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El título de Copa apuntala al Real Madrid en su temporada más complicada
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"Hemos llegado muy con el gancho", dijo Laso

El título de Copa apuntala al Real Madrid en su temporada más complicada

Tanto el entrenador como los jugadores reconocieron que el equipo llegó justo a A Coruña, después de una temporada llena de altibajos por las lesiones y el cansancio

Foto: Felipe Reyes levanta la Copa ganada por el Real Madrid en A Coruña. (EFE)
Felipe Reyes levanta la Copa ganada por el Real Madrid en A Coruña. (EFE)

¿Puede un equipo que viene de ganarlo todo la pasada temporada y de ser el dominador del baloncesto español en el último lustro necesitar otro título? Si es el Real Madrid, sí. "No cabe otra cosa que ganar para nosotros", había dicho Sergio Rodríguez en la previa de la final. A esa exigencia de victorias se sumaba la temporada más complicada del equipo desde la llegada de Pablo Laso al banquillo. Con un primer tramo de curso lleno de lesiones, más derrotas de las previstas en la Liga Endesa y la clasificación para los cuartos de final de la Euroliga aún en el aire, ganar en A Coruña no solo era una 'obligación', sino una forma de apuntalar la trayectoria de un equipo que no se cansa de ganar.

"Veníamos con muchas dudas, no estábamos en nuestra mejor forma, hasta el punto de que nadie nos veía favoritos", comentó el Chapu Nocioni tras el partido. Ni el argentino ni ninguno de sus compañeros lo reconoció en público, pero la encuesta previa a la Copa, en la que ningún entrenador colocaba al Real Madrid como favorito, ha servido como acicate para el equipo. "Mis jugadores leen eso", dijo Laso, mucho más relajado en la rueda de prensa final. Tras un título, el vitoriano se libera y habla con más franqueza, lo que le lleva a pronunciar frases como que "Aíto es dios en el baloncesto", en referencia al entrenador del Gran Canaria.

Un equipo que llegaba tocado

El Madrid, reconoció Laso, llegó a A Coruña casi con la lengua fuera. "He entrado en le vestuario y uno a uno me decían: 'Estoy reventado, estoy reventado'. Hemos llegado muy con el gancho. Pero también hablé con ellos el jueves y les dije que íbamos a ganar. Y se lo han creído desde el principio, lo han demostrado. Mis quince jugadores, uno a uno, se merecen ser campeones de Copa porque se lo han currado mucho. Desde el más mayor, que es el Chapu, hasta el más crío, Doncic".

La Copa del Rey ejemplifica muy bien el dominio del Real Madrid desde que Laso llegó al banquillo en 2011. Entre 1977 y ese año, el club blanco ganó cuatro veces el título, el mismo número de ocasiones en las que ha triunfado desde entonces, para dejar la cuenta en 26. El torneo copero parece hecho a la medida de un equipo que da lo mejor de sí en esos cuatro días de adrenalina, aunque no llegue en su mejor momento. "Está siendo una temporada muy difícil, muy dura, en la que hemos tendo muchos altibajos. Este título la verdad es que nos da mucha confianza para competir en lo que queda de temporada", dijo Felipe Reyes.

"Sabemos llegar muy bien al momento importante, competir como lo hemos hecho y ganar", afirmó Sergio Rodríguez. Ese es quizá el gran mérito del Real Madrid: estar a tope en el momento justo. En el torneo más imprevisible en mucho tiempo, el Madrid ha interpretado el guion más aburrido, ese el que al final acaba levantando el trofeo. Desde 2011, el Real Madrid ha jugado 15 de 19 finales posibles y ha ganado 11 títulos, números que no solo se explican por la calidad de sus jugadores y su supremacía económica, que también juegan un papel importante. Hay algo más: una competitividad que ahora mismo está por encima de la de cualquiera de sus rivales.

¿Puede un equipo que viene de ganarlo todo la pasada temporada y de ser el dominador del baloncesto español en el último lustro necesitar otro título? Si es el Real Madrid, sí. "No cabe otra cosa que ganar para nosotros", había dicho Sergio Rodríguez en la previa de la final. A esa exigencia de victorias se sumaba la temporada más complicada del equipo desde la llegada de Pablo Laso al banquillo. Con un primer tramo de curso lleno de lesiones, más derrotas de las previstas en la Liga Endesa y la clasificación para los cuartos de final de la Euroliga aún en el aire, ganar en A Coruña no solo era una 'obligación', sino una forma de apuntalar la trayectoria de un equipo que no se cansa de ganar.

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