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Wonny Geuer: "El rector me dio a elegir entre los libros o la pelotita, pero el 'basket' me pagaba la matrícula"
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DIPLOMA OLÍMPICO EN EL 92

Wonny Geuer: "El rector me dio a elegir entre los libros o la pelotita, pero el 'basket' me pagaba la matrícula"

Ahora es la madre de los Hernangómez, pero antes fue una gran jugadora de baloncesto. Participó en los Juegos de Barcelona y se proclamó campeona de Europa un año después

Foto: Wonny en un partido con la Selección. (Cedida)
Wonny en un partido con la Selección. (Cedida)

"Se me pega el acento cuando hablo con andaluces. Yo ya lo perdí y te pasará lo mismo con el tiempo", me dice Margarita Wonny Geuer al empezar la conversación. Ahora es conocida por ser la madre de los hermanos Hernangómez-Geuer (también está Andrea, la más pequeña de la familia), aunque ella es mucho más que eso.

Hija de alemanes, nació en Sevilla. Allí comenzó su interés por el baloncesto, a la vez que por el tenis, y su fanatismo por el Betis. Tuvo una exitosa carrera al ser campeona de Europa en 1993 y participar en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92. Fueron años de duros sacrificios, pero que sirvieron para mostrar el baloncesto femenino español al mundo.

Foto: Willy Hernangómez, en su duelo con Gobert. (EFE/EPA/Filip Singer)

Sus ganas de ser madre, además del cansancio acumulado por el Plan ADO, hicieron que dejara el baloncesto de élite cuando nacieron Willy y Juancho. "Quería disfrutar de mis hijos y que ellos disfrutaran de su madre", dice a El Confidencial. Se licenció en Ciencias Económicas, al igual que su marido, Guillermo Hernangómez. Ahora trabaja en la administración local y echa de menos a sus hijos, que viven los tres en Estados Unidos. Eso sí, sigue encima de ellos, porque "hay tiempo para más cosas además del entrenamiento y la consola".

Acompaña a sus hijos en los torneos que han disputado. De hecho, este verano se le vio "como una loca" en las victorias de la Selección. "Les tuve que decir a los de Cuatro que dejaran de enfocarme", comenta entre risas. En esos triunfos, sin embargo, no se ha preocupado solo de celebrarlo. En 2019, después de ganar el Mundial, se cruzó con el ministro de Deportes y le dijo que la cosa no había cambiado nada desde su época. "Mi hija se ha tenido que ir a Estados Unidos para compaginar los estudios con el baloncesto".

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PREGUNTA. Usted nació en España, pero sus padres son alemanes. ¿Cuál es su vínculo actual con Alemania?

RESPUESTA. Yo nací en Sevilla, porque mis padres se vinieron a vivir a España. Mi vínculo actual con Alemania es familiar.

P. ¿Suele ir un par de veces al año?

R. Intento ir, pero no voy con tanta frecuencia.

P. Supongo que ahora su destino estará más en Estados Unidos.

R. Claro. Ahora cada vez que tenemos un hueco viajamos a Estados Unidos para ver a nuestros hijos, porque viven los tres allí.

P. ¿Qué tenemos los españoles que no tengan los alemanes y viceversa?

R. ¿Me quieres poner en un compromiso, eh? (risas). Son mentalidades distintas. Aquí somos más abiertos que allí, aunque en el sur de Alemania no son tan cerrados como en el norte. De los alemanes destacaría la puntualidad.

"Aquí somos más abiertos que allí, aunque en el sur de Alemania no son tan cerrados"

P. Usted fue campeona del Eurobasket en 1993. ¿Aquella victoria cambió la percepción que había del baloncesto femenino?

R. Sí, porque siempre cambia todo después de un gran éxito. Hubo muchas más chicas que quisieron federarse y jugar al baloncesto. Lo mismo ocurrió con los chicos tras ganar la plata en Los Ángeles 84. Más que en aquel Eurobasket, el antes y el después estuvo en Barcelona 92. El Plan ADO fue un punto de inflexión, porque igualamos a nivel técnico y físico al resto de equipos. Les competimos de tú a tú. Antes de eso, íbamos al Eurobasket y quedamos décimas de 12 selecciones que competían. Cada año nos aproximábamos más al triunfo hasta que lo conseguimos. En las Olimpiadas quedamos quintas y eso también vino bien, porque todo el país estuvo pendiente. Sin embargo, nos arrastró el fracaso de los chicos. No se valoró que en ese torneo consiguiéramos el diploma olímpico.

