Sergio Llull y Felipe rescatan al Madrid en otra victoria muy sufrida ante Unicaja

Mientras una eliminatoria de semifinales se está decantando de forma muy evidenciada hacia uno de los dos equipos, en la otra, la que se ha estado jugando en Madrid, la igualdad está siendo tan soberbia que hace olvidar sobre el parqué del Palacio la importante diferencia clasificatoria entre Real Madrid y Unicaja. De hecho, si hubiese que decir qué equipo parece el poderoso y cual el aspirante al cetro, habría que mojarse por los que iban vestidos de verde.

Sin tratar de quitar ningún tipo del mérito al Unicaja, ganado con trabajo y muchísimo tesón durante estos dos encuentros, lo cierto es que parece que el equipo de Pablo Laso está llegando al final de temporada apurando los últimos litros de gasolina que le quedan en la reserva. Que Sergio Rodríguez es el hombre que suele romper los partidos en favor del Real Madrid es evidente; el canario es el encargado de ajusticiar a los rivales ya mermados por el esfuerzo físico acumulado por defender al quinteto titular merengue. Esa es la teoría llevada a la práctica durante todo el año. El problema es que ese quinteto titular no está agotando a los rivales, sino más bien sucede al contrario.

La capacidad aparentemente innata que tenía el Madrid de matar los partidos casi siempre antes del descanso ya no se encuentra por ningún lado. Ni contra el CAI Zaragoza, ni contra Unicaja se ha alejado nunca en el marcador. Al final de los primeros veinte minutos de este segundo encuentro contra los malagueños, ningún madridista llegó a los diez puntos, mientras Fran Vázquez y Jayson Granger tenían 12 puntos cada uno. Nadie lidera el ataque blanco, y tampoco la defensa: 48 puntos de los andaluces al descanso, con una progresión de acabar con 96, y esta vez sin prórroga, no como en el primer partido.

Joan Plaza conoce al Madrid, no porque haya sido su entrenador, sino porque sabe cómo hacerle mucho daño a su exequipo. Nunca tienen los blancos posibilidades de correr a la canasta contraria, no hay contraataques fáciles. La intensidad bajo los aros es magnífica y el rebote, tanto ofensivo como defensivo, era cosa de Caner-Medley, Carlos Suárez y Vázquez. Y ante la debilidad blanca bajo los aros, con Mirotic y Bourousis difuminados, la opción del Madrid se reducía al perímetro, dependiendo entonces del acierto de los lanzadores exteriores, con Carroll y Llull como adalides.

Y claro, si están los dos entonados, se puede apagar cualquier rebelión contraria a los intereses blancos. Se metió en el partido el Madrid en los últimos instantes del tercer cuarto, algo tarde, pero a tiempo para arreglar el desaguisado que le había preparado el buen equipo de Unicaja. Entre Felipe, Carroll, Llull y Rudy consiguieron un parcial de 14-3 que devolvía el mandato en el marcador para el último parcial del partido, después de haber ido perdiendo por hasta 7 puntos en distintas fases del choque.

Esos tres puntos de Unicaja que cortaban el parcial de 12-0 los anotó el segundo anotador del equipo de Plaza, Carlos Suárez, que falló su primer lanzamiento en el último cuarto tras siete intentos, tres de ellos fueron triples que acabaron dentro de la cesta. Pero esa reacción madridista mermó en exceso las voluntades malacitanas, que empezaron a desconfiar de sus opciones de victoria y vieron cómo la ventaja de 7 puntos propia pasaba a los 9 contrarios en un lapso de tiempo muy breve.

En ese instante empezó a estar realmente a gusto en el partido el Real Madrid. Hasta tal punto le cogió el ritmo al choque, que incluso empezó a ganar balones bajo los aros, a poder correr a la contra para machacar la canasta de Unicaja. Pero aun así, siguió sin poder romper el partido, sin sentenciar la segunda victoria en las semifinales. Al ritmo de Llull y Felipe no consiguió unirse el ‘Chacho’ en ningún momento, en el que puede que haya sido su peor partido en lo que va de playoffs.

Pero el Palacio, como decimos, no vería un final tranquilo. El Madrid llegó al último minuto de partido con ventaja de un solo punto, tras perder los nueve que consiguió en ese cuarto final. Rudy alejó a su equipo con un triple sobre la bocina de la posesión a cuatro puntos, pero en la jugada inmediatamente posterior, Txemi Urtasun respondió con otro lanzamiento de tres.

La responsabilidad recaía en el Chacho, que anotó sus dos tiros libres y dejaba a Granger con la misma obligación de anotar, pero con tres de distancia sobre el Madrid. Falló el primero, anotó el segundo y a falta de seis segundos, el Madrid estaba dos por encima de Unicaja. De nuevo, se la jugaban los blancos desde la línea de personal, y el capitán Felipe falló los dos, pero a la carrera, Granger no encontró el aro y los blancos se quedan a un triunfo de volver a jugar la final de la ACB.

Ficha técnica

89 - Real Madrid (22+22+26+19): Rudy Fernández (18), Mirotic (5), Carroll (14), Llull (17) y Bourousis (10) -equipo inicial-, Darden (3), Rodríguez (7), Slaughter y Reyes (15).

87 - Unicaja (26+22+18+21): Suárez (16), Granger (18), Vázquez (18), Toolson (11) y Caner-Medley (7) -equipo inicial-, Urtasun (5), Calloway (2), Kuzminskas, Hettsheimeir (2), Vidal (2) y Stimac (6).

Árbitros: José A. Martín, Emilio Pérez y Carlos Peruga. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente al segundo encuentro del playoff de semifinales por el título, al mejor de cinco partidos, disputado en el Palacio de Deportes de Madrid, ante 8.309 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento, en accidente de tráfico, del exjugador Carlos Montes.