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El enésimo Clásico en la final coronará al campeón de la Copa del Rey de Granada
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PARTIDO POR TODO LO ALTO

El enésimo Clásico en la final coronará al campeón de la Copa del Rey de Granada

Un espectacular UCAM Murcia se despide del torneo tras poner en apuros al FC Barcelona, mientras que el Real Madrid se encuentra con su mejor versión y no da opciones al Tenerife

Foto: Habrá Clásico en la final de Copa. (EFE/JuanJo Martín)
Habrá Clásico en la final de Copa. (EFE/JuanJo Martín)

Amenazaba la lluvia desde primera hora de la mañana en Granada, con nubarrones grises de los que escapaba el sol en distintos tramos horarios. Pero al aguacero se postergó hasta la noche, y el festín en los enclaves más reconocibles de la ciudad se convirtió en despiporre. La plaza Bibrambla fue un auténtico jolgorio, con Máximus, la animada mascota del Río Breogán acaparando los flashes con sus bailes y su buen rollo. No tardó el guateque en trasladarse a los aledaños de la Catedral, y allí las aficiones, repletas de bombos, platillos y trompetas no dejaron de animar y celebrar la vuelta a la normalidad, con un hermanamiento envidiable en el que no faltaban aficionados de equipos sin representación en la competición, como el Real Betis o el Baskonia, aunque en número, los manresanos y los murcianos ganaron por goleada. La fiesta no paró, y a media tarde los vagones de metro se fueron llenando de entusiastas en dirección al Palacio de Deportes, para presenciar la maravillosa jornada de semifinales que se venía.

Sobre el parqué se cumplió el guion previsto. Real Madrid y FC Barcelona vencieron y se enfrentarán, por enésima vez en lo que va de siglo XXI, en la gran final. Ya en 2001, los culés se llevaron el gato al agua tras siete años de vacío con un imperial Pau Gasol, que acabó de explotar en esa temporada tras el palo que había supuesto para él no haber sido convocado por Lolo Sainz para la selección en Sídney 2000. Ese día también estuvo Sarunas Jasikevicius, hoy en el banquillo catalán, que sostuvo al equipo desde la línea de 6,25. El mundo siguió, y llegó la caída de las Torres Gemelas, la invasión de Irak, la entrada de los tanques de Putin en Georgia o la crisis económica mundial, y las finales entre los colosos siguieron repitiéndose con frecuencia. ¡Hasta España ganó un Mundial! Si bien, un punto de inflexión en los Clásicos de baloncesto es la final de la Copa de 2012, de la que se cumplió el décimo aniversario. Los blancos vapulearon al FC Barcelona en el Palau Sant Jordi, en lo que fue el primero título de la era Laso, como recordaba el técnico vasco ante la prensa en la previa de semifinales de Granada. Ese día cambió la tónica triunfal del equipo que entrenaba Xavi Pascual, y los blancos empezaron con un dominio que se extendió a Europa, con la consecución de la Euroliga por partida doble y dos subcampeonatos.

Foto: El Barça es el máximo favorito para esta Copa. (EFE/Jorge Zapata)

El lazo para tal efeméride habría de llegar con un buen encuentro contra el Lenovo Tenerife, para el pase a la novena final de Copa del Rey consecutiva para Laso y el Madrid. Y así ocurrió. No hubo ninguna posibilidad para los canarios ante la mejor versión de los capitalinos, que tomaron la ventaja en la primera acción del juego y no la perdieron nunca. Un dato que muestra el esfuerzo colectivo es que todos los jugadores anotaron, incluido el retornado Deck, al que se le vio abúlico en sus pocos minutos en cancha, quizás centrado en las Meditaciones de Marco Aurelio y no tanto en el partido. Con la entrada del argentino en liza, Laso dejó fuera de la convocatoria a William-Goss que, pese a todo, disfrutó del espectáculo de su club desde la bancada, moviendo la cabeza al son de la música ante cada parón. Un tipo feliz.

