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El bajón físico condena al Valencia Basket y deja al Barcelona a las puertas de la final
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victoria in extremis en la fonteta (59-60)

El bajón físico condena al Valencia Basket y deja al Barcelona a las puertas de la final

Un medio gancho in extremis de Tomic da el triunfo al Barcelona en La Fonteta (59-60). 2-0 en una eliminatoria que se pone muy fea para los taronja

Foto: Juan Carlos Navarro y Pau Ribas luchan por hacerse con un balón durante el segundo envite de las semifinales ACB. (Efe)
Juan Carlos Navarro y Pau Ribas luchan por hacerse con un balón durante el segundo envite de las semifinales ACB. (Efe)

En un partido ralo en lo baloncestístico,marcado por los nervios y la tensión que gobernada el ambiente, el Barcelona supo aprovechar su momento para asaltarLa Fonteta por segunda vez en tres días y ponerel 2-0 en la eliminatoria del playoff de semifinales de la Liga ACB ante el Valencia Basket. Un golpe definitivo en forma de medio gancho de unAnte Tomic providencial coronado como héroe. El pívot croatallegó justo a tiempo para, con un rebote ofensivo inconmensurable,salvar el pellejoy viajar a la Ciudad Condal con dos oportunidades de certificar su pase a la final (59-60). ‘Cultura del esfuerzo’ reza el eslogan por el que apostó el equipo que preside Juan Roig, uno de los hombres más ricos de España. Y a base de tesón, coraje y sacrificio volvió a naufragar un equipo que ha llegado muy justo a la recta final de la temporada. Un puerto de montaña donde justo antes de coronar llegó la pájara, echando por tierra la encomiable labor realizada durante buena parte del curso.

El ritmo trepidante propuesto por los locales era la mejor forma de expresión de una rabia contenida desde el pasado jueves, cuando la incontestable derrota (58-77) en el primer envite les hacía perder el factor cancha en la eliminatoria. Tras la sangría en el rebote ofensivo de hace dos días (16 capturas en tablero ajeno traducidas en 23 puntos), el Barcelona sólo era capaz de coger un rebote ofensivo. Romain Sato, deslucido en el primer partido, estrellaba sobre el tablero con virulencia el balón tras hacerse con un rebote. Agresividad y fiereza que que forzaban la friolera de 7 pérdidas de balón en el bando enemigo. Dos dosis elocuentes de que, pasase lo que pasase, el Valencia vendería su piel mucho más cara (22-12, minuto 10).

El ímpetu exhibido trajo daños colaterales de forma inmediata. El físico se resentía y la ansiedad se convertía en un indeseable compañero de viaje. Se nubló el cielo y se hizo de noche en la Fonteta. Fue en el barro, con el tirmo entorpecido, cuando el Barcelona hizo buena la extendida idea de ser un equipo que siempre compite. Casi cuatro minutos y medio sin anotar del Valencia -hasta siete sin conseguir una canasta en juego- que el Barcelona aprovechó para, sin demasiadas estridencias y con alguna salida de tono innecesaria (técnica a Víctor Sada), construir un escenario tenso, sin acierto y plagado de agobios. Sólo un triple del MVP de la temporada regular, Justin Doellman, en la penúltima posesión de la primera mitad y el inexplicable fallo bajo el tablero de un muerto viviente llamado Maciej Lampe conseguía dar un mínimo respiro. Sin un guión claro, a base de oficio y de enturbiar el panorama, el Barcelona, que llegó a perder por 13 al final del primer parcial, mandaba a los jugadores al vestuario con un encuentro a estrenar a la vuelta de la esquina (31-28, minuto 20).

El Barcelona mantenía la inercia y seguía empujando. Sato y Lishchuk se veían relegados al banco tras cometer su tercera falta. Momento decisivo donde se echó en falta del montenegrino Dubljevic, pieza irremplazable aportación de Pablo Aguilar, baja las próximas dos semanas debido a una inoportuna rotura fibrilar. Lorbek daba la primera ventaja al Barcelona desde el 4-5 (33-35, minuto 25). El esloveno aprovechó las carencias defensivas para reclamar una cuota de protagonismo que va disminuyendo de manera irremediable con el paso de los días. Un triple a una pierna de Marcelinho marca de la casa hacía de parche y sorteaba el colapso ofensivo de los suyos (43-46, minuto 30).

