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El Real Madrid se vio obligado a ganar al CAI dos veces para golpear primero
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LOS ARAGONESES, MUY CONCENTRADOS (78-70)

El Real Madrid se vio obligado a ganar al CAI dos veces para golpear primero

El CAI, liderado por Sanikidze, no se fue nunca del partido, pero el Madrid, con Reyes a la cabeza, no desaprovechó las pausas del ataque maño (78-70)

Foto: Sergio Llull controla el balón ante la presión de los jugadores del CAI (Efe).
Sergio Llull controla el balón ante la presión de los jugadores del CAI (Efe).

En un Palacio de los Deportes que escuchó el último himno blanco, el Real Madrid recibió al CAI Zaragoza reeditando las semifinales del año pasado. En esta ocasión, se trataba del primer partido de una eliminatoria a tres, corta y traicionera en la que el primer punto se ha quedado en Madrid (78-70). Los hombres de Laso sabían la importancia que tenía el partido: con la ventaja de campo, querían asegurar la victoria para evitar complicaciones. Los aragoneses llegaban sin presiones y con el objetivo de plantar cara al campeón, que no pudo contar con Rudy como tampoco Abós con Norel. El CAI, liderado por Sanikidze, no se fue nunca del partido, pero el Real Madrid no desaprovechó las pausas que sufrió el ataque maño. A los blancos, intermitentes, les bastó un baloncesto poco vistoso para remontar un par de veces y golpear primero.

En la Plaza de Felipe II disfrutaron de un inicio de partido bonito. El CAI plantó cara al Real Madrid y lo hizo jugando bien, sin dar muchos goles, exhibiendo un estilo valiente que le permite luchar de tú a tú hasta que las fuerzas aguantan. Los primeros puntos fueron para los maños que sentían, de forma permanente, el aliento de los madridistas, muy acertados desde la línea de triples. Los hombres de Abós exhibían puntería en los tiros de campo aprovechando muy bien las situaciones derivadas de los cambios en el Real Madrid. Y fue, precisamente, el movimiento de banquillo de Laso el que situó a los suyos por delante en el marcador en los primeros compases del primer cuarto.

Era la primera vez que los blancos mandaban en el luminoso y lo hicieron gracias a Felipe Reyes (6 puntos, 3 rebotes y 9 de valoración en tres minutos y medio). La salida del capitán y del Chacho supuso un punto de inflexión para un CAI que, liderado por Sanikidze, se bloqueó en ataque. El Real Madrid ya había dado un paso adelante y la ventaja estaba en su parte de la cancha (19-18). Con el Chacho dirigiendo y Reyes anotando, el actual campeón puso la directa. Abós buscó una reacción para recuperar la claridad perdida. Al CAI le costaba cada vez más ante la agresiva defensa del Real Madrid. El ataque estático de los maños le llevaba a buscar situaciones en las que poder pillar desprevenido a su rival porque, a esas alturas, lo único que les mantenía con vida eran los rebotes.

Pablo Laso sentó a un Chacho poco acertado porque el equipo sufría en ataque, pidió más faltas al contraataque y no consiguió dar continuidad al juego de un Real Madrid que no acertaba a coger velocidad de crucero. Alternaba momentos buenos y malos, pero mantenía la frecuencia anotadora para seguir mandando en el marcador. Su máxima diferencia llegó a ser de ocho puntos, pero un trabajador y ambicioso CAI recortó distancias antes de irse al descanso (39-33) sabiendo que tanto ellos como su rival habían firmado una buena primera parte.

Tras el paso por vestuarios, el Real Madrid quiso romper el partido abriendo una brecha que se fue ensanchando poco a poco. Y en esa misión, los triples marcaron la diferencia: a los madridistas les entraban todos, a los maños casi ninguno. El CAI encadenó siete u ocho ataques en los que sólo anotó una canasta; pasar más de cuatro minutos con esa sequía frente al campeón es poner las cosas muy fáciles. Con semejante escenario, el Real Madrid no perdonó. No era un equipo vistoso, pero había cerrado caminos en defensa impidiendo que su rival se agarrase a su tabla de salvación, los rebotes en ataque. Fue entonces cuando Abós decidió cambiar su defensa y pasó a hacerlo en zona intentando erradicar la facilidad con la que los blancos encontraban canasta.

El Real Madrid mantenía su media aproximada de 20 puntos por cuarto, es decir, no perdía ritmo anotador. Cuando la bocina señaló el inicio del último cuarto, los blancos ganaban 55-48 después de que el CAI redujese la ventaja de 14 puntos a 7 gracias a la defensa en zona. Los hombres de Abós, que pedía intensidad, consiguieron que el Real Madrid perdiese el pulso al partido viéndose obligado a rearmarse. Los triples de Llull y Draden sumados a la perenne presencia de Reyes volvieron a poner las cosas en su lugar para los locales mientras el CAI veía cómo se le agotaba el tiempo. El conjunto aragonés, tenaz, se negó a entregar el partido y a 50 segundos del final vio al Real Madrid a seis puntos. Abós instaba a los suyos a creer con cambios constantes, pero la última canasta se tiñó de blanco y el primer punto de la eliminatoria se quedó en el Palacio de los Deportes.

Ficha técnica

Real Madrid (19+20+16+23): Carroll (3), Mirotic (9), Darden (9), Llull (16), Bourousis (11) y -equipo inicial-, Rodríguez (8), Díez (3), Mejri, Slaughter (1) y Reyes (18).

CAI Zaragoza (18+15+15+22): Roll (13), Elonu (5), Llompart (2), Sanikidze (12) y Tomás (4) -equipo inicial-, Jones (13), Stefansson (4), Rudez (5), Tabu (10) y Fontet (2).

Árbitros: Juan C. Arteaga, Miguel A. Pérez y Jorge Martínez. Sin eliminados.

Incidencias: Partido correspondiente al primer encuentro del playoff de cuartos de final por el título, al mejor de tres partidos, disputado en el Palacio de Deportes de Madrid, ante 8.428 espectadores.

En un Palacio de los Deportes que escuchó el último himno blanco, el Real Madrid recibió al CAI Zaragoza reeditando las semifinales del año pasado. En esta ocasión, se trataba del primer partido de una eliminatoria a tres, corta y traicionera en la que el primer punto se ha quedado en Madrid (78-70). Los hombres de Laso sabían la importancia que tenía el partido: con la ventaja de campo, querían asegurar la victoria para evitar complicaciones. Los aragoneses llegaban sin presiones y con el objetivo de plantar cara al campeón, que no pudo contar con Rudy como tampoco Abós con Norel. El CAI, liderado por Sanikidze, no se fue nunca del partido, pero el Real Madrid no desaprovechó las pausas que sufrió el ataque maño. A los blancos, intermitentes, les bastó un baloncesto poco vistoso para remontar un par de veces y golpear primero.

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