P. ¿Vivió de cerca el angolazo?

R. Sí, sí, estuvimos en el estadio aquel día. Nos apoyábamos ambos equipos mutuamente. Cuando entras en una situación mala de juego, es complicado revertirla. Los pobres lo pasaron bastante mal.

P. Barcelona 92 empezó para ustedes en 1988 por el inicio del Plan ADO. ¿Cómo eran esos entrenamientos?

R. Eran entre ocho y diez horas, casi diarias, de entrenamiento. Cada año íbamos a una costa de Estados Unidos para competir contra equipos de las mejores universidades de allí. Trabajamos mucho el físico, porque hacíamos salto de altura, velocidad, vallas… Hasta teníamos zapatillas de clavo para mejorar la velocidad al saltar. Durante esos años, fuimos medallas de oro en los Juegos del Mediterráneo, una plata en otro torneo previo a las Olimpiadas…

placeholder El rey Felipe fue el abanderado en Barcelona 92. (Cedida)
El rey Felipe fue el abanderado en Barcelona 92. (Cedida)

P. ¿Notaban mucha diferencia en el partido frente a las estadounidenses?

R. Claro. La diferencia era sobre todo a nivel físico. De hecho, creo que se nota todavía hoy tanto en el baloncesto masculino como en el femenino. Tácticamente, los europeos somos mejores que los americanos, pero físicamente es difícil superarles.

"El 'Dream Team' era un grupo inaccesible"

P. ¿Cómo recuerda la vida en la villa olímpica?

R. Cuando te juntas con tantos atletas, es muy bonito. Eso es algo muy valioso que te dejan los Juegos Olímpicos. Allí estaba el Dream Team, pero no pernoctaron en la villa olímpica; era un grupo inaccesible. Intentamos coincidir con alguno de ellos, pero era muy complicado. Fue una de las mejores experiencias de mi vida, especialmente cuando hicimos el desfile delante de toda España.

P. Usted tuvo un problema en el ojo frente a Estados Unidos.

R. Casi me lo arrancan (risas). Me rompieron el párpado y se me quedó el ojo muy morado. Cuando regresé por la noche a la villa olímpica, me crucé con Linford Christie, que fue medalla de oro en los 100 metros lisos. Se acercó a mí y me preguntó qué me había pasado. Me dijo que "si hacía boxing" y le respondí que casi. Unos Juegos Olímpicos es uno de los mejores eventos que puede vivir un deportista.

P. ¿Estaba blindado el Dream Team?

R. Sí, sí. Iban con guardaespaldas, no era fácil sacarse una foto con ellos o acercarte… Nosotros hablamos bastante con Christian Laettner, que era el más joven del equipo. Como era el menos conocido, el acceso a él era más asequible. Nos hicimos una foto en el túnel de vestuarios.

"Nosotros hablamos bastante con Laettner, que era el más joven del equipo. Como era el menos conocido, el acceso a él era más asequible"

P. ¿Hubo alguna foto que usted buscara?

R. No. Lo único que cuando te cruzabas con alguien, o entablas amistad, aprovechabas para sacarte una foto como recuerdo. Una parte muy bonita de la villa olímpica es la convivencia con las selecciones de otras modalidades. Nosotras, por ejemplo, nos reuníamos mucho con las chicas de hockey, con los chicos de baloncesto, los de vela… Charlábamos mucho por las noches en los salones que había y bajaba también el rey Felipe VI.

P. ¿Qué tal don Felipe en las distancias cortas?

R. Mantenía las distancias, pero estaba muy feliz y era uno más. Él y su guardaespaldas se quedaban con nosotros y charlaban mucho. Estaba muy integrado porque conversaba con cualquier atleta que se encontrase.

placeholder El rey Felipe conversaba con los atletas en la villa olímpica. (EFE/Chema Moya)
El rey Felipe conversaba con los atletas en la villa olímpica. (EFE/Chema Moya)

P. Decían que tenía usted tenía fama de intimidadora, pero se llevó el golpe más duro.

R. Fue en un lance del juego. Cuando estaba en el campo, siempre intentaba darlo todo y era muy luchadora.

P. Además de jugar al baloncesto, usted se licenció en Ciencias Económicas. ¿Cómo compaginó ambas cosas?

R. Fue complicado y tuve que hacer muchos sacrificios. Es una lucha que tengo cada vez que coincidido con algún responsable de Educación, ya sea del ministerio o de alguna comunidad autónoma. Siempre defiendo que tienen que ayudar a los chavales que hacen deporte, además de a los músicos, a los artistas… Hay que fomentar que tengan la opción de formarse académicamente y de desarrollar su interés por algo artístico.

