De ser subcampeón del mundo con Messi a jugar al básket con 40 años: el hito de Rodrigo Palacio

El mundo del deporte da muchas vueltas y, en ocasiones, incluso segundas oportunidades en especialidades diferentes. Es el caso de Rodrigo Palacio, un futbolista que llegó a tener fama mundial y que, en realidad, nunca se llegó a retirar. ¿El motivo? Acabó su contrato con el Brescia y, solo unos meses después, decidió cambiar de aires. Pero no a otro equipo, ni a otro país... sino que cambió de deporte para comenzar a jugar al baloncesto, otra de sus grandes pasiones.

Nacido en Bahía Blanca (Argentina), Palacio desde muy pequeño demostró grandes habilidades para el fútbol y el baloncesto. Sin embargo, con el paso de los años, consciente de que tenía que decidirse por uno de los dos deportes, la 'naturaleza' le echó una mano para elegir: con 1,76 de altura, sabía que en el balompié sería más sencillo encontrar un hueco en busca de una carrera profesional. No se equivocaba y pronto encontró el camino esperado.

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Sería con 22 años cuando Banfield lo fichó desde Huracán... y solo necesitó unos meses para que Boca Juniors decidiera lanzarse a por su fichaje. En el conjunto xeneize, Palacio demostró que lo tenía todo para ser un jugador de primer nivel, marcando 82 goles en cuatro temporadas y media, llevando a su equipo a ganar una Libertadores, dos Aperturas, un Clausura, tres Recopas Sudamericanas y una Copa. Por ello, el Genoa italiano lo apostó todo por el delantero argentino.

Solo necesitó tres temporadas para que el Inter de Milán fichara a Palacio y no solo encontrara a un delantero de nivel mundial, sino a todo un ídolo para la afición 'neroazzurra', con 58 goles en 169 partidos. De hecho, tras ir convocado al Mundial de 2006 con Argentina, sus grandes actuaciones con el Inter le permitieron no solo disputar la Copa del Mundo de 2014, sino hacerlo como jugador importante... en un torneo en el que la albiceleste fue subcampeona.

En aquella final, ante Alemania, Palacio saltó al césped en el minuto 78 de encuentro y gozó de una de las acciones más claras del partido, un mano a mano con Manuel Neuer, al que trató de superar con una vaselina que se marchó fuera por escasos centímetros y que es una jugada que asegura a día de hoy que le sigue obsesionando. Aquella fue la gran espina de Leo Messi, al que le queda solo una bala para tratar de retirarse como campeón del mundo.

Tras el Inter, en 2017, fichó por el Brescia, donde tiene el logro el honor de ser el jugador más veterano en lograr un 'hat-trick' en la Serie A y, tras cuatro temporadas, fichó por el Brescia, de Serie B, donde solo jugó un año. A pesar de tener contrato en vigor, Palacio pronto se dio cuenta de que esa ilusión por el balón ya la había perdido... pero había nacido otra: ¿y si probaba a jugar al baloncesto, ese que tenía olvidado desde que era un niño?

Así, a sus 40 años, ha fichado por el Garignano de la Serie D italiana, donde juega desde hace meses y se ha convertido en un jugador importante en el equipo. De hecho, en su segundo partido ya anotó 14 puntos, demostrando sus habilidades y que jugar al baloncesto no es un capricho, sino una manera de reinventarse y volver a ser feliz. De ser subcampeón del mundo a volver a ilusionarse con un balón... aunque en otro deporte bien diferente.