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La última barrera de Sergio Llull: recuperar la rodilla pasa por su cabeza
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La última barrera de Sergio Llull: recuperar la rodilla pasa por su cabeza

Javier Beirán, que sufrió la misma lesión que Llull a finales de 2016, cuenta cuáles son las sensaciones de un deportista cuando se recupera y empieza a jugar

Foto: Sergio Llull está a punto de reaparecer. (EFE)
Sergio Llull está a punto de reaparecer. (EFE)

La última barrera que tendrá que superar Sergio Llull está en su cabeza. En el posible miedo que produce la reaparición a la competición tras una grave y larguísima lesión. Javier Beirán conoce esa sensación. El jugador del Iberostar Tenerife estaba en el Pabellón Santiago Martín de La Laguna el 8 de agosto de 2017, el día en que Llull se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. "Cuando escuché el grito me temí lo peor. Y viendo su cara me quedé un poco de piedra. Creo que hay alguna foto por ahí y mi cara era un poema. Con cualquiera me hubiera pasado, pero Sergi (Llull) también es un referente en la selección, en el Madrid, con la temporada que había hecho. Cuando le vi me recordó a todo lo que había pasado; yo también me quedé en el suelo. Y pensé: esto pinta mal", recuerda.

En ese momento, Beirán enfilaba la recta final de su recuperación, que había comenzado ocho meses antes tras sufrir la misma lesión en la misma cancha. Por eso podía intuir lo que sentía Llull tumbado sobre ese mismo parqué e imaginaba lo que le esperaba si se confirmaban las peores previsiones. También sabe cuál es el proceso de rehabilitación que ha tenido que pasar, no solo porque el madridista lo haya ido mostrando en las redes sociales, sino porque él ha pasado por ahí. Y también tiene una buena idea de lo que sentirá cuando reaparezca. La semana pasada, Pablo Laso dijo que la reaparición del balear era cuestión de días.

"La vuelta es complicada", dice Beirán. "Sigues trabajando la pierna mucho más de lo que lo hacías antes. Es verdad que tienes un poco de miedo, aunque no lo creas. Sinceramente, me veía muy bien, más fuerte que antes. Había trabajado las piernas como nunca lo había hecho. Y me veía más fuerte. Pero al final, tu subconsciente y todo el tiempo que llevas parado hacen que todavía al principio no juegues igual. Yo lo notaba. A veces me daba más miedo entrar por la izquierda porque el último apoyo era con mi pierna la derecha, la que me lesioné. Y no me metía igual en un rebote con cuatro jugadores porque ahí no sabes cómo caes. Pero las piernas ya las tienes fuertes y sigues trabajando a un nivel alto los 'isquios', cuádriceps, gemelos.. Todo lo que rodea a la rodilla. Y eso te hace tener confianza en que eso no va a fallar".

placeholder Javier Beirán debutó con la selección española de baloncesto en febrero. (EFE)
Javier Beirán debutó con la selección española de baloncesto en febrero. (EFE)

La gestión del miedo

"Te quitas el miedo jugando y entrenando", continúa Beirán. "La primera vez que te caes al suelo, a lo mejor no lo piensas, pero sí que te viene bien. Te das cuenta de que no pasa nada y de que todo sigue bien, porque al final estás más fuerte que antes". El alero, que debutó en febrero con la selección absoluta, cree que el jugador suele sentirse tan fuerte que no hay sitio para pensamientos negativos.

"Creo que en mi primer partido metí 15 puntos. Pero me quedaba trabajo por hacer, que pasaran semanas entrenando. Y había entrenado con mis compañeros casi dos meses. No tenía miedo a jugar, no es que no quisiera jugar por si me pasaba algo. Sabía que no me iba a lesionar, esa era mi mentalidad. Pero inconscientemente, analizando el partido o a través de gente que te conoce y que te ha visto jugar mucho, ves que ahí entraste a pie cambiado o que no te metiste a ese rebote como te metías antes. Y tú puedes pensar que ha sido casualidad o que lleva un proceso de adaptación que es normal".