"El rector me dijo que eligiera entre jugar a la pelotita o estudiar"

P. A usted no se lo pusieron fácil.

R. No, yo tuve muchos problemas. De hecho, tuve que hablar con el rector de la universidad porque me habían puesto turno de tarde y nosotros nos preparábamos para los Barcelona 92 en esa franja horaria. Necesitaba que las clases fueran por la mañana para compaginarlo todo. Él me dijo que ya era mayorcita y que tenía que elegir entre jugar a la pelotita o estudiar, pero el baloncesto me pagaba las matrículas. Es una vergüenza, porque no le pedí que me aprobaran un examen o que me dieran facilidades. En Estados Unidos, sin embargo, ocurre a la inversa. Recuerdo que mis compañeros me decían: "¿Pero cómo vienes en chándal a la universidad?". Yo iba a dos horas de clase y me iba a entrenar. Por eso. También aprovechaba para correr en la Casa de Campo…

P. Entonces la vida social, justita.

R. Si te organizas bien, siempre hay tiempo para todo. Es cierto que en aquella época miraba mucho el reloj.

placeholder Wonny Geuer, en una penetración. (Cedida)
Wonny Geuer, en una penetración. (Cedida)

P. Ahora ha visto de cerca el caso de sus hijos. ¿Se ha avanzado poco en este asunto?

R. Muy poco. No te facilitan el cambio de exámenes, tampoco te echan una mano los tutores… Yo he tenido que hablar muchas veces con los profesores porque no entendían que su rendimiento bajara un poco. La realidad es que se dedicaban a otra cosa; que entrenaban mucho, no estaban en la calle tirados con los amigos. Es un esfuerzo muy grande, porque ponerse a estudiar después de llevarte dos o tres horas entrenando…

P. Tras la final del Mundial de 2019 usted se cruzó con el ministro de Deportes. ¿Pudieron hablar de esto?

R. Sí, aproveché para decírselo. Le comenté que teníamos que avanzar en el deporte, especialmente en el femenino. Le dije que mi hija, para competir y terminar una carrera, se había tenido que marchar a Estados Unidos. Eso lo que conlleva es perder el talento deportivo, igual que ocurre con los físicos u otras profesiones.

P. Si hubiera tenido facilidades, ¿su hija se hubiera quedado en España?

R. No solo son los profesores los que ponen trabas, también ocurre en los clubes. A mis hijos les ha pasado cuando pedían autorización para examinarse. Si por ambas partes hubiera esa predisposición a ayudarte que hay en Estados Unidos, creo que Andrea se hubiera quedado.

placeholder Wonny Geuer vibró con el éxito de sus hijos en el Eurobasket. (Reuters/Susana Vera)
Wonny Geuer vibró con el éxito de sus hijos en el Eurobasket. (Reuters/Susana Vera)

P. Su marido también estudió Ciencias Económicas. ¿Alguno de sus hijos ha seguido la estela?

R. Ellos se han orientado más por el deporte, matriculándose a distancia. Juancho lo hizo en Fisioterapia e INEF, mientras que Willy tiró por Educación Infantil.

P. Usted ha estado pendiente de que tuvieran una alternativa al deporte.

R. Les sigo insistiendo, porque, aparte del baloncesto y de la consola, hay tiempo para otras cosas. Por ejemplo, la lectura. De hecho, ellos leen mucho y son chicos abiertos a aprender.

P. Toda la familia ha jugado al baloncesto. No me diga que conoció a su marido en una cancha, porque sería el círculo perfecto.

R. Sí, sí, allí nos conocimos (risas). Él estaba en la Selección júnior y yo en la juvenil. Era verano y estábamos entrenando en Madrid, en pleno agosto. Nos preparábamos ambos equipos para los campeonatos de Europa. Un día se organizó una reunión y allí nos conocimos gracias al baloncesto.

"Elegí disfrutar de mis hijos y que ellos disfrutaran de su madre"

P. Usted abandonó el baloncesto profesional por sus deseos de ser madre y por su cansancio. ¿Es viable compaginar la maternidad con el deporte de élite?

