Carta de José Manuel Calderón a Kobe Bryant: "Te admiraba no solo como jugador, sino como persona"
La muerte de Kobe ha sido un 'shock' para el mundo del baloncesto. Tuve la oportunidad de enfrentarme a él en muchas ocasiones y de ponerme la camiseta de 'sus' Lakers
El domingo fue un día durísimo para la familia del baloncesto y este lunes continúa siéndolo. Así será durante un tiempo. Del 'shock' a la incredulidad más absoluta. Kobe Bryant nos ha dejado y los que tuvimos la gran suerte de conocerle estamos rotos de dolor. No nos lo podemos creer. Era un icono y una figura única, sobre todo para los jugadores de mi generación, que fantaseábamos con la posibilidad de jugar algún día a su lado. Yo no tuve esa suerte por un año, pero sí defendí la camiseta de sus queridos Lakers y pude enfrentarme a él en innumerables ocasiones. Le respetaba, me respetó. Enorme deportista, muy humano.
Recuerdo muy especialmente el día que metió 81 puntos. Allí estaba yo, enfrente, con los Raptors. Aquel día, resultó imposible pararle, aunque rara vez podías hacerlo. Tenía una amplia variedad de movimientos y una determinación como ningún otro. Su afán competitivo era tremendo, nunca parecía estar del todo satisfecho. En la cancha, no tenía amigos, fuera de ella los tenía a todos. Cercano y tremendamente humilde, siempre hacía la típica broma de hablarte en español. En los Juegos Olímpicos, hemos tenido quizá los duelos más tensos. Admiraba enormemente nuestro juego, porque siempre le hacíamos dar lo mejor de sí. Si yo jugaba bien, no me daba un respiro. A veces le escuchaba decirle a algún compañero de equipo: "Ey, yo me cojo a José", "me lo quedo, que está fino hoy (risas)".
Pau y Kobe fueron hermanos
Con nosotros ha sido muy especial: conmigo, con Ricky... con Pau. Se me eriza la piel. Si yo estas pasadas horas no he podido evitar el llanto, no me quiero ni imaginar cómo estará Pau. Hay que respetar su silencio. Fueron algo más que una de las mejores parejas de la historia de la franquicia, fueron hermanos. Así se llamaban. En España, no sabemos la suerte que tuvimos de verles jugar y ganar dos anillos juntos. Nuestro baloncesto entró en otra dimensión ahí. A Bryant también hay que agradecerle ser parte de nuestra historia.
Cuando entras a formar parte de los Lakers, te das cuenta de lo que representaba para todo el mundo. Ya lo sabes, pero hasta que no te pones esa camiseta no lo ves bien. Dejó una huella imborrable en el corazón de todos los aficionados, pero también en el 'staff' y en las personas más sencillas que forman parte del día a día de la organización. Prácticamente, te hablaban de él cada día. Por Lakers han pasado grandes estrellas y él fue uno de los más queridos por todos. No sé por qué no me extraña. Sigue siendo difícil de digerir.
Yo, como padre de familia y entusiasta del básquet, no podía más que apreciarle
No solo admiré su juego y su capacidad de trabajo, también cómo supo rehacer su vida después de dejar el deporte profesional. Normalmente no es fácil, te entran algunas dudas y una especie de vértigo extraño por lo que vendrá a continuación. Pero él lo tuvo muy claro: su familia, su academia y sus trabajos con la comunidad. Tenía un compromiso sincero con los más pequeños, a los que quería enseñar el camino a través de su propia experiencia. Yo, como padre de familia y entusiasta del básquet, no podía más que apreciarle. Supo dar el paso a un lado en tiempo y forma y reciclarse estupendamente. Era un gran padre.
Al final, ves a tantas personas agradecidas con él, que te das cuenta de que tocó a muchas generaciones más allá de la nuestra. A mí, la noticia me llegó en el cumpleaños de un amigo de mi hijo. Un padre vino y me lo comentó. En ese momento no me lo creí, pero cuando cogí el teléfono y empecé a ver todo lo que se estaba publicando, no pude... Es difícil, aún siento esa sensación, ese golpe durísimo que te toca todas las partes del cuerpo y te deja echo polvo. Ahora, desde mi despacho en Nueva York, en la Asociación Nacional de Jugadores de la NBA (NBPA), de la que formo parte tras anunciar mi adiós en noviembre, decidiremos qué hacer. Tenemos una reunión y valoraremos. Todos te echamos de menos, Kobe.
*José Manuel Calderón trabaja en la actualidad como asistente del director ejecutivo de la Asociación Nacional de Jugadores de la NBA tras 20 años como jugador profesional de baloncesto. Disputó seis temporadas en la ACB y 14 en la NBA.
El domingo fue un día durísimo para la familia del baloncesto y este lunes continúa siéndolo. Así será durante un tiempo. Del 'shock' a la incredulidad más absoluta. Kobe Bryant nos ha dejado y los que tuvimos la gran suerte de conocerle estamos rotos de dolor. No nos lo podemos creer. Era un icono y una figura única, sobre todo para los jugadores de mi generación, que fantaseábamos con la posibilidad de jugar algún día a su lado. Yo no tuve esa suerte por un año, pero sí defendí la camiseta de sus queridos Lakers y pude enfrentarme a él en innumerables ocasiones. Le respetaba, me respetó. Enorme deportista, muy humano.