Es noticia
El Real Madrid más gris se estanca en el ensayo previo a la Final Four de Milán
  1. Deportes
  2. Baloncesto
victoria con suficiencia del barcelona en el palau (86-75)

El Real Madrid más gris se estanca en el ensayo previo a la Final Four de Milán

El maquillaje final redujo una desventaja de 26 puntos. Los blancos llegan a Milán tocados tras el peor encuentro de la temporada ante el Barcelona

Foto: Rudy Fernández se deshace de la oposición de Juan Carlos Navarro durante la última edición de la Copa del Rey. (Efe)
Rudy Fernández se deshace de la oposición de Juan Carlos Navarro durante la última edición de la Copa del Rey. (Efe)

A escasos seis días de que Real Madrid y Barcelona midan sus fuerzas en la Final Four de Milán, el caprichoso calendario deparó un aperitivo liguero entre los dos grandes del baloncesto patrio previo a la gran cita continental. El aperitivo terminó siendo un festín para el Barcelona que superó por 86-75 a su enemigo público número uno. Sólo una encomiable labor de maquillaje pudo dignificar un marcador final que llegó a registrar una desventaja para los blancos de 26 puntos (76-50) a ocho minutos del final. Mucho se había hablado de la intrascendencia de un partido ciertamente irrelevante en lo que a la clasificación de la Liga Endesa se refiere. Lo relevante es el espaldarazo moral que supone una victoria de está magnitud antes de la gran cita del viernes (21.00 horas) en el Mediolanum Forum.

Mientras Felipe Reyes, baja de última hora por molestias en la cadera, hincaba el diente a sus uñas en el banquillo víctima de la tensión, el Barcelona presentaba credenciales con una puesta en escena exuberante. Un ritmo vivo, alegre y directo que les llevó a jugar sin ataduras, aparcando el conservadurismo que ha emanado de la pizarra de Xavi Pascual en muchas fases del curso. Liberados y danzando con fluidez sobre el parqué un equipo planificado para alcanzar las cotas más alta. Liderados por la conexión entre Marcelinho Huertas y Ante Tomic, brazo ejecutor con 12 puntos (no hizo falta que apareciera más) sin fallo en apenas ocho minutos, el desenfreno culé dejó una sorprendente renta de 14 puntos (19-5, minuto 9) que menguó hasta los 11 (21-10, minuto 10) con los que se puso fin a un cuarto que anunciaba una complicada tarde en el Palau.

Como casi siempre que se declara amenaza de incendio, Laso echó mano de la insolencia de un Sergio Rodríguez (13 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias) explosivo y siempre preparado para asumir con garantías la misión encomendada. Pero la flauta no sonó. El mayor logro del base tinerfeño fue reducir distancias gracias a un par de certeros minutos (33-25, minuto 15). Un oasis en medio del desierto. En el segundo cuarto hubo tiempo para que Juan Carlos Navarro (3 puntos en 10 minutos), quien ya reapareció ante el UCAM Murcia después de tres semanas en el dique seco por una sobrecarga en los isquiotibiales de la pierna derecha, se dejara ver sobre la pista, en una decisión más romántica que deportiva por parte de Xavi Pascual. El entuerto se había descontrolado y el vendaval azulgrana avanzaba con paso firme (42-32, minuto 20). El Real Madrid, con Mejri, Bourousis y Slaughter perdidos en la pintura y dominados a su antojo por Lorbek, Tomic y Dorsey, se precipitaba en cada acción y la falta de riego bloqueaba un ataque desenfocado (17/40 en tiros de dos, 6/23 en triples). La ostensible diferencia desde la personal (7/11 de los locales por 23/32 de los azulgrana) tampoco se erigió en el clavo ardiendo al que agarrarse.

Tras el descanso se confirmaban los peores augurios. La maquinaria del Barcelona no iba levantar el pie del acelerador. Eran los blancos quienes debían despertar de su letargo. Sergio Llull (13 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias) lo intentó en un lado de la cancha (47-40, minuto 23). En el otro, el festival ofensivo del Barcelona aprovechaba la inoperancia de un desconocido Real Madrid y discurría con insultante naturalidad. La inspiración de Álex Abrines (20 puntos), sensacional en su rol de tirador, y un Kostas Papanikolaou (18 puntos), mezcla de garra y talento que haría las delicias de cualquier entrenador, se encargaron de esfumar las opciones de remontada con una secuencia de triples atronadora (56-41, minuto 25).

La descalificación de Rudy (4 puntos), fruto de dos técnicas consecutivas ganadas a pulso por su exceso de elocuencia en forma de irónicos aplausos a los colegiados, sólo sirvió para escenificar el desconcierto, la rabia y la impotencia de un equipo desquiciado que, casi sin darse cuenta, y, lo que es peor, sin cura para evitarlo, había entregado la cuchara. Y así, con una imagen de hastío preocupante, se certificó el naufragio del Real Madrid en una cancha donde acumula ocho derrotas consecutivas en liga regular. La diferencia no paraba de crecer y un océano de 26 puntos (76-50, minuto 32) separaba a dos equipos que en nada lucharán por un puesto en la final de la Euroliga. Los últimos coletazos sirvieron para que el Barcelona se diera un baño de masas y recibiera el arropo, cascada de confeti incluida, de una afición entregada a la causa antes de la gran batalla. Nikola Mirotic (19 puntos y 7 rebotes), en el papel de superintendente en cuidados estéticos, recortaba distancias con cara de pocos amigos al tiempo que Laso corría por la banda desesperado en busca de la puerta de embarque para Milán, donde confía en que las cosas sean diferentes.

