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La supervivencia del Madrid continúa en la Euroliga (con batallas todavía pendientes)
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UN FUTURO POCO ESPLENDOROSO

La supervivencia del Madrid continúa en la Euroliga (con batallas todavía pendientes)

De nuevo cumple el equipo blanco con el guion previsto y deseado, pero el resto de resultados conducen a un desenlace complejo y escasamente optimista la última jornada

Foto: Chus Mateo dirige al equipo. (EFE/Andrej Cukic)
Chus Mateo dirige al equipo. (EFE/Andrej Cukic)

Había que esperar a la finalización de los partidos de la noche del viernes para analizar la situación, una vez liquidada la 33ª fecha de la fase regular y a falta de la apasionante jornada final. El resumen de la situación es el siguiente: nueva victoria del Madrid, que luce ahora en la sexta posición, de acceso directo a play-off. Sin embargo, el futuro no se presenta tan esplendoroso, debido a las perspectivas que se derivan de los criterios de desempate, que serán protagonistas dentro de una semana.

Se preveía una igualdad extrema, la misma que se ha venido observando de un tiempo a esta parte. Una vez que se ha agitado la bolsa con los resultados dentro, se ha ordenado todo de manera prodigiosa. Ha habido un buen puñado de sorpresas, después algunas se han ido compensando con otras, el caso es que al final, solamente tres equipos exhiben su clasificación para play-off, a saber, los dos griegos Olympiacos y PAO, más los turcos del Fenerbahçe. Los siete equipos que permanecen en la pelea podrán ordenarse de cualquier manera, todos ellos clasificados, como mínimo, para play-in, que es un sendero tortuoso del que salir triunfante es poco menos que una quimera: superados los desafíos previos, al final aguardará uno de los tres equipos antes mencionados, para un play-off de cinco partidos con evidente desventaja de pista, paso previo a la añorada Final Four.

placeholder Todavía quedan batallas en la Euroliga. (EFE/Juanjo Martín)
Todavía quedan batallas en la Euroliga. (EFE/Juanjo Martín)

Espectáculo de baloncesto en Goya

Comencemos por el principio. Tras el indudable éxito de Belgrado frente a Estrella Roja y sumando los triunfos en Bolonia y los dos jugados en casa, la dinámica del equipo iba creciendo. De hecho, se repetía sospechosamente una misma secuencia: salir a toda pastilla, embolsar una buena diferencia, y gestionarla posteriormente como el que ahorra sin invertir: poco a poco vas perdiendo los chelines. En definitiva, llegando a los finales con más agobios de los recomendables. Pero en todo caso, con una incuestionable hilera de victorias. También se ha venido reiterando el formidable acierto de los rivales desde el tiro exterior, Unicaja incluido, que Chus Mateo ha intentado (y conseguido) gestionar de diferentes maneras. En definitiva, se trata de un patrón, dentro de un contexto que, acunado por el calor de los resultados, debe aceptarse como positivo.

Y venía al Palacio de los Deportes el Paris Basketball, la sensación del año, que comenzó la competición como un tiro, incluso liderando con suficiencia, de la mano de un entrenador novato, nuestro viejo amigo Thiago Splitter y un puñado de jugadores poco conocidos, añadiendo además un sistema de juego jamás visto en Europa: velocidad extrema, tiro exterior sin dudas, cambios múltiples, defensa alta, una serie de recursos que, si sale bien, convierte el baloncesto en un espectáculo. No se debe confundir con un correcalles: juegan en serio y da gusto ver sus partidos, como el jueves sin ir más lejos.

El triunfo era vital para ambos, tal vez más exigible para el Real Madrid: por historia, por plantilla, por jugar en casa. Pero a los dos les podía abrir la puerta del play-off, que es un objetivo de lo más interesante.

Foto: Fue un apretado duelo entre Madrid y Mónaco. (EFE/Sebastien Nogier)

Un patrón de juego alejado de lo habitual

Vino el partido a ofrecer esa trepidante intensidad, que la explica sin duda los guarismos finales, 105-104 y sin prórrogas. Y en efecto, vino el partido a mostrar las fortalezas y debilidades de las dos plantillas, así que la gestión desde los banquillos devino en una cuestión singularmente importante, porque la utilización de unos u otros recursos por parte de los coaches Mateo y Splitter se significaba sobre la pista de manera inmediata.

El aspecto más impresionante del Madrid, en mi opinión, fue la negación del patrón de juego que se venía observando últimamente, donde la primera unidad generaba una ventaja con aparente superioridad y las rotaciones, o el propio desarrollo del partido, iban penalizando esos buenos comienzos.

