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Todos contra la NBA: así son las competiciones 'made in USA' para las nuevas generaciones
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Big3, Unrivaled y Overtime

Todos contra la NBA: así son las competiciones 'made in USA' para las nuevas generaciones

La descentralización de los torneos de 3x3 ha permitido la irrupción de BIG3, que ya vende franquicias por 10 millones, y Unrivaled, la nueva liga femenina. Overtime pelea con la NCAA

Foto: La NBA tiene nueva competencia. (BIG3)
La NBA tiene nueva competencia. (BIG3)

El deporte ha afrontado importantes conflictos y rupturas en la batalla por la gestión de las grandes competiciones. Golf, pádel, natación, tenis, fútbol… Numerosas disciplinas han lidiado con la irrupción de nuevos actores que buscaban el control del negocio o, al menos, una parte del mismo. En baloncesto, la FIBA nunca ha tenido competencias en Estados Unidos, donde todo pasa por manos de la NBA y la NCAA. Ambas mantienen el monopolio y las nuevas competiciones -BIG3, Unrivaled u Overtime, emergen con fuerza- no surgen para canibalizar el negocio existente, sino ampliarlo en su periferia y ocupar unos espacios que los dos gigantes nunca han explorado.

Ninguna de las tres ligas comparte accionariado ni guarda relación unas con otras. Han irrumpido aprovechando las oportunidades de negocio del segundo mayor deporte en Estados Unidos en términos de práctica, ya por encima del béisbol. Dos de ellas, BIG3 y Unrivaled, se disputan en modalidad 3x3, un concepto urbano y donde la FIBA únicamente regula los torneos adheridos al World Tour masculino y femenino, pero donde cada promotor puede organizar su propia competición sin pasar por la federación. La otra, Overtime, ha montado una liga para jugadores en edad universitaria que aún no puedan dar el salto a la NBA y no quisieran pasar por la NCAA.

* Artículo publicado originalmente en 2Playbook.com

placeholder La liga BIG3 nació en 2017 y ya vende franquicias por 10 millones. (Reuters)
La liga BIG3 nació en 2017 y ya vende franquicias por 10 millones. (Reuters)

Las dos ligas de 3x3 son las que tienen una mayor proyección en la actualidad. Overtime lanzó su liga masculina en 2021, en un momento de gran disrupción en el baloncesto universitario. La NCAA estaba entonces acorralada por las demandas federales de los atletas, que reclamaban poder cobrar por sus derechos de imagen. En paralelo, afrontaba otras demandas antimonopolio por no permitir a los jugadores ninguna otra opción que no fuera pasar por su cauce para llegar a la NBA, salvo si se iban a una liga extranjera.

En ese contexto nació Overtime Elite, una liga fundada por la empresa Overtime. La competición arrancó con pagos de hasta 100.000 dólares a jóvenes talentos y contaba entre sus inversores con Jeff Bezos, Pau Gasol o Drake, entre otros. Incluso David Stern, histórico comisionado de la NBA, invirtió en la marca matriz, que ya tenía una comunidad de 70 millones de seguidores en redes sociales, la mayoría menores de 25 años, antes del lanzamiento de la competición. El año pasado anunció que habría una liga femenina, que ha arrancado en agosto.

El principal problema con el que se ha encontrado Overtime desde 2021 son los cambios que la NCAA se ha visto obligada a introducir. Desde entonces, aprobó el denominado NIL, que permite a los jugadores generar ingresos de imagen y patrocinio. Aún sin cifras oficiales, diferentes informes publicados por Yahoo o Sportico apuntan a que el deporte universitario superó los 1.000 millones en ingresos a través de las marcas en 2023. Y a ello hay que sumar los nuevos pagos directos que las universidades podrán hacer a los atletas tras la sentencia judicial de 2024, que entierra definitivamente la figura del atleta-estudiante.

placeholder La liga Overtime Select femenina ha arrancado en agosto. (Reuters)
La liga Overtime Select femenina ha arrancado en agosto. (Reuters)

La ventaja que aún exprime Overtime es que el 67% de los ingresos de estas competiciones tradicionales se concentran exclusivamente en el fútbol americano. Sin embargo, las grandes estrellas del college en baloncesto pueden lograr el doble o incluso cinco veces más de esos 100.000 dólares que ofrecía Overtime. Sin el atractivo económico ya sobre la mesa y con solo dos jugadores elegidos en el Draft de la NBA en cuatro años, su influencia puede empezar a diluirse en términos de impacto en la pirámide competitiva.

