Fiestas, celos y purgas: los otros motivos del despido de Pablo Laso
El Real Madrid de baloncesto prescinde de su entrenador por motivos médicos, pero hay más: las relaciones entre Laso y el jefe de la sección se habían tensado al máximo este curso
Pablo Laso no volverá a dirigir al Real Madrid de baloncesto. Así lo ha decidido el club, que ya dio a conocer su voluntad al entrenador en un comunicado oficial tras filtrarlo previamente. Es el fin de una era, y no precisamente agradable. Uno de los entrenadores más laureados de la historia del Madrid (22 títulos en sus 11 temporadas: 2 Euroligas, 1 Copa Intercontinental, 6 Ligas, 6 Copas del Rey y 7 Supercopas), sufrió un infarto de miocardio el pasado 5 de junio. Laso pasó 48 horas hospitalizado y recibió el alta rápido. Pocos días después, volvió a los entrenamientos, pero no estuvo en el banquillo en la final de la ACB, que ganó su equipo.
El Madrid alega ahora en un comunicado difundido en la tarde de este lunes que los informes médicos desaconsejan que Laso vuelva a sentarse en el banquillo a corto plazo. "Tras el infarto que sufrió nuestro entrenador hace unas semanas, el Real Madrid ha realizado varias consultas a médicos y especialistas en cardiología y todos ellos han manifestado el riesgo evidente que para su salud supone seguir en estos momentos como técnico de la plantilla", reza el comunicado publicado por el club. El entorno del entrenador, lo niega.
De hecho, el propio entrenador ha dado a conocer sus primeras impresiones sobre lo sucedido este martes, cuando en redes sociales ha confirmado que podría entrenar sin ningún problema, después de que los médicos hayan afirmado que su estado de salud es óptimo: "Feliz de compartir con todo el mundo que tengo la confirmación plena y expresa de los médicos que me han atendido de que puedo entrenar profesionalmente a cualquier club de baloncesto. Y feliz también por las muestras de atención, cariño y afecto que estoy recibiendo desde ayer. Dentro de muy poco, os atenderé personalmente para dar respuesta a vuestro interés. Un fuerte abrazo".
Feliz de compartir con todo el mundo que tengo la confirmación plena y expresa de los médicos que me han atendido de que puedo entrenar profesionalmente a cualquier club de baloncesto.
— Pablo Laso (@pablolaso) July 5, 2022
Y feliz también por todas las muestras de atención, cariño y afecto que estoy recibiendo desde ayer. Dentro de muy poco os atenderé personalmente para dar respuesta a vuestro interés.
— Pablo Laso (@pablolaso) July 5, 2022
Un fuerte abrazo
Pocos minutos más tarde, el Real Madrid emitía un comunicado en el que confirmaba que Chus Mateo será su entrenador de cara a la próxima temporada, además de ofrecer una serie de bonitas palabras a Laso: "El Real Madrid quiere mostrarle su agradecimiento y su cariño a Pablo Laso por dirigir a nuestro equipo en una de las etapas más exitosas de nuestra historia". Pero más allá del cruce de reproches e informes médicos a través de la prensa, la realidad es que la relación entre el entrenador y el directivo encargado de la sección, Juan Carlos Sánchez, pasaba por un mal momento. Los otros motivos del adiós a Laso.
Comunicado Oficial. #RMBaloncesto
— Real Madrid Basket (@RMBaloncesto) July 5, 2022
Bajo sospecha
La última temporada del Real Madrid puede resumirse así: subidón, bajón histórico, subidón. Tras un inicio fulgurante, el equipo pasó por la peor crisis de juego de la era Laso, para remontar espectacularmente a última hora: Euroliga perdida en los últimos segundos y Liga ganada con autoridad al Barcelona. Nuevo título de la era Laso, pero el camino hacia la victoria había sido tan tortuoso... que los títulos no cicatrizaron las heridas esta vez.
La paradoja Laso es que, pese a los títulos, siempre estuvo bajo sospecha. En 2011, se convirtió en entrenador del Madrid... como segundo plato. El club apostó por el croata Jasmin Repesa, pero cuestiones burocráticas tumbaron el fichaje. Laso llegó como remiendo. La afición estaba tan descontenta con la gestión de la sección (con recorte presupuestario) y el fichaje de Laso (visto como perfil bajo) que montó una manifestación el día de la presentación del entrenador.
