Del Infierno de Dante, al Infierno de Llull y, al final, el Paraíso en Belgrado
El Real Madrid acabó en séptimo puesto por los resultados poco favorables en el resto de partidos. Pero el espectáculo ante el Partizan es algo más que una victoria de mérito
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En su Divina Comedia, hacia el año 1321, Dante desciende al Infierno guiado por el poeta Virgilio. El Infierno está formado por nueve círculos concéntricos donde las almas son castigadas según la gravedad de sus pecados. Desde los lujuriosos hasta los traidores, cada círculo refleja un castigo proporcional a las faltas cometidas, con sufrimientos físicos y espirituales. El viaje es oscuro, caótico y lleno de figuras simbólicas que representan el dolor, la culpa y la justicia divina.
Durante la noche de este jueves en Belgrado, tuvo lugar un partido de baloncesto muy disputado, jugado en un ambiente cargado de tensión, donde cada minuto abría un nuevo círculo, la intensidad aumentaba y los errores se pagaban con castigos inmediatos. Los jugadores, como las almas condenadas, enfrentaban pruebas físicas y mentales en cada acción. Los árbitros, figuras casi divinas que dictaban sentencias; el público, una multitud que cantaba con admirable fervor el Gde god ti da igraš ("Donde quiera que juegues, siempre a ti fieles") como si fuese una final, a pesar de contar con su equipo eliminado de antemano. El imponente Belgrado Arena, una vez más, cerrado, sofocante, repleto. La antigua Sala Pionir, multiplicada por dos, o por tres.
Hace un tiempo, un par de años, Partizan estaba a punto de liquidar al Real Madrid en el coliseo madrileño, cuando una acción de Llull sobre Punter provocó una riña tumultuosa que culminó con sanciones posteriores para Yabusele (5), Punter (2), Deck (1) y Lessort (1). A pesar de colocar un 0-2 para los balcánicos tras el doble duelo de Madrid, el evento originó una remontada de las que se ven pocas hoy en día, con los blancos venciendo los dos duelos en Belgrado y finalmente, el quinto en la capital del Reino.
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Por algún motivo, la hinchada partisana no ha olvidado todavía ese asuntillo, de modo que este jueves hubo que presenciar un espectáculo que actualmente es poco corriente en un pabellón de baloncesto: una multitud, miles de personas, insultando a un jugador rival, minuto tras minuto, segundo tras segundo. Y hasta se pudo ver a niños pequeños vociferando encolerizados y gesticulando esas tres palabras, una que empieza por pe, otra empieza por eme, la tercera es Sergio. Vanja Marinkovic tomó el micrófono de la mesa para pedir que no se lanzaran objetos. Es de esperar que alguien ponga un poco de sensatez al asunto y no vuelva a repetirse, pero en fin, a su infierno personal se enfrentó Llull con la garra del Increíble, para tener una incidencia trascendental en el encuentro y convertir el infierno en paraíso, como Dante culminando su viaje espiritual en la Divina Comedia del siglo XIV.
Ganó finalmente el Madrid con el buzzer-beater de Tavares. Y venció con justicia en un escenario que se pasó un poco de la raya. Lo consiguió adaptando sus circunstancias al devenir del encuentro, donde Chus Mateo volvió a demostrar acierto manejando sus recursos con sentido y los jugadores respondiendo con nota. También lo hicieron los serbios, mostrando un nivel alto en relación a sus expectativas como plantilla. El Madrid acabó séptimo, primera plaza de play-in, donde se medirá a Paris. Y llevaría al equipo a enfrentar en el play-off al segundo de la lista, que no es otro que el Fenerbahce de Saras Jasikevicius.