Es lo mismo que podría suceder en caso de que NBA o NCAA decidan entrar en el baloncesto 3x3 y extender sus redes a todas las disciplinas para concentrar todo el negocio, como por ejemplo ha hecho la primera con el femenino. Entre ambas volverían a arrinconar a cualquier competencia aunque, por el momento, no entra en los planes de ninguna. A diferencia de Overtime, que fue a cazar a los grandes talentos y rivalizar con ambas organizaciones, ni BIG3 ni Unrivaled se presentan como competencia, sino como complemento.

Ligas que aprovechan la falta de regulación

BIG3 nació en 2017 de la mano de Ice Cube y el magnate de la representación de artistas Jeff Kwatinetz. Nació como una liga para exestrellas de la NBA que aún tenían un gran tirón entre los aficionados y que incluso tenían que marcharse a China a jugar por la falta de oportunidades en la NBA. Actualmente, combina jugadores de rol de la NBA con otros que compiten en ligas europeas y ex estrellas de la liga.

La liga la componen doce equipos que, hasta este año, eran propiedad de BIG3. Esta será la séptima temporada y, en los últimos seis meses, ya ha vendido cuatro franquicias por 10 millones de dólares cada una. Las cuatro que ya tienen propietarios estarán en Detroit, Miami, Los Ángeles y Houston. El objetivo es expandir la huella del circuito en las ciudades y empezar a desarrollar proyectos vinculados al 3x3, una disciplina donde no existe ningún tipo de formación. En España, de hecho, es ahora cuando la federación está empezando a impulsar un programa para que los jugadores se especialicen desde edades tempranas en esta disciplina y lo mismo sucede en Estados Unidos.

Su calendario está ajustado al de la NBA, disputándose en los meses de verano, que es cuando no hay competición. Solo se solapa con la Summer League de Las Vegas, aunque no los partidos se disputan en lugares, días y horarios diferentes, para respetar los acuerdos con los socios audiovisuales. Además, mientras que la Summer League es únicamente para jóvenes talentos recién drafteados o que buscan una oportunidad, la BIG3 la disputan jugadores consolidados o retirados.

Foto: España ganó la plata en basket 3x3. (EFE/Miguel Toña)

El enfoque de la nueva liga femenina, Unrivaled, será diferente. La competición nace fundada por las estrellas de la WNBA Breanna Stewart y Napheesa Collier. Debutará en 2025 y estará respaldada por leyendas del deporte como Megan Rapinoe, Alex Morgan, Carmelo Anthony, Steve Nash, Geno Auriema y estrellas de Hollywood y grandes empresarios como Ashton Kutcher, John Skipper, Koby Altman, Dan Rosensweig, Michelle Wie West y David Levy, entre otros.

La primera temporada contará con treinta jugadoras de la WNBA y ligas europeas divididas en seis equipos. Se espera que participen, al menos, diez All Stars de la WNBA y se presenta a sí misma como "la competición que tendrá el salario más alto de cualquier liga femenina de baloncesto". El salario mínimo es de 64.000 dólares para jugadoras con menos de tres años de experiencia en la WNBA. Además, otra de las novedades es que las jugadoras que se inscriban recibirán un paquete de acciones en la competición, similar a lo que el PGA Tour ha hecho con sus golfistas en este último año.

La liga también será complementaria al calendario de la WNBA, disputándose únicamente cuando esta finalice. Sin embargo, a diferencia del masculino, la temporada es mucho más corta y los salarios más bajos, lo que tradicionalmente ha obligado a muchas jugadoras a dar el salto a Europa el resto del año. La WNBA se expandirá con más equipos en los próximos años y tiene atados 220 millones anuales con el nuevo contrato audiovisual de la NBA, lo que permitirá seguir aumentando el salario mínimo y la temporada regular. Aun así, Unrivaled busca consolidarse como un producto distinto, también en 3x3, y aprovechar el espacio actual para dar oportunidades a las jugadoras en un momento de expansión del baloncesto femenino.

El deporte ha afrontado importantes conflictos y rupturas en la batalla por la gestión de las grandes competiciones. Golf, pádel, natación, tenis, fútbol… Numerosas disciplinas han lidiado con la irrupción de nuevos actores que buscaban el control del negocio o, al menos, una parte del mismo. En baloncesto, la FIBA nunca ha tenido competencias en Estados Unidos, donde todo pasa por manos de la NBA y la NCAA. Ambas mantienen el monopolio y las nuevas competiciones -BIG3, Unrivaled u Overtime, emergen con fuerza- no surgen para canibalizar el negocio existente, sino ampliarlo en su periferia y ocupar unos espacios que los dos gigantes nunca han explorado.

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