en defensa. El partido entró en un intercambio de canastas que benefició al Barça, que ya tenía una ventaja importante. De los 18 puntos locales en ese período, 10 los anotaro Tomic y Perperoglou, que volvió a lucirse contra el Madrid. La temporada pasada fue protagonista en dos partidos contra los blancos: en la victoria en casa en el Top 16 de la Euroliga fue el mejor con 20 puntos y en el primer partido de la final de la Liga Endesa anotó sobre la bocina la canasta del triunfo. El alero griego, el prototipo de jugador de equipo, se crece en los partidos grandes. Y el Barça lo agradece.

El Madrid se acercó en el último cuarto

El Real Madrid entró en el último cuarto a distancia considerable (67-53), pero no imposible de remontar. El panorama se le puso más oscuro tras una técnica a Luka Doncic que le permitió al Barça ponerse con 19 de ventaja (74-55). En ese momento, cuando la mayoría de equipos bajan los brazos, el Madrid lo intentó por última vez y metió el miedo en el cuerpo a los aficionados culés. Lo hizo sin Llull, Rudy y Randolph (14 puntos y un 5/22 entre los tres), sino con Draper, Carroll, Maciulis, Hunter y Ayón. Ese quinteto, el que mejor le funcionó a Pablo Laso, forzó varias pérdidas del Barça y cosiguió un parcial de 13-2. El Madrid se puso a 8 (76-68) y tuvo varios lanzamientos para acortar aún más la diferencia. Pero no lo hizo.

Primero Koponen, con un triple, y luego Rice, en un uno contra uno ante Nocioni que enfadó al argentino (luego se encararon y el Chapu fue expulsado), sentenciaron el partido. El base estadounidense no fue el de la Supercopa, pero hacer un partido brillante, se fue hasta los 16 puntos y fue el tercer máximo anotador del Barça tras Tomic (19) y Perperoglou (18). "Nuestro partido ha sido muy malo. Sirve de aprendizaje. Hay que darle la vuelta a la situación", dijo Laso. Es la tercera derrota del Real Madrid esta temporada, tras las sufridas contra el Barça en la Supercopa y el Baskonia en la Euroliga, pero en ninguna se le vio tan superado como en la de este domingo.