Real Madrid: cuando las malas sensaciones en la pista opacan el éxito de llevarse un 'EuroClásico'
Vencer al eterno rival era una condición imprescindible para mantener la esperanza de clasificación para los 'playoffs' de la Euroliga. Ahora, llega el momento de la verdad
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Siete jornadas restan para la finalización de la temporada regular en esta intensísima Euroliga, veintisiete se han completado hasta la fecha, con los partidos de este viernes. La victoria del Real Madrid ante el Barcelona (96-91) coloca a los pupilos de Chus Mateo con un registro de 14-13, el mismo que el de los catalanes, a los que superan por el basketaverage, ya que les han vencido en los dos enfrentamientos entre ambos.
Con esa mínima ventaja afrontarán este último tramo, en el que, no obstante, los blaugranas parecen disponer de un calendario algo más amable que los madridistas. En este momento, la última posición del play-in corresponde al Madrid, mientras que ambos clubes están a dos victorias de la clasificación directa a play-offs: una distancia importante y complicada de remontar, aspecto este que será analizado a continuación.
Una victoria sin brillo
Porque este jueves se consiguió una victoria que pudo perfectamente no haber sido y en ese caso se estaría hablando de una probable eliminación temprana en la competición, algo que no sucede desde hace trece años. Y aunque no hubo que sufrir excesivos contratiempos, porque los elementos remaron esta vez a favor del equipo blanco, poco faltó para desaprovecharlos.
Se presentaba el Barça con la enfermería llena: Kevin Punter, Nico Laprovittola, Jan Vesely o Juan Núñez. Los tres primeros serían titulares claros, por lo que de partida es un contratiempo más que notable. Tuvo que reducir la rotación Joan Peñarroya, que en la práctica se limitó a siete unidades (jugaron el 90% del tiempo) y su rendimiento fue óptimo, con Chimezie Metu, Justin Anderson, Jabari Parker o el sorprendente Joel Parra relevándose para sostener a su equipo en el partido. Y dominaron la primera parte con claridad, para sucumbir estrepitosamente en el tercer periodo, que consiguieron salvar con un parcial de 9-1 en los últimos instantes del cuarto, que les metía de nuevo en el partido, que no se decidió hasta la lotería final de las faltas personales con el reloj tendiendo a cero. 7
La sensación de que habrían merecido la victoria se plasmaba en los rostros de los jugadores blaugranas y en el rictus de Peñarroya, que en la entrevista posterior, acertadamente, se mordió la lengua para no empeorar las cosas.
El asunto nació de una controvertida decisión arbitral, donde una clara falta de Walter Tavares sobre Parker en la pelea por un balón fue sancionada con una lucha, cuyo salto fue ganado por el gigante caboverdiano, lo que empezaba a inclinar la balanza del partido del lado blanco. Y hubo más decisiones protestadas. Al final, el Real Madrid lanzó 37 tiros libres, por 17 de los barcelonistas, que consiguieron más rebotes, más triples y más canastas de dos que los merengues. Así que, desde ese punto de vista, la resiliencia del Barça y su disminuida plantilla pudo manifestarse exitosamente en el Palacio.
El Real Madrid se lleva el Clásico europeo (96-91).#Eurofighters pic.twitter.com/MIlSxnhdA7
— Basket en Movistar Plus+ (@MovistarBasket) February 27, 2025
Por el lado blanco, los instantes de calma que aporta esta victoria no pueden ocultar los desafíos estructurales que debe afrontar Mateo para sacar el debido provecho de su plantilla. Quedó Eli Ndiaye fuera de la convocatoria, haciendo compañía a Gabi Deck, cuyo regreso al equipo se empieza a visualizar por fin. Y el regreso de Xavi Rathan-Mayes se cumplimentó formando parte del quinteto inicial. No puede asegurarse que sea por la ansiedad, el exceso de ganas de convencer al coach… pero, de nuevo, no tuvo su noche el canadiense, que tras siete minutos sería sustituido para no regresar más.
Y tampoco fue el día de Hugo González, ni de Bruno Fernando, ni de un Serge Ibaka cuya escasez de minutos sugiere una falta de sintonía con el entrenador: desde la llegada del angoleño Fernando, el rictus siempre serio de Ibaka da más miedo, si cabe. Da la sensación de que, muy contento, no está. En definitiva, se percibe una polarización excesiva en la plantilla y la distancia entre los protagonistas y las segundas unidades parece ampliarse con el tiempo, lo que va manifiestamente en contra del concepto de juego coral, con los jugadores enfocados, motivados y que se sienten parte del negocio. Y es que este es el único camino que conduce a los triunfos en este deporte, tanto más con los calendarios de las competiciones actuales.
Menos mal que este jueves se pudo disfrutar de la aportación estelar de Alberto Abalde, el mejor del equipo, bien acompañado por los brates Mario Hezonja y Dzanan Musa, que no parecieron acusar la paliza que se dieron acudiendo a la convocatoria de sus respectivas selecciones. Porque en el Madrid los bases jugaron un discreto papel y tampoco Tavares consiguió ser diferencial.
Así que este nuevo Clásico, que por cuarta vez cae del lado blanco esta temporada, deja un regusto mejor en el lado blaugrana que en el madridista y solamente el resultado, que no es poco pero cuya trascendencia está por ver, sirve para compensar la decepción de la parroquia blanca o al menos, de buena parte de ella.
Nubosidad variable para las últimas jornadas
Le queda al Madrid un calendario complicado y tiene sentido mirar de reojo a su eterno rival, que disfrutará de más partidos como local y frente a equipos, en teoría, más asequibles, con una visita a Berlín la semana próxima, sin ir más lejos. Por el contrario, el Real Madrid acude a Atenas a enfrentarse a un PAO que hoy por hoy invitaría a poner los dineros en su casillero. Y tendrá dos visitas posteriores a Belgrado, ante dos directos rivales en la clasificación: ambos están realizando una competición notable y son candidatos muy serios para los play-offs.
En este momento, rascar algo de esos tres partidos se antoja bastante complicado, por lo que se está viendo del equipo últimamente. Preocupa sobre todo el bajo nivel de los centers, donde solamente Tavares sugiere una capacidad competitiva ante los mejores equipos, de la que adolecen sus compañeros al cinco: Fernando, Ibaka o Usman Garuba.
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Ese es el escenario más probable, que obligaría al Madrid a vencer todo lo demás sin obtener por ello una garantía de clasificación, siquiera para el play-in. De esos enfrentamientos restantes puede destacarse la visita a Bolonia, donde la Virtus puede afectarse de sus nulas opciones de clasificación y, por supuesto, los tres partidos a jugar en el Palacio, contra ASVEL Villeurbanne, EA7 Milano y Paris Basketball, estos rivales directos, que debieran saldarse con victorias.
Es muy probable que el último partido de esta fase regular, en Belgrado ante el Partizán, sea toda una final para ambos equipos y no parece que el impresionante Belgrado Arena sea el mejor escenario para jugársela a una carta. Aunque es también cierto que el Madrid ha demostrado a veces una excelente capacidad para sobreponerse a este tipo de dificultades.
Siete jornadas restan para la finalización de la temporada regular en esta intensísima Euroliga, veintisiete se han completado hasta la fecha, con los partidos de este viernes. La victoria del Real Madrid ante el Barcelona (96-91) coloca a los pupilos de Chus Mateo con un registro de 14-13, el mismo que el de los catalanes, a los que superan por el basketaverage, ya que les han vencido en los dos enfrentamientos entre ambos.