Pero no fue así en esta ocasión; formaba el Madrid de inicio con el Facu Campazzo a los mandos, acompañado de Abalde, Deck, Garuba y Tavares. Y el excelente inicio de Deck, con ocho puntos, era contestado de forma coral por los franceses. Se dio cuenta Mateo de que no era un partido para Garuba en el cuatro, dando entrada a Hezonja a los cinco minutos de partido. Y ya estaba en marcha el show de cambios frecuentes por parte de Splitter. A los tres minutos entraba un par, a los cinco entraban otros tres, a los ocho minutos reemplazaba el quinteto entero. Mantuvieron los gabachos un porcentaje excelso en los lanzamientos, tanto triples como de media distancia y no había apenas lugar para las peleas bajo los aros. El 23-28 al final del primer cuarto era un presagio fiable para lo que sería el resto del partido. El Madrid no pudo abrir distancia como venía siendo habitual.

placeholder Llull sigue liderando al Madrid. (Europa Press)
Llull sigue liderando al Madrid. (Europa Press)

La capacidad para remontar

Sin embargo, la segunda unidad madridista funcionó a la perfección, conteniendo la arrancada de los parisinos y tomando la iniciativa de la mano de Andrés Feliz y Serge Ibaka, los brate Mario y Musa, y Sergio Llull. Porque Paris no parecía dispuesto a fallar apenas un tiro, pero no se descompuso el Madrid que fue remando, consiguiendo un acierto aceptable y defendiendo mejor. Así es que consiguieron igualar la contienda mediado el cuarto y tomar hasta seis puntos de ventaja: una remontada de doce puntos en cinco minutos. Un triple sobre la bocina de Jantunen devolvía la igualdad al descanso: 53-53.

El tercer cuarto, de nuevo con los titulares en la pista, calcó lo sucedido al principio y devolvió a los franceses a liderar el marcador, con seis puntos de renta en menos de dos minutos. Y se ponía la cosa fea: aunque el Madrid conseguía puntos, Paris Basketball era una ametralladora, con porcentajes en triples rara vez vistos, si es que un 70% de acierto no es un récord en sí mismo. No sabe uno si señalar defectos defensivos, porque en realidad el aro era una piscina para ellos, en plural, porque prácticamente todos embocaban sin error y eso es indefendible. Hasta diez puntos por debajo se vio el Madrid frente a un equipo que, pese al impresionante acierto exterior, cambiaba de nuevo el quinteto a dos minutos del final del cuarto. Detuvo la herida el equipo blanco de la mano de los brate, Feliz e Ibaka aunque un triple postrero del fenómeno del año, TJ Shorts, dejaba el asunto 74-80, nada estaba perdido.

El primoroso cuarto final del Real Madrid es para visionarlo un par de veces, por lo menos. Porque la nueva remontada del equipo, hasta dieciséis puntos (24-8) en siete minutos, dibujó en el marcador un 98-88 que parecía definitivo. Fiel a su estilo Paris Basketball, pero ya cediendo con algunos errores ante un Madrid cada vez más presionante, certero ante el aro, con un buen balance entre el juego exterior y el interior, sumando una buena renta desde el tiro libre. Adolecieron los madridistas de oficio para cerrar el partido, que no pudo asegurarse casi hasta el último segundo, donde el triple postrero de Nadir Hifi serviría solamente para maquillar el resultado final, 105-104.

La conclusión importante es la siguiente: uno, el Real Madrid acumula ya una importante serie de victorias, ya sea en ACB, pero sobre todo en Europa, lo que genera una dinámica positiva en el trabajo cotidiano. Dos, el partido del jueves, ha constatado la puesta en marcha definitiva de la segunda unidad, con diez jugadores bien metidos en la dinámica y en algunos casos (Feliz, Garuba, tal vez Ibaka), respondiendo sólidamente a las expectativas. A la espera de Fernando, de Rathan-Mayes y las perspectivas más a largo plazo de Hugo y Eli Ndiaye, existe actualmente un roster confiable y en buena onda.

Foto: Usman Garuba saca las garras. (AFP7)

El resto también juega

Dado el voluminoso paquete de equipos igualados a puntos, casi todos los partidos tenían su importancia. Perdía Bayern Múnich ante Maccabi en su exilio de Belgrado. Perdía Mónaco en el Principado ante PAO. Perdía Partizán en Kaunas para decir adiós definitivamente. Y vencía clamorosamente el Barcelona en Estambul a Fenerbahce, un enorme partido de los chicos de Joan Peñarroya que les deja colocados en play-off, como era de esperar, pero con una victoria adicional de mucho prestigio al otro lado del Bósforo. Por cierto, las bajas de Vesely, de Laprovittola, ahora de Metu, las resuelve el equipo encontrando excelentes soluciones que, en otras circunstancias, tal vez apenas se habrían considerado: Brizuela, Parra.

La jornada del viernes confirmó también el adiós de Milán, que cayó de manera contundente ante la desahuciada Virtus en Bolonia. En el partido más trascendente para los intereses blancos, Estrella Roja caía derrotada de nuevo en casa, ante los turcos de Anadolu Efes, que dominaron el partido, con nuestro Vincent Poirier como jugador más valioso. No obstante, el resultado del partido, 96-97, lo dice todo, considerando que fue necesaria una prórroga final. En realidad Efes dominó casi siempre y mereció esa victoria.

En fin, este partido le hace mucho daño al Real Madrid en sus expectativas, puesto que saca de la ecuación a los balcánicos, a los que el Madrid supera en el average, mientras que mete a los turcos, con los que se perdió y además, por un buen saco de puntos, lo que penaliza en los empates múltiples.

Había que esperar a la finalización de los partidos de la noche del viernes para analizar la situación, una vez liquidada la 33ª fecha de la fase regular y a falta de la apasionante jornada final. El resumen de la situación es el siguiente: nueva victoria del Madrid, que luce ahora en la sexta posición, de acceso directo a play-off. Sin embargo, el futuro no se presenta tan esplendoroso, debido a las perspectivas que se derivan de los criterios de desempate, que serán protagonistas dentro de una semana.

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