La gestión de Chus Mateo
Es previsible que la intensidad del partido habrá aportado un plus de intangibles al Madrid, que colecciona una imponente racha de veinte victorias en fila, catorce en ACB y otras seis en Euroliga. No todas ellas fueron fáciles, incluso algunas se produjeron tras perder jugosas ventajas iniciales. Pero ha habido un cambio muy sustancial estas semanas, y es que la segunda unidad se ha incorporado plenamente a la dinámica del equipo y se cuenta ahora con una decena de jugadores sumando.
Y fue en Belgrado cuando se puso de manifiesto una vez más. La suave defensa madridista permitió muchos puntos al rival, que por el contrario accedía al bonus por esa intensidad defensiva que exige Zeljko Obradovic (mentira parece que hace 30 años dirigía al Madrid cuando consiguió la Copa de Europa en Zaragoza).
Pero Walter Tavares hizo dos faltas rápidamente y Mateo no jugó a los dados esta vez. Sacó al gigante caboverdiano y entró en su lugar Serge Ibaka, que hizo un partido soberbio: mantuvo al equipo en el poste, acabó con dobles figuras y permitió reservar a su compañero para que acabase el partido en una apoteosis física, fundamental para su desenlace.
GAME WINNER 🤯🤯🤯
— Turkish Airlines EuroLeague Türkiye (@EuroLeagueTUR) April 10, 2025
Real Madrid için kritik maçta sahne Walter Tavares’in! 🔥 pic.twitter.com/hCyTL8vphO
Poco acierto en tiros libres
Hizo mucho hincapié Mateo en proteger el rebote propio, aún a costa de perder una cierta capacidad de transición. Y se logró en el contexto de la totalidad del partido. Hubo momentos de zozobra, cuando Musa se empeñaba en la conducción del balón porque Feliz era presionado (una pista para lo que se viene). Musa, con 206 cm, dispone de un buen manejo de balón, pero no puede ser base y penaliza mucho los ataques estáticos, que se inician, con suerte, con unos catorce segundos de tiempo restante. Sin embargo, aprobó el Madrid la asignatura del rebote en ambos aros, incluso ese rato en que los interiores fueron Deck y Garuba. Lógicamente, no tiene Partizan centers del nivel de otros equipos y los intentos de Davies, Bonga o Pokusevski terminaron cargando de faltas a los balcánicos, en desventaja física notoria.
Estuvo mejor el Madrid en el lanzamiento exterior, pero sigue teniendo el equipo un problema ahí: el 37% final es mejor que los veintipico por ciento de hace unas fechas. Pero se requerirá mejor tino si se quiere optar a cumbres mayores. El ímpetu de Mario (4/14 en TC) empobrece esas cifras, que últimamente vienen siendo lo habitual. No obstante, es necesario subrayar que pase lo que pase, es un liderazgo imprescindible en el equipo.
Y una vez más, supo entender Mateo y también sus chicos, la importancia de los tiros libres para el balance general de los puntos del Madrid, que a falta de ese acierto exterior, opta por cargar el juego interior, las entradas a canasta, buscar los contactos que en general está consiguiendo que el equipo rival entre en bonus con tiempo suficiente para rentabilizar esa táctica. Y el acierto en tiros libres fue discreto, apenas 68% con ocho errores. Pero es un recurso que solamente queda disponible cuando se persigue, y el Madrid lo hace regularmente. Luego hay quien vocifera un poco al respecto: no es el juego más bonito, pero forma parte del asunto.
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La participación coral
La tensión colectiva del equipo se ha convertido también en un activo de gran importancia. Es que cambia todo mucho cuando el peso del equipo lo llevan cinco o seis, o lo llevan diez. La confianza de los que entran es fundamental, su labor no puede ser solamente dar un descanso o cubrir una ausencia por faltas, que corresponde a un baloncesto antediluviano. Hoy en día se hace imprescindible una alta intensidad física, que solamente puede soportar, a lo largo del año, una plantilla de catorce o quince, con una presencia en pista de unos diez jugadores, cada partido, por encima de los trece minutos. Esto es estadística pura en los equipos que lideran las competiciones.