R. Hay deportistas que lo han intentando y han estado varios años en la élite después de ser madres. En mi caso, acabé muy cansada porque llevaba 12 años al más alto nivel y sin tener vacaciones. Todos los veranos me llamaba la Selección y allá que iba. Quizá tenía una semana para descansar como mucho. Tras el plan ADO y los Juegos Olímpicos, tuve tres días para organizar la mudanza porque iba a jugar en Valencia. Como ese año ganamos la Euroliga, fue un año redondo. Cuando nació Willy, me llamaron varias veces para regresar, pero enseguida vino Juancho. Algún equipo lo volvió a intentar, pero era imposible con dos niños tan pequeños. En mi caso, preferí disfrutar de mis hijos y que ellos disfrutaran de su madre.

P. Willy y Juancho empezaron primero en el fútbol. ¿Cuándo optaron por cambiarse al baloncesto?

R. Nosotros nunca los presionamos para que jugaran al baloncesto, porque lo único que nos interesaba era que hicieran deporte y se lo pasaran bien. Ellos decidieron apuntarse al fútbol, pero más adelante nos comentaron que varios amigos se habían apuntado al baloncesto en Las Rozas y que querían probar. En ese momento, estaban dando el estirón. Con 13 o 14 años, ya medían 1’80 o 1’90 y se apuntaron al Club Baloncesto Las Rozas.

P. ¿Quién es el más bajito de la familia?

R. Soy yo.

P. ¿Se les daba bien a sus hijos el fútbol?

R. Todos los que conozco que han jugado al fútbol antes que al baloncesto luego están muy coordinados y lo hacen muy bien. En el balompié, eran bastante buenos. Juancho era zurdo y yo siempre decía que era un lateral izquierdo como Gordillo. Se nota que soy del Betis. No sé de qué equipo serás tú (risas).

P. Luego se lo digo. No sé si lo de Gordillo lo dice porque jugaba con las medias bajas.

R. Corría igual que Gordillo la banda izquierda (risas) y centraba muy bien. Como fueron creciendo, los pusieron a veces de porteros a los dos. Estuvieron cerca de jugar en La Rozeña, equipo en el que empezó Marcos Llorente, porque querían ficharlos.

placeholder Dice Wonny que Juancho jugaba como Gordillo. Además, los Hernangómez tienen amistad con Joaquín. (EFE/José Manuel Vidal)
Dice Wonny que Juancho jugaba como Gordillo. Además, los Hernangómez tienen amistad con Joaquín. (EFE/José Manuel Vidal)

P. Ha citado al Betis. A Willy, de hecho, se le ha visto con la camiseta. ¿Le han salido béticos?

R. Mi marido es del Atleti y del Madrid, de los dos. Mis hijos son madridistas, pero muy béticos, aunque Juancho un poco más. Willy tiene esa influencia porque jugó en Sevilla. Ambos son amigos y seguidores de Joaquín. Y tienen sus camisetas del Betis. Cuando eran pequeños, les regalamos la equipación del Betis. Se fueron orgullosos al colegio con ella y los niños se reían de ellos (risas). Decían que les habían preguntado por qué llevaban esa camiseta y no la del Madrid. Les daba vergüenza ponérsela.

"Yo era muy coordinada y eso lo han heredado"

P. De usted se decía, cuando empezó, que estaba raramente coordinada. ¿Tuvo algo que ver que jugó al tenis antes de empezar en el baloncesto?

R. Puede ser. Empecé a practicar los deportes cuando era muy joven y me gustaban todos, pero luego me decidí por el baloncesto. Yo era muy coordinada y eso lo han heredado mis tres hijos. Andrea y Willy tienen muy buenos movimientos de pie, mientras que Juancho es más exterior.

P. ¿Qué tal se le daba al tenis?

R. Pues bastante bien. De hecho, estuve cerca de ir a los campeonatos andaluces cuando era infantil. Como llegaba a la pelota con los brazos, que los tenía muy largos, me echaba la bronca el entrenador. Me decía que moviera las piernas y no las brazos. Después jugué un tiempo, de forma amateur, pero ahora juego más al pádel.

P. ¿Quién de sus hijos se parece más a usted?

R. Willy y Andrea, tanto físicamente como a la hora de jugar. Juancho, en cambio, se parece más a su padre. Están mezclados todos, pero son así más o menos.

placeholder Willy saluda a sus padres después de un partido del Mundial de 2019. (EFE/Yoan Valat)
Willy saluda a sus padres después de un partido del Mundial de 2019. (EFE/Yoan Valat)

P. Andrea es la más desconocida. ¿La veremos pronto con la Selección absoluta?

R. No sé si pronto o no, pero sería un orgullo tremendo que llegara. Ella es muy trabajadora y ya ha ganado trofeos. El año pasado, el anillo de conferencia con su universidad. En la Liga, siempre está entre los mejores quintetos, fue la sexta mujer del año… Entrena muy duro y me haría mucha ilusión que lo consiguiera.