La recuperación suele traer consigo nuevas rutinas. El jugador que se lesiona no es igual al que se recupera. No es que su juego cambie, aunque en algunos casos las secuelas obligan ello, sino a la preparación y a la prevención. Con una lesión se aprende a evitar otra, o al menos a hacer todo lo posible para evitarla. "Ahora todos los días hago un calentamiento especial que antes no hacía y trabajo más en el gimnasio para que no me pase. Me he mentalizado y lo voy a hacer hasta que me retire, porque me viene bien no solo para la rodilla, sino para todo el cuerpo", explica.

placeholder Sergio Llull se lesionó el 8 de agosto de 2017 en un amistoso de la selección española. (EFE)
Sergio Llull se lesionó el 8 de agosto de 2017 en un amistoso de la selección española. (EFE)

La excusa de la lesión para lo bueno y lo malo

"La fuerza de voluntad es importante. No todos somos iguales. Todos lo superamos, pero unos lo hacen mejor que otros. Dentro de lo malo, esto me ha venido bien. Me he quedado un año sin jugar, un año muy bueno, pero me ha venido bien en madurez, en tiempo para mí, para pensar y mejorar físicamente. Con 30 años, que ojalá sea la mitad de mi carrera, ahora que los jugadores juegan más años. Esa personalidad que muestra Sergi seguro que ha sido importante para llevarlo mejor".

Cuando debute, a Llull se le mirará con lupa. Pasa con todos los jugadores que regresan tras una grave lesión, pero en su caso el examen será aún mayor por jugar en el Madrid. Beirán ha descubierto que la lesión se convierte en la excusa para todo: si ha jugado mal será por la lesión; si lo ha hecho bien, qué sorpresa, si hace poco que volvió. "Siempre alguien te saca el tema. 'Ya estás bien', me dice ahora. No, llevo cuatro o cinco meses muy bien. Otra cosa es que no juegue lo que yo quiera o que no me salgan las cosas, pero estoy bien. Ahora está eso de excusa para bien o para mal, y es algo con lo que tienes que vivir y que acabas olvidando. La rodilla no es excusa ya. Si lo fuera, lo diría. Pero hay que estar preparado para que te pregunten. A Sergi, cuando vuelva, le preguntarán. Pero su rodilla será la misma cuando juegue bien que cuando juegue mal", dice Beirán.

"Ganas infinitas, pero prisa ninguna"

"Hay prisas para que vuelvas desde el club, desde los aficionados, desde los periodistas, desde muchos ámbitos", amplía. En el caso de Llull, que ha permitido con vídeos y fotos que todos pudieran ver cómo iba mejorando, la expectativa es alta desde hace varios meses. Sin embargo, cuenta Beirán, el madridista ha tenido claro que los plazos eran irrenunciables. "Noté a Sergi muy mentalizado de lo que le esperaba. Y así es como lo ha ido enfocando. En febrero nos vimos en la Copa, cuando se hablaba de su reaparición, y él tenía claro que le quedaban un par de meses. Al principio se decía que iba a volver en cinco o seis meses, pero ha tenido muy claro que lo principal era estar bien y recuperarse. No hay prisa. Le quedan muchos años".

Él sabe de lo que habla. A principios del verano pasado fue incluido por Sergio Scariolo en una de las dos convocatorias pervias al EuroBasket, pero renunció para terminar su recuperación y llegar físicamente al 100% a la pretemporada con el Iberostar Tenerife. Beirán prefirió no arriesgar, como parece que está haciendo Llull. Ya han pasado más de ocho meses desde su lesión. Al madridista le receta cautela: "Si no llega a este año, llegará al siguiente. Hay que estar bien, creo que es lo que ha hecho. Estoy seguro de que tiene unas ganas infinitas de volver, pero prisa ninguna".

"No creo que vuelva al 100%, por lo que te digo de los aspectos mentales. Pero quizá sí. Mi primer partido de liga fue de los mejores, pero eso no significaba que estuviera al 100%. Pero tienes más puntería, te cuadran mejor las cosas y estás más motivado. Se te pasan muchas emociones por la cabeza, porque al final llevas mucho tiempo solo. Casi siempre solo, con un preparador físico, un entrenador o lo que sea, pero dejas de compartir con el equipo y eso es duro. Porque estás acostumbrado a estar con compañeros y amigos. Y estar solo se te hace muy duro". Por suerte, todo acaba. También esos momentos malos.

La última barrera que tendrá que superar Sergio Llull está en su cabeza. En el posible miedo que produce la reaparición a la competición tras una grave y larguísima lesión. Javier Beirán conoce esa sensación. El jugador del Iberostar Tenerife estaba en el Pabellón Santiago Martín de La Laguna el 8 de agosto de 2017, el día en que Llull se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. "Cuando escuché el grito me temí lo peor. Y viendo su cara me quedé un poco de piedra. Creo que hay alguna foto por ahí y mi cara era un poema. Con cualquiera me hubiera pasado, pero Sergi (Llull) también es un referente en la selección, en el Madrid, con la temporada que había hecho. Cuando le vi me recordó a todo lo que había pasado; yo también me quedé en el suelo. Y pensé: esto pinta mal", recuerda.

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