Nunca había pasado: el dato imposible de la remontada de Indiana a Nueva York en las finales de la NBA

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Lo que ocurrió en el Madison Square Garden la noche del 21 de mayo superó cualquier expectativa. Los Indiana Pacers vencieron en la prórroga a los New York Knicks tras protagonizar una de las remontadas más inverosímiles que se recuerdan en una final de conferencia.

El duelo fue una montaña rusa emocional, cargado de tensión, épica y un desenlace que dejó al público boquiabierto. El primer asalto entre ambos equipos acabó con el pabellón enmudecido y una ciudad entera preguntándose qué había fallado.

De estar 17 abajo a forzar la prórroga en seis minutos

Los Knicks llegaron a dominar por 17 puntos a falta de poco más de seis minutos (111-94). Su ventaja parecía definitiva. Sin embargo, el acierto exterior de Aaron Nesmith desató una reacción inesperada. Indiana sumó 31 puntos en seis minutos y medio, culminando con un tiro sobre la bocina de Tyrese Haliburton que igualó el marcador. Aunque se celebró como un triple, la revisión arbitral confirmó que pisó la línea: valía dos puntos.

El tiempo extra fue un intercambio continuo de golpes. Andrew Nembhard anotó la canasta que puso a los Pacers por delante a falta de 26 segundos. Después, los árbitros corrigieron una decisión polémica y concedieron la posesión a Indiana tras confirmar que Brunson fue el último en tocar el balón. Con esa jugada y un mate de Obi Toppin, el equipo visitante selló el 135-138 y una de las gestas más impactantes de los últimos años.

Indiana resucita viejas rivalidades y se ilusiona

Tyrese Haliburton (33 puntos y 11 asistencias) fue el gran referente de la noche, tanto en el juego como en el simbolismo. Tras empatar el partido, imitó la icónica señal de Reggie Miller frente a Spike Lee, reavivando una rivalidad legendaria entre Pacers y Knicks. La serie continúa este viernes en Nueva York, pero Indiana ya ha dado el primer golpe. Y esta vez, su ambición parece ir más allá de hacer historia: quieren llegar hasta el final.