El Real Madrid tira de épica y se mete en la final de la Euroliga tras remontar al Barça

El Real Madrid jugará la final de la Euroliga tras conseguir remontar al Barcelona (83-86) en un partido donde los blancos mostraron su casta para dar la vuelta a un encuentro que tenía muy complicado. Los de Pablo Laso sufrieron una importante pájara en el segundo cuarto, pero supieron sobrevivir a sus peores momentos para conseguir una impresionante remontada y acabar con la resistencia de un Barcelona que peleó hasta el último segundo del choque en busca de la final.

El disputado en el Stark Arena fue, sin ningún lugar a dudas, uno de los mejores 'Clásicos' de los últimos años, con dos equipos que pelearon lo indecible en busca de la victoria en un choque no apto para cardíacos. Y es que ambos equipos tuvieron sus oportunidades, sus ocasiones para ganar y de cerrar un encuentro que no se resolvió hasta el último instante, merced a la actuación de Poirier en los últimos minutos y un gran rebote de Yabusele que cerró el partido.

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Agencias

El partido comenzó con malas noticias para el Madrid, después de que Nigel William-Goss se lesionara tras solo 40 segundos de juego al sufrir la torcedura de uno de sus tobillos. Pese a esta baja y a que salió sin '5' puro, los de Pablo Laso se hicieron muy fuertes en defensa mientras que, en ataque, un inspiradísimo Guerschon Yabusele tiraba del equipo, con 10 puntos de los primeros 14 de su equipo. El francés, muy acertado de cara al aro, era el gran referente blanco en sus primeros minutos.

Pero según avanzaba el primer cuarto, Nico Laprovittola y Nick Calathes cogieron el tono del encuentro para, punto a punto, ir recortando la distancia inicial del Madrid. Ambos jugadores, bien escoltados por Nikola Mirotic, comenzaron a tirar del Barça para dar la vuelta al parcial, mientras que los blancos se encontraban más atascados en ataque. Pese a ello, los chispazos de Sergi Llull fueron suficientes para conseguir que el primer cuarto acabara con empate a 19 en el marcador.

El segundo cuarto tuvo un inicio similar, con el Madrid dominando el marcador en los primeros compases... hasta que el Barça pisó el acelerador de la mano de Mirotic. Los blancos, gracias a Rudy Fernández y Gaby Deck, empezaron a estirarse en el electrónico, pero al Madrid se le bajaron las persianas en ataque. Y ese bloqueo ofensivo coincidió con el mejor momento del '33' azulgrana, que cazó varios triples y un par de buenas jugadas bajo el aro para conseguir una distancia de diez puntos.

Durante los últimos compases del segundo periodo, el Madrid trató de recortar distancias, pero no solo no lo logró, sino que el Barça llegó a ampliarla: más enchufados en ataque, con mejor mano y más sólidos en defensa, conseguían voltear el marcador para conseguir la mayor ventaja del partido justo antes del descanso (45-34). Pero si algo nos han enseñado estos 'Clásicos' es que no se puede dar nada por sentado hasta que el partido acaba... y aún quedaba mucho por decir.

El momento de la verdad

Tras el descanso, los de Laso trataron de subir revoluciones para recortar las distancias en el marcador y vaya si lo consiguieron. El Madrid mejoró enormemente sus prestaciones en defensa: mucho más sólidos, con cambios de marca más precisos y, sobre todo, metiendo muchas manos en los continuos pases culés, los madridistas consiguieron frenar el ímpetu azulgrana, que daba toda la responsabilidad en ataque a un Mirotic que se encontró con mucha más resistencia en la zona.

Y, por si fuera poco, los blancos empezaron a ver aro de nuevo, especialmente de la mano de Alberto Abalde y Fabián Causeur, aunque también bien escoltados en la zona por un Walter Tavares que también comenzó a aparecer en ataque. El Madrid sacó su mejor versión en defensa y su magia en ataque para voltear un marcador que se antojaba complicado gracias a diez minutos antológicos del equipo blanco, que les ponía por delante antes del momento definitivo (54-60).

Llegó la hora de la verdad, esa en la que los grandes jugadores quieren asumir responsabilidades y donde se juega toda una temporada en diez minutos. Y fue entonces cuando decidió aparecer Llull, para dirigir al Madrid en una de sus mejores versiones de la temporada, con un Vincent Poirier que se hizo dueño y señor de ambos aros. Pero el Barça tampoco se iba a rendir y fue Mirotic quien volvió a tirar de su equipo para, a falta de dos minutos, empatar el choque a 75.

Fue entonces cuando apareció de nuevo Poirier para los blancos. Con cuatro puntos consecutivos, su acción más destacada llegó tras una pérdida suya, que acabó con un brutal tapón del francés en recuperación. A pesar de ello, un triple de Álex Abrines acercó al Barça a uno, pero Llull volvió al mando de las operaciones. Pudo cerrar el partido desde el tiro libre, pero falló el segundo... que lo convirtió en un acierto el rebote de Yabusele, que solo anotó uno. A la desesperada, Mirotic buscó el aro desde su campo sin suerte, lo que dio el triunfo final al Madrid (83-86), que peleará por un nuevo título de Euroliga el próximo sábado ante Anadolu Efes tras una remontada basada en la épica y el coraje.