Sensaciones desconcertantes para un Barcelona que acudía a reponer energías con la impresión de haber castigar más a un rival preparado para desfondarse en los próximos diez minutos. En un partido rácano, con ambos contendientes sesteando y mirando de reojo las acciones acometidas por el contrario, cada punto valía su peso en oro. Doellman levantaba el ánimo de la acongojada grada Valenciana (49-49, minuto 35) cargando el rebote ofensivo ante la ternura de la defensa azulgrana. Con la precipitación y las dudas acechando el cerebro de los suyos, Xavi Pascual exigía encarecidamente que se jugara “a algo” en cada ataque. En el otro banquillo tampoco estaban para tirar cohetes.La inconsistencia física era un escollo demasiado imponente para un equipo a quien, tras ganar la Eurocup y cuajar la mejor temporada regular de su historia (30-4), la recta decisiva del curso ha terminado picando muy hacia arriba.

En un partido que quedaría definido por los detalles más insignificantes, Lishchuk cometió dos faltas que, además de dejarle fuera de combate, regalaban cuatro tiros libres al Barcelona. En medio del barullo y del nerviosismo generalizado, un triple del belga Van Rossomponía el empate en los albores del último minuto de partido. Tomic siguió con su particular viacrucis desde la personal (1/5) pero su único acierto obligaba al Valencia a anotar. Doellman aceptaba el reto con algo de intriga. Con los dos equipos por debajo del 40% de acierto, había que desnivelar la balanza. Momento para Juan Carlos Navarro.

En su nuevo rol de sexto hombre, Navarro se echó el equipo a la espalda para seguir reivindicándose como el auténtico líder espiritual de este equipo. Su jerarquíano daotra opción. En el primer partido de la serie ante el Laboral Kutxa (92-87), el escolta azulgrana se fue hasta los 24 puntos (4/4 en triples) y 5 asistencias. En el paseo militar que supuso el segundo envite (71-95) ante los vitorianos, al capitán culé le bastaron 18 minutos sobre el parqué del Buesa Arena para anotar 13 puntos. Al igual que el triple posterior de Marcelinho, su entrada forzada por la izquierda era una frivolidad.

Pero ahí estaba Tomic para, con dos rebotes en ataque consecutivos, salvar la papeleta. Tras el segundo, giró hacia dentro y con un medio gancho superó a un cómplice Triguero. Con dos segundos para el final, la pizarra de Perasovic designó a Doellman como el elegido para jugarse la última bola. Lafayette no vio claro el pase desde la línea de banda y, tras apoyarse en Triguero, acabó por jugarse un triple imposible de más de ochometros. 2-0 y la final que asoma en el horizonte. El próximomartes (20.15)tercer asalto en el Palau. Al menos hoy, sufrir y esforzarse no obtuvorecompensa.

Ficha Técnica:

59 - Valencia Basket (22+9+12+16): Van Rossom (13), Rafa Martínez (9), Sato (2), Doellman (16), Lishchuk (5) -cinco titular- Triguero (4), Ribas (-), Lucic (4), y Lafayette (6)

60 - FC Barcelona (12+16+18+14): Huertas (11), Oleson (3), Papanikolaou (8), Nachbar (-), Tomic (9) -cinco titular- Dorsey (2), Sada (3), Abrines (3), Navarro (8), Lorbek (9) y Lampe (4).

Árbitros: García González, Conde y García Ortíz. Eliminaron por faltas personales al local Lishchuk (m.37).

Incidencias: segundo partido de la semifinal de la Liga disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis ante 8.200 espectadores.Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento en accidente de tráfico el pasado viernes del exjugador Carlos Montes, que disputó más de 600 partidos en la ACB.

En un partido ralo en lo baloncestístico,marcado por los nervios y la tensión que gobernada el ambiente, el Barcelona supo aprovechar su momento para asaltarLa Fonteta por segunda vez en tres días y ponerel 2-0 en la eliminatoria del playoff de semifinales de la Liga ACB ante el Valencia Basket. Un golpe definitivo en forma de medio gancho de unAnte Tomic providencial coronado como héroe. El pívot croatallegó justo a tiempo para, con un rebote ofensivo inconmensurable,salvar el pellejoy viajar a la Ciudad Condal con dos oportunidades de certificar su pase a la final (59-60). ‘Cultura del esfuerzo’ reza el eslogan por el que apostó el equipo que preside Juan Roig, uno de los hombres más ricos de España. Y a base de tesón, coraje y sacrificio volvió a naufragar un equipo que ha llegado muy justo a la recta final de la temporada. Un puerto de montaña donde justo antes de coronar llegó la pájara, echando por tierra la encomiable labor realizada durante buena parte del curso.

Juan Carlos Navarro Valencia Basket