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El Real Madrid no sale de la cueva: la final de la Copa del Rey y la Euroliga ahondan su herida
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RESULTADOS ADVERSOS

El Real Madrid no sale de la cueva: la final de la Copa del Rey y la Euroliga ahondan su herida

Las claras derrotas en la Euroliga y la paliza sufrida a manos de Unicaja en la final de la Copa del Rey avivan las dudas en un club obligado a estar en condiciones de competir

Foto: El Madrid perdió con Unicaja en la final de Copa. (EFE/Ángel Medina G.)
El Madrid perdió con Unicaja en la final de Copa. (EFE/Ángel Medina G.)

Un partidazo de ba-lon-ces-to, pero solamente de una parte, eso es lo que deparó la final de la Copa del Rey de este año 2025. El devenir de cualquier partido proporciona a veces que se apriete el marcador: una ilusoria sensación de que no se ha cerrado el asunto. Sin embargo, cada vez que tal escenario aconteció, más por casualidad que otra cosa, Unicaja respondió con una brillantez propia de quien se sabe en posesión de la varita mágica del talento: fallaron estrepitosamente las estrellas madridistas y resplandecieron las malagueñas con una exhibición que no se corresponde con el 93-79, resultado final.

Así que tendrán trabajo en Madrid para poner orden en el tremendo desaguisado que se ha venido cocinando durante las últimas semanas, con una sucesión de derrotas dolorosas y trascendentes, que se culminan con un nuevo ridículo, mayúsculo, inexplicable… que si se le busca explicación, sería incluso peor.

En la Costa del Sol tienen motivos para celebrar un triunfo más que valioso, aunque sea el segundo trofeo nacional, por la manera en que se produjo, por lo que supone ante su parroquia, entusiasta y feliz en el estupendo Gran Canaria Arena, un escenario fantástico, con un maravilloso ambiente, como acontece cada año.

El excelente trabajo de Ibon Navarro se plasmó en un dibujo que se mantuvo constante a lo largo del partido, apoyado en la confianza de sus chicos y con una rotación que mantuvo la tensión cada instante, sin temor a cometer faltas o conceder tiros libres. En defensa una consigna clara: ni un tiro fácil al equipo rival. En ataque, bloqueos directos e indirectos, una y otra vez, danzando sobre el perímetro exterior, combinando tiros abiertos y penetraciones con tiros cercanos o abriendo pases, con confianza mientras el Real, voluntarioso, terminó claudicando, persiguiendo sombras. Solamente algunas acciones aisladas, algunas de ellas afortunadas, provocaban breves reacciones que eran inmediatamente sofocadas por el equipo andaluz.

Foto: El conjunto malacitano vuelve a hacer historia. (EFE/Ángel Medina G.)

Talento, mentalidad, equipo

Cabe destacar cómo cambió la puesta en escena, de Unicaja, respecto a la excelente semifinal del sábado. Amparados en una notable profundidad de banquillo, el primer cambio relevante de Ibon Navarro fue retirar a Killian Tillie del roster, para introducir a Olek Balcerowski, es decir, introducir centímetros en un jugador para ocho o diez minutos y amargar la existencia a Tavares, o al que se acercara. Apenas tiró una vez: no era su tarea.

Y es sobresaliente comparar los jugadores que asumieron el rol de la anotación, tanto en la semifinal del sábado como en la final. Es cierto que en ésta, la estratosférica explosión final de Kendrick Perry (17 de 27 puntos en el último cuarto) dejó en un segundo plano todo lo demás. Y que por parte de Navarro, la rotación ante el Madrid fue un poco más reducida (8 jugadores por encima de 13 minutos, fueron 10 el sábado).

No deben confundirse las actuaciones estelares con el liderazgo. En Unicaja, un equipo coral donde los haya, se percibe un líder en la banda, su entrenador, apoyado en el gran capitán Alberto Díaz, reconocido por todos, que lo mismo revienta el partido el sábado como apenas participa el domingo. Pero que mantiene a los compañeros focalizados en su labor.