Tres años después, en 2014, la cabeza de Laso colgó de un hilo tras perder la Liga contra el Barcelona, imágenes icónicas incluidas: un Laso iracundo (y en silla de ruedas por una lesión) expulsado del partido decisivo tras increpar a los árbitros.
Aunque el club le mantuvo en el puesto, prescindió de sus colaboradores Hugo López y Jota Cuspinera.
La última gran crisis se ha producido este curso. El choque de trenes definitivo Laso/Sánchez.
Vieja escuela
Juan Carlos Sánchez es el hombre de confianza de Florentino Pérez en el basket desde 2010. Aunque la sección de baloncesto del Real Madrid siguió siendo deficitaria, el Madrid volvió a reinar en Europa la pasada década. ¿Gracias a Laso, gracias a Sánchez o gracias a los dos? Cada uno tiene su visión.
"Sánchez es un directivo de la vieja escuela, más Lorenzo Sanz que Florentino"
Sánchez había sido antes vicepresidente de la Federación Española de Baloncesto y dueño (junto a su hermano) del Asador Frontón, restaurante madrileño de cocina navarra favorito de celebrities deportivas y sociales… hasta que, en 2013, fue liquidado por un juzgado por una deuda de un millón de euros con la Seguridad Social y Hacienda.
Los críticos de Sánchez, al que apodan “el mesonero”, dicen de él que es un “directivo de la vieja escuela, más Lorenzo Sanz que Florentino”, y que en el Madrid de baloncesto hay dos tipos de fichajes: los deportivos y los de Sánchez, mediáticos o “para llamar la atención”.
En esas Sánchez fichó a Thomas Heurtel hace un año. Y estalló el quilombo.
El fichaje de la discordia
Lo cuenta alguien con acceso al vestuario del Real Madrid: “Juan Carlos Sánchez fichó a Heurtel para tocar las narices al Barcelona. Heurtel no era la opción favorita de Laso”. Heurtel es el base francés protagonista de la mala racha del Madrid a mitad de esta temporada.
Caso Heurtel: lo que podía quedar como la clásica tensión entre entrenador y directivo a cuenta de un fichaje -no era la primera vez que Sánchez y Laso discrepaban por uno, pero el Madrid se había hartado a ganar títulos con ellos dos al frente de la sección- se convirtió en catalizador de un problema mayor cuando el equipo empezó a perder partidos, el vestuario se descontroló y el Madrid mutó en el camarote de los hermanos Marx.
Desde que el 20 de febrero perdió la final de la Copa del Rey contra el Barcelona (64-59 y tras desperdiciar 16 puntos de ventaja), el Madrid perdió 12 de los siguientes 17 partidos. El equipo nunca había perdido tanto con Laso de entrenador.
"El Real Madrid fichó a Thomas Heurtel para tocar las narices al Barcelona"
Las derrotas dejaron sensación de brazos caídos por parte de los jugadores, y tensión creciente de Laso, como se vio en abril, durante el partido contra el Bilbao Basket, según la crónica de ‘As’: “Fueron 40 minutos de ahondamiento en la crisis galopante… Laso salió a la rueda de prensa una hora después de acabar el partido. Su charla en el vestuario fue dura. Estaba tan enojado que ni asistió a la fiesta por Mumbrú [ex jugador del Madrid y el Bilbao homenajeado ese día]. Luego pidió disculpas (“Iba un poco cruzado”). Su desesperación en la banda dibuja el sombrío panorama. En una jugada clave, con falta en ataque de Deck en el último cuarto, lanzó con tanta furia delante de un árbitro una botella de agua que si se llega a abrir, habría duchado a unas 10 filas de la grada”.
Había muchos nervios esos días en el Madrid. Días antes de jugar en Bilbao, ocurrió el incidente que desestabilizó el club y dejó muy tocadas las relaciones entre Laso y Sánchez. La purga de Heurtel.
"¡SEGUIMOS EN DEPRESIÓN! ¡Es un partido de baloncesto! ¡SI NO QUERÉIS JUGAR, NO JUGUÉIS! ¡No pasa nada, decídmelo! ¡Así no me llevo mal rato! ¿Queréis jugar o no? C***!" 😡
— DAZN España (@DAZN_ES) February 24, 2022
El tiempo muerto de Pablo Laso 😠🤬 Tremendo #EuroligaDAZN 🏀 pic.twitter.com/Zu4x0NDkwv
Pablo Laso, antiguo base con récord histórico de asistencias en la ACB, edificó su exitosa obra como entrenador sobre la figura de los bases como directores de equipo. ¿Era Heurtel un base del gusto de Laso? Digamos que fue un fichaje arriesgado.