"Firmaría perder este sábado y ganar el viernes si viniera en un sobre lacrado y estuviera garantizado. Nosotros en Liga todavía tendríamos dos oportunidades para obtener el primer puesto. Pero yo quiero ganar. Quiero ganar mañana, quiero ganar el viernes. Quiero ganar todos los días. A mí ese sobre divino no me va a llegar para firmarlo”. Pablo Laso lo tenía claro en la previa del choque. Pese a la derrota, el Real Madrid acabará primero de la fase regular si solventa con éxito uno de sus dos compromisos ante Guipuzkoa Basket (casa) y Unicaja (fuera) o el Valencia Basket tropieza en los suyos (Cajasol, La Bruixa d'Or y Joventut). Mientras, el Barcelona se asegura la tercera plaza más allá de los resultados que coseche ante Estudiantes (fuera) y Cajasol (casa). Para muchos, un mero simulacro previo al órdago a la grande de la próxima semana; para otros, el calentamiento de un duelo a vida o muerte que dibujará la frontera entre la gloria y el infierno.

El Barcelona está listo para la 'guerra'

Venía el Barcelona de perder con el Real Madrid los cuatro últimos títulos por los que ha competido: las semifinales de Euroliga el pasado curso (67-74), el quinto partido de la final de la Liga Endesa (79-71), o la Supercopa que inauguraba la presente temporada (79-83). Sin embargo, nada fue comparable al escozor que sintió la plantilla del Barça tras la derrota en la final de la Copa del Rey (76-77). La suspensión para la historia de Sergio Llull en el Carpena, un arranque de orgullo y sangre fría que salvó un título para el Real Madrid que a ocho segundos del final estaba perdido, significó un punto de inflexión. En la tragedia de la derrota se forjaron las ansias de revancha de un equipo que pide, amparado en su mejor nivel del curso, recuperar el lugar perdido en los últimos años, precisamente a costa de un Real Madrid que ha demostrado estar un escalón por encima.

Se trata de un equipo que, como su rival, huele la sangre y afila sus colmillos cuando hay títulos en juego. Junto a sus dos ayudantes, Íñigo Zorzano y David García, y Joan Creus, gerifalte en la sombra de los destinos del Barcelona, Xavi Pascual lleva preparando a conciencia el guión por el que quiere que discurran los acontecimientos en el duelo europeo. Asumiendo las fogonazos incontrolables de inspiración del rival, el técnico del Barcelona centrará sus esfuerzos en tres pilares básicos: control del ritmo, el acierto en el tiro exterior y la defensa. Además, como ocurrió en el ensayo del sábado, el planteamiento de Georgios Bartzokas, entrenador del Olympiacos, en la serie de cuartos de final de la Euroliga dio ideas y sacó a relucir las debilidades (sí, a veces, las tiene) del equipo de Laso.

Ficha técnica

86 - Barcelona (21+21+30+14): Marcelinho (6), Oleson (5), Papanikolau (18), Lorbek (6), Tomic (12) -cinco inicial-, Dorsey (-), Navarro (3), Abrines (20), Nachbar (6) y Pullen (10).

75 - Real Madrid (10+22+18+25): Llull (13), Rudy Fernández (4), Darden (2), Mirotic (19), Bourousis (9) -cinco inicial-, Sergio Rodríguez (13), Mejri (5), Slaughter (4), Díez (3) y Carroll (3).

Arbitros: Martín Bertrán, Peruga y Pérez Niz. Eliminaron a Rudy Fernández (min.27) tras dos técnicas.

Incidencias: Encuentro correspondiente a la trigésimo segunda jornada de la fase regular de la Liga Endesa, disputado en el Palau Blaugrana de Barcelona ante 7.002 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de las cinco víctimas del accidente de Monterrubio de la Serena (Badajoz). El seleccionador nacional, Juan Antonio Orenga, siguió el encuentro desde el palco.

A escasos seis días de que Real Madrid y Barcelona midan sus fuerzas en la Final Four de Milán, el caprichoso calendario deparó un aperitivo liguero entre los dos grandes del baloncesto patrio previo a la gran cita continental. El aperitivo terminó siendo un festín para el Barcelona que superó por 86-75 a su enemigo público número uno. Sólo una encomiable labor de maquillaje pudo dignificar un marcador final que llegó a registrar una desventaja para los blancos de 26 puntos (76-50) a ocho minutos del final. Mucho se había hablado de la intrascendencia de un partido ciertamente irrelevante en lo que a la clasificación de la Liga Endesa se refiere. Lo relevante es el espaldarazo moral que supone una victoria de está magnitud antes de la gran cita del viernes (21.00 horas) en el Mediolanum Forum.

Sergio Rodríguez Juan Carlos Navarro Sergio Llull