Pero es importante señalar el dato: el sábado, los tres jugadores más productivos fueron Yankuba Sima, Alberto Díaz y Kameron Taylor, también David Kravish ayudó lo suyo. Pero los tres primeros aportaron 47/90 puntos, 13/34 rebotes y 3/11 asistencias, sin superar los 20 minutos en la pista. Un logro que impresiona, si no fuese porque en la final, los tres correspondientes fueron las tres K: Kam Taylor, Kravish y Kendrick, que tampoco participaron más que unos veintialgo minutos, para aportar 62/93 puntos, 13/32 rebotes y 9/14 asistencias. Un rendimiento impresionante.

placeholder Unicaja triunfó en la Copa del Rey. (EFE/José Manuel Vidal)
Unicaja triunfó en la Copa del Rey. (EFE/José Manuel Vidal)

Pero las cifras anteriores, puestas en contexto, no ocultan que el Madrid consiguió más capturas (41 por 32) y que, en realidad, el secreto del partido residió en la extraordinaria defensa coral de los malagueños. La intensidad en la defensa alta estranguló la táctica madridista, que rozó el ridículo a base de balones perdidos y una penosa selección de lanzamientos exteriores, sin poder encontrar el juego interior o provocando errores incomprensibles en los lanzamientos cercanos al aro. Es indudable que el Madrid se fajó en la parte del juego que no es negociable: defendieron, recibieron tiros bien punteados, cargaron el rebote, hicieron su trabajo. Aún así, con Perry en estado de gracia en el último cuarto, terminaron recibiendo 93 puntos, lo que definitivamente hace difícil justificar el rendimiento del equipo en campo propio.

Al final, fue un hermoso espectáculo, una victoria incontestable, merecidísima, para disfrute de todos los aficionados a este deporte, que le puede venir muy bien al equipo blanco para afrontar lo que se le viene a continuación, que son los trofeos mayores, así que en cierto modo le tendrá que agradecer a Unicaja el electroshock de la Copa.

Decálogo para ser feliz en mayo

Lo mejor de todo es que los torneos importantes están por competir, buena posición en ACB, bastante comprometida en Euroliga. La plantilla existe, las ganas de los jugadores, de su entrenador y el equipo técnico, el buen rollo en este club y sus instalaciones de altísimo nivel, todo eso no está en riesgo. Así que vendría bien volver a leer algunas reglas básicas, que no por más evidentes las suele tener uno presentes cuando se levanta cada día:

1. Ejercerás tu liderazgo de manera responsable; ha quedado claro ayer que hay un primer líder en este equipo, que es Mario Hezonja. No tuvo el día y terminó frustrado; sin embargo, lo intentó hasta el final, tomó malas decisiones porque se sintió obligado a responder, cuando el equipo vagaba sin rumbo sobre la pista. Hay que pedir a Mario que no abandone su labor, porque ni Facu ni Walter, por más que sean los otros pilares estelares del equipo, incluso más por números, pueden elevar las mentes en el modo en que Mario lo puede hacer. Nadie puede comprender el cerebro velocísimo de Facu, ni contemplar el horizonte desde la altura del Gigante, cuya humildad es el contrapunto perfecto al carácter croata del genio de Dubrovnik, que recuerda, cómo no, a otro que nació en Sibenik.

2. Ayudarás a tu compañero en defensa; puede darse alguna pista: ciertos jugadores no están cumpliendo con su tarea en el habitual sistema de ayudas en defensa individual, ya sea en los bloqueos directos o en el pick and roll. Otra pista: entre ellos hay dos cuyos números suman 36. Y pueden arruinar el trabajo de los demás, con estruendosa facilidad.

Foto: Fue un apretado duelo entre Madrid y Mónaco. (EFE/Sebastien Nogier)

El runrún con Chus Mateo

3. Bloquearás el rebote a tu par; esto es de primero de minibasket, pero hay demasiadas jugadas en las que el rebote se pierde por dejar de lado la posición del jugador al que se defiende, que tiene una visión ventajosa de la situación, por las décimas que consume vigilar la línea de pase.

4. Procurarás atacar la defensa alta con tu juego vertical; ayer la contundencia malagueña en defensa le llevó justamente al bonus, en cada cuarto, con minutos por jugar. Apenas pudo el Madrid obtener ventaja con ello, salvo los primeros cuartos en que, a falta de tiros exteriores, fueron los libres los que mantenían al equipo en el partido. Pero después, el planteamiento basado en el movimiento perimetral del balón liquidó toda opción de aprovecharlo.