Heurtel venía de una etapa en el Barcelona que pasó de exitosa (dos veces MVP en finales de Copa del Rey) a tormentosa por lesiones (rodilla) y problemas de encaje: era visto como un talento individual con mejores estadísticas que dirección colectiva. Su ciclo barcelonés acabó en astracán: el club le abrió la puerta de salida, pero no contaba con que el Madrid intentara ficharle y, al enterarse, reaccionó con una grotesca pataleta: en diciembre de 2020, el Barcelona dejó al jugador francés tirado en Estambul tras un partido de la Euroliga.
Heurtel acabó fichando por el Madrid, pero las cosas no salieron bien...
La noche antes de un partido de Euroliga contra el Panathinaikos, tres jugadores del Madrid (Heurtel, Trey Thompkins y Guerschon Yabusele) salieron de fiesta nocturna. Días después, Laso anunció el despido de Heurtel y Thompkins. ¿Y Yabusele? El francés ‘solo’ recibió una fuerte multa. ¿Por qué? Según algunas fuentes, era más difícil apartarle por motivos contractuales y tenía menos advertencias disciplinarias que Heurtel y Thompkins.
Laso fue claro y contundente cuando anunció la expulsión de Heurtel y Thompkins: “Es una decisión técnica. Una decisión mía. Confío plenamente en el resto de jugadores y en que los 13 que tengo van a jugar a su mejor nivel de aquí a final de temporada. Ahora mismo Thomas [Heurtel] y Trey [Thompkins] no se están entrenando con el equipo y no juegan por decisión técnica. No hay mayor historia con ellos. Bastante tengo con conseguir que el resto juegue a su mayor nivel. El equipo está siempre por encima de las personas y tenemos que volver a ser un equipo. El equipo que queremos ser”. ¿La expulsión era definitiva?. “Definitiva”, zanjó Laso.
“Es una decisión mía”, insistió Laso. Hasta que dejó de serla…
Nueve días después de anunciar la despedida “definitiva” de Heurtel y Thompkins, y tras dos derrotas (Barcelona y Bilbao) que hicieron pensar que el revulsivo interno de expulsar a dos jugadores no había funcionado, Laso metió un volantazo: aseguró que Heurtel y Thompkins seguían en el club y que él no había dicho que estuvieran fuera. "Yo nunca he apartado a nadie, que quede claro", dijo Laso, como si quisiera pasar la patata de la expulsión ‘interruptus’ a los directivos. Todo apuntaba a que Laso había sido desautorizado por el club. El Madrid barajó esos días el despido de Laso.
¿Por qué se reculó con Heurtel? ¿No llegaron a un acuerdo para rescindir su contrato? ¿Obligó Sánchez a Laso a mantenerle en plantilla porque era una apuesta personal suya? El club mantuvo silencio. Aunque la errática gestión del caso (despido y recule) quemó públicamente a Laso, el entrenador aguantó lo que parecía un pulso con el club: mantuvo a Heurtel en plantilla, pero castigado: pese a la falta de bases del Madrid, Laso prescindió de Heurtel en la Final Four de la Euroliga; algo que, según 'Marca', enfadó a Sánchez.
La cabeza de Laso ha rodado ahora por las escalinatas del club. ¿Motivos médicos? Puede haberlos. ¿Celos y luchas de poder? También.
Pablo Laso no volverá a dirigir al Real Madrid de baloncesto. Así lo ha decidido el club, que ya dio a conocer su voluntad al entrenador en un comunicado oficial tras filtrarlo previamente. Es el fin de una era, y no precisamente agradable. Uno de los entrenadores más laureados de la historia del Madrid (22 títulos en sus 11 temporadas: 2 Euroligas, 1 Copa Intercontinental, 6 Ligas, 6 Copas del Rey y 7 Supercopas), sufrió un infarto de miocardio el pasado 5 de junio. Laso pasó 48 horas hospitalizado y recibió el alta rápido. Pocos días después, volvió a los entrenamientos, pero no estuvo en el banquillo en la final de la ACB, que ganó su equipo.