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Felipe Reyes aprieta los dientes para hacer líder al Real Madrid
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CLAVE EN LA DERROTA ANTE UNICAJA (92-77)

Felipe Reyes aprieta los dientes para hacer líder al Real Madrid

El Madrid consiguió el doble objetivo de ganar a Unicaja (92-77) y hacerlo por más de siete puntos. Es líder, cuenta con una victoria y la diferencia particular de ventaja gracias al arrojo de Felipe Reyes

Foto: Fran Vázquez intenta evitar el lanzamiento de Felipe Reyes (Efe).
Fran Vázquez intenta evitar el lanzamiento de Felipe Reyes (Efe).

El Real Madrid consiguió el doble objetivo de ganar a Unicaja (92-77) y hacerlo por más de siete puntos. De esta manera, es líder de la clasificación, cuenta con una victoria y la diferencia particular de ventaja gracias al arrojo de Felipe Reyes. Volvió a aparecer cuando más le necesitaba su equipo. El rebote defensivo del Madrid había desaparecido y el capitán no sólo lo encontró sino que anotó hasta 16 puntos en los primeros siete minutos del tercer cuarto, cimentando una diferencia en el marcador que acabaría siendo decisiva.

La importancia del partido para los dos equipos quedó patente en la pista desde el primer segundo. No hubo concesión alguna; ambos comenzaron enchufados y con fuertes defensas para maniatar al rival. Fue el Real Madrid el que marcó las primeras diferencias en el marcador gracias a su mayor acierto ofensivo, pero todas esas buenas sensaciones locales se malograron debido a los fallos en el rebote defensivo que otorgaron segundas y terceras oportunidades a los malagueños. El problema alcanzó magnitudes sísmicas y el primer cuarto finalizó con un rotundo 4-15 en rebotes. Aun así, el Madrid se las apañó para no perder la ventaja en el marcador y cerrar el primer cuarto con un 19-15 engañoso.

Estaba clara la prioridad del Real Madrid: cerrar el rebote y aferrar el balón por lo civil, lo penal o lo constitucional. La entrada de Nocioni y Slaughter buscó eso: nervio, garra, compromiso, lucha, batalla. Una falta en ataque señalizada a Slaughter fue uno de los puntos de inflexión del partido. Pablo Laso, entrenador del Real Madrid, protestó y el árbitro principal le señaló dos técnicas consecutivas. Tan seguidas fueron que Laso ni advirtió la segunda y se sorprendió cuando se dio cuenta de que debía abandonar la pista de juego. Esta circunstancia hizo que el apático público despertara en la grada y que el partido, denso, peleado, adquiriera una nueva dimensión.

El Madrid se sintió espoleado y apretó los dientes para meter otra marcha más al ritmo. El Unicaja, con anterioridad, hizo la goma y amagó en varias ocasiones con adelantarse en el marcador pero en ninguna de ellas consiguió su objetivo. El conjunto blanco igualó el rebote con un 9-9 en este apartado en el segundo cuarto y se fue al vestuario con seis puntos de ventaja, 43-37 aunque sin Laso, sin Carroll, por lesión, y con Rudy con tres personales. Reyes fue el protagonista de los primeros instantes del tercer cuarto al cerrar su aro en defensa, coger rebotes y ser el protagonista en ataque con ocho puntos consecutivos.

El capitán siguió dominando el timón de la nave madridista con mano firme, acaudillando una defensa agresiva, potente y efectiva ante un Unicaja desorientado y sin reacción. En ataque, además, Reyes anotó, asistió y dio una sensación de suficiencia total con Llull como perfecto escudero. Echado el candado a los rebotes, la ventaja local llegó a ser de veinte puntos. Unicaja no tiró la toalla pero admitió la superioridad de un Real Madrid que se dedicó a controlar la situación hasta el 92-77 final, con la única pega de que Rudy se retiró lesionado, con otro posible esguince de tobillo. Doncic, 17 años y perla de la cantera madridista, debutó a falta de 1,28 minutos y el primer balón que tocó fue un triple que anotó.

El Real Madrid consiguió el doble objetivo de ganar a Unicaja (92-77) y hacerlo por más de siete puntos. De esta manera, es líder de la clasificación, cuenta con una victoria y la diferencia particular de ventaja gracias al arrojo de Felipe Reyes. Volvió a aparecer cuando más le necesitaba su equipo. El rebote defensivo del Madrid había desaparecido y el capitán no sólo lo encontró sino que anotó hasta 16 puntos en los primeros siete minutos del tercer cuarto, cimentando una diferencia en el marcador que acabaría siendo decisiva.

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