5. Meterás los tiros libres; por repasar lo acontecido este fin de semana, 61/85 en libres, los tres partidos, no es aceptable en un equipo profesional, no digamos ya en el Real Madrid.

placeholder Unicaja fue superior al Madrid en la final. (EFE/José Manuel Vidal)
Unicaja fue superior al Madrid en la final. (EFE/José Manuel Vidal)

6. No amasarás el balón en vano; es desconcertante contemplar cómo una jugada tras otra termina con cuatro jugadores contemplando al quinto botando en una esquina del campo contrario sin saber qué hacer, esperando un bloqueo directo que le permita lanzar un tiro lejano que como mucho, servirá para rellenar los highligths, si es que lo convierte, que sucederá pocas veces. Rellenen ustedes el espacio en blanco.

7. Correrás hacia atrás como si te fuera la vida en ello; es llamativo valorar el despliegue físico de los jugadores en su retorno a la defensa. No será momento ahora de dar nombres, pero sería interesante calcular algún ratio del tipo velocidad vs centímetros o kilos. Lo de volver trotando a la zona propia parece de tiempos antediluvianos. No es el caso de Walter Edy Tavares. Pero se produce en otros, ahí están los vídeos de los partidos, en su plataforma favorita. Las transiciones, fastbreaks, o los ataques de 3-4 segundos, generan aproximadamente el 20% de los puntos de cada partido. O más.

8. Aceptarás las decisiones de tu entrenador; da una cierta sensación de que la ascendencia de Chus Mateo sobre la plantilla no es la idónea. Hmm… este es un asunto muy subjetivo, genera dudas. Que no parezca que hay una rebelión en el roster: nada más lejos. Pero a veces se diría que la respuesta al planteamiento de juego no es consistente desde un punto de vista emocional. Hay contraejemplos, ya que casos de jugadores que participan poco, como Hugo (en crecimiento), o Eli (en decrecimiento), demuestran el compromiso superlativo de los chicos. Pero en otros casos se percibe una preocupante frialdad. O quién sabe, tal vez no se reciben correctamente las instrucciones.

9. Serás empático con tus jugadores; es en cierto sentido contrapuesto a lo anterior. Pero todo el año comentando sobre la rotación de la plantilla, la carga de minutos, achacar a la falta de efectivos el bajo rendimiento general… cuando al final, se infrautilizan unos, se sobrecargan de minutos otros… como ejemplo, uno no sabe si Mario Hezonja quebró ayer tras 120 minutos de juego efectivo en siete días, teniendo en cuenta la intensidad física y emocional que imprime el croata. Seguramente otros quedan deseosos de haber participado más: las nuevas incorporaciones no pueden eclipsar la buena tendencia que marcaban los actores secundarios, después de meses de trabajo.

10. Planificarás la plantilla con acierto; cuando se maneja semejante presupuesto, la responsabilidad exige al menos una respuesta a corto, medio o largo plazo. Y no es mala idea aprovechar según qué oportunidades de mercado: no las necesitas ahora, pero un futuro quién sabe. Lo que pasa es que le dan a uno ganas de llorar cuando piensa que se ha marchado nuestro Vincent Poirier por (tal vez) el mismo dinero que se está dilapidando en los parches posteriores. Y el cambio de ciclo, que ya se ha producido con las ausencias de la época dorada y este mismo año, con Rudy, con Chacho, con Vincent o Yabu, no puede depender de que se lesione Gaby Deck, o incorporar a jugadores, uno casi lesionado, otro desorientado. Sin contar el ahorro de costes. Alguien debería invitar a un buen almuerzo al que se encarga de estas labores en el mismísimo… Unicaja de Málaga.

Un partidazo de ba-lon-ces-to, pero solamente de una parte, eso es lo que deparó la final de la Copa del Rey de este año 2025. El devenir de cualquier partido proporciona a veces que se apriete el marcador: una ilusoria sensación de que no se ha cerrado el asunto. Sin embargo, cada vez que tal escenario aconteció, más por casualidad que otra cosa, Unicaja respondió con una brillantez propia de quien se sabe en posesión de la varita mágica del talento: fallaron estrepitosamente las estrellas madridistas y resplandecieron las malagueñas con una exhibición que no se corresponde con el 93-79, resultado final.

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