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Laso exprime la rotación para mantener a su Madrid como un tiro
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EL REPARTO DE MINUTOS, CLAVE

Laso exprime la rotación para mantener a su Madrid como un tiro

La rotación, que tantas veces marca la diferencia en el baloncesto, ejemplifica las bondades del Madrid de Laso, que en este inicio ralla la excelencia

Foto: Pablo Laso, durante un encuentro de esta temporada (Efe).
Pablo Laso, durante un encuentro de esta temporada (Efe).

Pocos equipos ejemplifican de una manera tan clara las bondades del baloncesto como el Real Madrid actual. Si el miércoles ante el Efes destapó el tarro de las esencias, ante el Herbalife Gran Canaria tuvo que ponerse el mono de trabajo. No sonrió tanto como en la Euroliga pero salió de la Isla con el liderato en solitario tras la sorprendente derrota del Barcelona ante el Bilbao Basket. Es en partidos como el del Gran Canaria donde se observa la evolución del grupo de Pablo Laso, que ha aprendido a disfrutar de la competición, devolviendo al baloncesto a su versión más primitiva: un juego.

Jugar para divertirse. Circunstancia esta muchas veces obviada entre tanta pizarra y el fragor de la competición. Cierto es que no se levantan títulos en noviembre pero esta serie de partidos ya se encuentran en el imaginario colectivo. En este camino a la excelencia,la amplia rotación de Laso resulta clave. Hombres como Slaughter, de los que menos minutos contabilizan tanto en Europa como en la Liga Endesa (63 y 53 respectivamente), son imprescindibles para sacar de pista al rival en los segundos cuartos. Momento donde este Madrid se estira para martirizar a su rival.

Solía decir Magic Johnson que una de las mayores virtudes que admiraba de su juego era la capacidad de hacer mejores a sus compañeros. Una idea que ha logrado interiorizar Pablo Laso en sus hombres hasta el punto de que hombres como Draper o Slaughter, jugadores que serían indiscutibles en cualquiera de los equipos ACB, se pliegan a las necesidades del grupo. Ningún equipo alcanza un nivel de tanta excelencia sin lograr encajar sus piezas con precisión de cirujano. Tan importante es lo vistoso de la apuesta del técnico vitoriano como la gestión de los recursos humanos. Situación posible cuando desde el club te dan la tranquilidad y la calma para madurar un proyecto que este año parece haber alcanzado su cenit. De mantener este ritmo, sólo competiría contra sí mismo.

Así, en este Madrid voraz e insaciable, resulta tan fundamental la inspiración de los grandes solistas como el buen tono de la segunda unidad. El equipo, diseñado para correr, necesita tanto la efectividad de Rudy Fernández o Sergio Rodríguez como el músculo y la contención de Slaughter o Draper. También la brega en la pintura del capitán Felipe Reyes, noticia en la última semana por un triple para la historia. Sabe Laso que la temporada es muy larga y necesitará de los doce jugadores para alcanzar los títulos a los que aspira, con la Euroliga como gran objetivo tras quedarse el pasado curso a las puertas.

Nadie pone en duda que el buen ambiente del equipo, que se traduce en la pista con un ritmo frenético, viene dado por el reparto de los minutos, uno de los grandes aciertos de Laso desde su llegada al club blanco. Así, hombres Draper, tercer base del equipo, suma 126 minutos en la Euroliga por los 94 de Sergio Rodríguez. Por el contrario, el canario tiene más presencia en el campeonato nacional que el croata (106 por 82). Al margen de Slaughter, con menos minutos que el resto pero con una influencia sin parangón, Borousis, Reyes o Rudy Fernández rondan los 80 minutos en pista en la Liga Endesa.

Sólo cuatro jugadores (Carroll, Mirotic, Sergio Rodríguez y Llull) suman por encima de los 100 minutos sobre el parquet. La rotación por tanto no se limita a un reducido grupo de jugadores, sino que mantiene activos a todo el banquillo. Porque los gregarios en este Madrid potencian a las estrellas. Es la ley de la excelencia.

Pocos equipos ejemplifican de una manera tan clara las bondades del baloncesto como el Real Madrid actual. Si el miércoles ante el Efes destapó el tarro de las esencias, ante el Herbalife Gran Canaria tuvo que ponerse el mono de trabajo. No sonrió tanto como en la Euroliga pero salió de la Isla con el liderato en solitario tras la sorprendente derrota del Barcelona ante el Bilbao Basket. Es en partidos como el del Gran Canaria donde se observa la evolución del grupo de Pablo Laso, que ha aprendido a disfrutar de la competición, devolviendo al baloncesto a su versión más primitiva: un juego.

Pablo Laso Sergio Rodríguez Gran Canaria
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