Este año ha costado mucho trabajo integrar el equipo. Tardaron en entrar los nuevos: Andrés Feliz, Serge Ibaka, Usman Garuba, Xavier Rathan-Mayes. No funcionaron los recambios de invierno: Dennis Smith Jr o Bruno Fernando. A Fernando, todavía se le espera. De XRM se tuvieron grandes noticias el día de Málaga, donde incluso remataba la faena contra Unicaja. Pero no dispone de continuidad: al menos era de la partida en el banquillo.
Sin embargo, el caso de Feliz, Ibaka y Garuba es el elemento que en definitiva ha conseguido un cambio de nivel en el equipo. Puede que todavía no sea tarde en cuanto a la expectativa europea. El dominicano Feliz está proporcionando el rendimiento que se esperaba de él tras su etapa en Badalona. Está en su prime físico, ya se ha integrado plenamente en la dinámica de liderazgo y ha cubierto con éxito la bajada de la aportación de Facu.
Sergio Llull klasiği... #EveryGameMatters pic.twitter.com/T7fmh5Ec2v
— Turkish Airlines EuroLeague Türkiye (@EuroLeagueTUR) April 10, 2025
El papel de Ibaka y Garuba
De Ibaka hay que resaltar que entró en el año con una cierta sensación de estar en retirada; después se percibió un crecimiento y fue entonces cuando le colocaron en su lugar a Fernando. Casi desaparece de la rotación y hasta algún roce pareció existir con el coach. La lesión del angoleño le ha permitido entrar con energía y con números que le avalan: Ibaka está dentro y es fundamental. Que tiene 35 años, tampoco es como para jubilarle tan anticipadamente.
Y el hijo pródigo Garuba ha manifestado también un crecimiento sostenido durante estos meses. Eso del tiro exterior… embocó un triple en un momento importante. Pero, estructuralmente, no está en el camino crítico que él finalice los ataques abiertos. Por el contrario, es un bisonte corriendo, defiende cada día mejor, evita faltas innecesarias y cerca del aro ofrece una calidad valiosísima en los dos aros. Solamente tiene 23 años recién cumplidos, que a veces se nos olvida, hace mucho tiempo que le conocemos.
Así que se tiene la sensación de que el equipo se ha recompuesto, con los tres jugadores reseñados y el regreso de Deck, que completa una decena de unidades para utilizar con gran confianza.
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Por cierto, es necesario subrayar el avance significativo de Sergio Llull, que ilusiona optimizando su juego (gran noticia que el último tiro recayera en Tavares). Y por supuesto, no se debe pasar por alto la importancia del trabajo de Abalde, imprescindible en el equipo.
La contrapartida se ubica en la ausencia de Eli Ndiaye, Hugo González o el mencionado XRM. Tendrán minutos estos días en ACB, aunque está por ver este fin de semana, que en Tenerife se dirime el liderato de la fase regular de la ACB y por tanto, las ventajas de campo posteriores. En la clasificación acechan Valencia y Unicaja, por lo que es una victoria que conlleva un valor de lo más interesante.
Es hoy un día optimista, como no puede ser de otra manera. Pero hay que ser prudente, porque lo que viene por delante será un Tourmalet. Solamente el Barcelona, Efes o el Madrid, en un nivel alto todos ellos, pueden enfrentar a las grandes plantilla en la Euroliga y es difícil que las sorpresas del año vuelquen las casas de apuestas en las fases finales.
En su Divina Comedia, hacia el año 1321, Dante desciende al Infierno guiado por el poeta Virgilio. El Infierno está formado por nueve círculos concéntricos donde las almas son castigadas según la gravedad de sus pecados. Desde los lujuriosos hasta los traidores, cada círculo refleja un castigo proporcional a las faltas cometidas, con sufrimientos físicos y espirituales. El viaje es oscuro, caótico y lleno de figuras simbólicas que representan el dolor, la culpa y la justicia divina.