¿De verdad puede ganar cualquiera en la Copa del Rey?

Entre 1990 y 2009 (20 ediciones), nueve equipos diferentes ganaron la Copa del Rey: Baskonia (6), Barcelona (5), Estudiantes (2), Joventut (2), Real Madrid (1), Zaragoza (1), Manresa (1), Valencia (1) y Unicaja (1). En todo ese tiempo, madridistas y culés sólo coincidieron dos veces en la final (2001 y 2007). Desde el 2010, en cambio, el panorama es totalmente diferente. Los dos grandes han copado cuatro de las cinco finales y se han repartido los títulos (3 para el Barça y dos para el Madrid). Este año ya están en semifinales, junto a los otros dos cabezas de serie, Unicaja y Joventut. ¿Ha dejado de ser de la Copa el torneo de las sorpresas?

A pesar de los datos anteriores, la sensación entre los participantes en la edición de este año es que el torneo sigue siendo imprevisible y que cualquier cosa puede pasar. "Barça y Madrid siempre estuvieron fuertes y estuvieron de favoritos. Obviamente en los últimos años siempre son ellos los que están ahí. Pero este es uno de los años en los que me parece que las puertas están abiertas", opina el Chapu Nocioni, que ganó el torneo en 2002 y 2004 con el Baskonia. Este año, los vitorianos no se clasificaron tras 18 años seguidos haciéndolo.

"Los dos grandes siguen siendo grandes y pueden acumular más talento, aunque no carácter", dice el exjugador Anicet Lavodrama, en Gran Canaria para ver la Copa. "Pero no se ha perdido el factor sorpresa. En los partidos del viernes, pensaba que el Valencia podía darle problemas al Barcelona. Y el Unicaja está siendo líder con un equipo bastante bien construido y bien llevado por Joan Plaza", añade.

Los entrenadores de los dos beneficiados por la situación actual, Pablo Laso y Xavi Pascual, niegan que se haya perdido igualdad, ya sea porque lo creen así o porque les sirve para quitarse parte de la presión de ser favoritos. "Si que no haya sorpresas significa que el Madrid va a jugar la final... Eso habla bien de los equipos que llegan a la final o que la ganan. Yo siempre pienso que puede haber sorpresas. Es un partido; es muy difícil pensar quién va a ganar un partido en cualquier deporte. Al final hay que jugarlo", dice Laso.

"Es verdad que en las últimas ediciones o ha ganado uno o ha ganado otro, pero es una competición en la que muchos de los partidos que ha habido en medio se han decidido por muy pequeños detalles. Cualquier cosa puede pasar. Tienes una mala noche y estás fuera. El otro equipo tiene una noche certera y te saca del partido. Es una competición muy bonita por eso", opina Pascual.

La visión de los equipos que intentan cambiar la tendencia difiere un poco, aunque siguen manteniendo la esperanza de dar la sorpresa. Pere Tomàs, que el año pasado dio la sorpresa con el CAI Zaragoza al ganar al Unicaja y que ganó la Copa en el 2008 con el Joventut, cree que "lo más normal es que lleguen siempre los mejores equipos, pero lo que tiene la Copa es que es a un partido". Su entrenador hace siete años era Aíto García Reneses, que ha ganado cinco veces el torneo y este entrena el anfitrión, el Herbalife Gran Canaria. "Eso ha sucedido quizá en los dos o tres últimos, pero hace cuatro, hace cinco y hace seis, no. Por tanto, esperemos que los ciclos continúen y todos tengamos nuestra pequeña opción", dice.

"Yo sigo pensando que puede haber sorpresas. No sé si hoy o mañana, pero la Copa es una competición muy abierta y ha sido tradicional que no ganen los equipos teóricamente más fuertes. Espero que sea así en esta edición o en las que vengan", dice Alfonso Reyes, presidente de la Asociación de Baloncestistas Profesionales (ABP) y ganador en en 1992 y 2000 con el Estudiantes.

Formatear la ACB

La Copa del Rey de este año ha sido presentada como la más igualada de los últimos años debido sobre todo a la clasificación de la Liga Endesa tras la primera vuelta: el Unicaja líder, el Joventut como cabeza de serie, los problemas de Madrid y Barça. "Hay quizá algo más de igualdad en muchos equipos", explica Lavodrama, "pero porque muchos construyen los planteles de la misma manera". El exjugador congoleño, que jugó 13 años en la ACB, cree que se debería formatear la competición.

"Hay que vender el producto. Pero es mucho mejor vender el producto formateando el nivel de competitividad en la medida de lo posible. La fórmula es primero la formación de los jugadores. Luego el otro tema es el límite salarial, para que todo el mundo esté jugando con más o menos lo mismo. Tú te gastas 20.000 pesetas y yo me gastaré 19 o 22.000 pesetas, que es lo que me puedo gastar. Eso puede equilibrar más las cosas. Pero va a haber pocas sorpresas porque los que tienen más presupuesto en general van armar mejor su plantilla", analiza.

"Si hay un tope salarial y se hacen las cosas mejor en la base, creo que se equilibrarían un poco las cosas de forma real. Ahora, cuando llegamos a la Copa tenemos que decir todos que no va a ser aburrida y que no sabemos cuáles van a ser los resultados".