P. ¿En su época se ganaba dinero en el baloncesto?

R. Viví una buena época, en la que había clubes que pagaban bastante bien. No daba para vivir toda la vida, pero tenías un nivel adquisitivo alto que te permitían vivir un par de años del deporte.

P. ¿Por qué pensó que sus hijos no llegarían a la NBA?

R. Nunca pensé que alcanzarían lo que han logrado. Nosotros nunca los hemos presionado, porque nos interesaba su disfrute. Jamás les pusimos una meta, como hacían otros padres. Había algunos que les echaban broncas y no se daban cuenta que lo importante era que los chavales se lo pasaran bien. Ni siquiera teníamos como objetivo que jugaran en la ACB. Hemos tenido jugadores españoles tan buenos en la NBA que parece fácil jugar tantos años allí. Es muy complicado mantenerse allí y es un orgullo que lo hayan conseguido. Espero que le den la oportunidad de tener minutos.

"Los niños tienen que ser felices con el deporte, no presionados por los padres"

P. Ha citado a los padres. ¿Se ha encontrado a muchos que abroncaban a los hijos continuamente?

R. Sí, sí. Veía que los niños miraban a la grada cuando fallaban los tiros. Con esas miradas debían estar pensando en las broncas que luego les caían cuando terminaban los partidos. Cuando a Juancho lo echaron del Madrid, no fue el único. Ese día, nos cruzamos con un padre que salía llorando. Yo les decía: "No lloréis, que los niños tienen que ser felices. Si no es aquí, lo harán en otro deporte o en otro equipo".

P. ¿Cómo ha vivido el éxito del Eurobasket?

R. Les dije a los de Cuatro que no me enfocaran tanto que parecía una loca (risas). Cuando fuimos al Mundial de China, nos pasó lo mismo: nadie confiaba en ellos y yo sí, porque la Selección siempre lo da todo. Si tú haces eso, es como si hubieras ganado y tienes que estar orgulloso. Después de ese torneo, no pensaba que fuese a disfrutar tanto como lo he hecho en este Eurobasket. Eran todos chicos jóvenes con muy poca experiencia, pero han jugado como grandes veteranos. En la final, disfruté de Juancho porque cada partido fue a más y aquel día le entraron casi todos los triples. Ni en mis mejores sueños me hubiera imaginado que uno de mis hijos sería MVP de la final y otro, del torneo. Es la primera vez que lo consiguen dos hermanos en la historia y no sé si se repetirá. Todavía no me lo creo.

P. Hablando de hermanos. ¿Qué piensa cuando comparan a sus hijos con los Gasol?

R. Son incomparables, porque ellos han sido dos grandísimos jugadores. Ojalá mis hijos llegaran al 10% de lo que han llegado. Las comparaciones tampoco son buenas, especialmente cuando son jóvenes. Cada uno tiene que escribir su futuro. Es un halago que les digan que se parecen.

"Los Gasol son incomparables, porque ellos han sido dos grandísimos jugadores. Ojalá mis hijos llegaran al 10% de lo que han llegado"

P. ¿Cómo está viviendo este inicio de temporada en el que apenas están jugando?

R. Bastante mal. Por otro lado, entiendo que han tenido un verano muy largo y les viene bien empezar la temporada poco a poco. El año es muy largo y hay muchos partidos. No es como se empieza, es como se acaba. Cuando les dan minutos, ellos responden. Para los americanos, si vienes de Europa, o eres una súper estrella o es muy complicado. Creo que ambos acabarán jugando mucho.

P. ¿Le conocen ahora más por ser Wonny Geuer o la madre de los Hernangómez?

R. No me lo tendrías que preguntar a mí (risas). Ahora me conocerá también la gente por ser su madre, claro está. Me voy encontrando con personas que me ha visto jugar y que recuerdan mi juego. Eso es un orgullo.

"Se me pega el acento cuando hablo con andaluces. Yo ya lo perdí y te pasará lo mismo con el tiempo", me dice Margarita Wonny Geuer al empezar la conversación. Ahora es conocida por ser la madre de los hermanos Hernangómez-Geuer (también está Andrea, la más pequeña de la familia), aunque ella es mucho más que eso.

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