Otra de las claves del incontestable triunfo fue el rol destacado de algunos menos habituales. Trey Thompkins estuvo imperial los minutos que estuvo en pista, y Jeff Taylor encestó cuatro de los cinco triples que tiró, tres de ellos en el primer cuarto, permitiendo que los blancos pusieran tierra de por medio. Thomas Heurtel, que tiene más clase que un instituto, volvió a dar otro clinic con doce puntos y siete asistencias, y Abalde continúa con su gran torneo: está dejando de ser un Steve Buscemi, un secundario que siempre cumple, para dar un pase decisivo importante y optar a los premios más destacados. Otra gran noticia en este festejo de décimo aniversario para los blancos fue el regreso de Rudy: siempre pitado en los pabellones que visita, estuvo correcto en defensa y ataque. A los insulares les afectó que Shermadini, su gran estrella, se cargase de faltas tan pronto, y Marcelinho volvió a estar demasiado errático, con seis pérdidas de balón que, si se suman a las de cuartos, dan un total de catorce. Así es muy difícil competir contra el líder de la ACB.

Partidazo con final feliz azulgrana

La segunda semifinal fue un auténtico partidazo. El UCAM Murcia plantó cara al favorito prácticamente hasta el final, con tramos arriba en el marcador en la segunda mitad, lo que es absolutamente meritorio si se tiene en cuenta el ingente esfuerzo del club ante el Valencia, en el que algún jugador acabó con ansiedad y varios acalambrados. Pero el cuadro de Sito Alonso parece no tener meta, y solo la madurez y el excepcional trabajo colectivo del FC Barcelona impidió que saltase la sorpresa. En cualquier caso, Thad McFadden, James Webb III, Isaiah Taylor o Emanuel Cate forman parte ya del Valhalla al dejar su impronta en la mejor actuación del Murcia en Copa del Rey en toda su historia. Del último de los citados pocos esperaban una actuación tan destacada. Estudiante de Derecho y conversador en varios idiomas, el rumano, normalmente fuera de los titulares de prensa por sus discretas actuaciones, anotó quince puntos, una quinta parte de los que ha logrado en todo lo que va de temporada desde que esta arrancase en septiembre. Un día espectacular para Cate.

Los murcianos fueron todo corazón y empuje, llegando a desesperar a los baulgranas. Sadiel Rojas, embajador de los paparajotes, desquició a Mirotic, aunque lo cierto es que el montenegrino respondió en los momentos claves del partido, hasta llegar a los quince puntos. Mayor acierto tuvo incluso Laprovittola, que consiguió cuatro tantos más, con ocho de ellos aportados en el fulgurante inicio de su equipo. P­­arecía que, como el Madrid, los catalanes podían marcharse pronto y dejar lista para sentencia la semifinal, pero los de Jasikevicius se enmarañaron en la trampa arácnida murciana. No obstante, el cuento de hadas del UCAM en Granada concluyó con un último cuarto muy serio del Barça, con Kuric sacando la metralleta y anotando tres triples que se incrustaron como una espada en el corazón murciano.

En los días previos al inicio se hablaba de que este torneo podía ser la Copa del Rey de las sorpresas, el momento en que acabar con el bipartidismo merengue-baulgrana que acumula las últimas doce ediciones. Pero no será así, Granada no será el particular 15-M baloncestítico, y la decimotercera irá, de nuevo, a las vitrinas del Palau o del Wizink, desnivelándose el empate a seis títulos conseguidos por ambos clubes en este intervalo de años. Será un espectacular clásico que dará comienzo a las 18:30 de la tarde.

Amenazaba la lluvia desde primera hora de la mañana en Granada, con nubarrones grises de los que escapaba el sol en distintos tramos horarios. Pero al aguacero se postergó hasta la noche, y el festín en los enclaves más reconocibles de la ciudad se convirtió en despiporre. La plaza Bibrambla fue un auténtico jolgorio, con Máximus, la animada mascota del Río Breogán acaparando los flashes con sus bailes y su buen rollo. No tardó el guateque en trasladarse a los aledaños de la Catedral, y allí las aficiones, repletas de bombos, platillos y trompetas no dejaron de animar y celebrar la vuelta a la normalidad, con un hermanamiento envidiable en el que no faltaban aficionados de equipos sin representación en la competición, como el Real Betis o el Baskonia, aunque en número, los manresanos y los murcianos ganaron por goleada. La fiesta no paró, y a media tarde los vagones de metro se fueron llenando de entusiastas en dirección al Palacio de Deportes, para presenciar la maravillosa jornada de semifinales que se venía.

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