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Así se consigue el lanzamiento perfecto desde el tiro libre (según la ciencia)
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SEGÚN LA UNIVERSIDAD DE CAROLINA DEL NORTE

Así se consigue el lanzamiento perfecto desde el tiro libre (según la ciencia)

El tiro libre es una suerte que no muchos jugadores son capaces de dominar: lo que quizá no sabes es que la ciencia ha llevado a cabo un estudio para intenatr comprender la dinámica

Foto: Los tiros libres, una suerte que tiene mucho peso para la ciencia. (Reuters)
Los tiros libres, una suerte que tiene mucho peso para la ciencia. (Reuters)

Chris Dudley bota el balón varias veces desde el tiro libre: mira a canasta y respira hondo. En el público empiezan a escucharse murmullos y el jugador de los New Jersey Nets vuelve a fallar. Aunque todavía no lo sabe, el pívot formado en la universidad de Yale acaba de hacer historia negativa en la NBA: ha batido el récord de tiros libres fallados en un mismo partido, fallando 17 de 18 intentos frente a los Pacers (1990). Poco después, un estudio científico quiso impedir que esto se repitiera.

Fue a raíz de este partido por lo que varios científicos de la Universidad de Carolina del Norte decidieron llevar a cabo un análisis en profundidad para tratar de descubrir cómo se puede hacer el tiro libre perfecto. Para ello, estuvieron estudiando durante más de cinco años todos tipo de variables que entran en juego en un lanzamiento para tratar de encontrar la clave, en una aproximación para tratar de ayudar a los jugadores a mejorar la mecánica a la hora de ejecutar una práctica habitual.

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Para ello, tomaron en cuenta factores como la altura del jugador, la potencia del lanzamiento, el giro de balón, el ángulo de salida... Tras estudiar miles de lanzamientos de jugadores profesionales, los científicos llegaron a varias conclusiones matemáticas sobre el tiro libre perfecto. El estudio parte de la base de buscar la canasta limpia, esa que no toque aro y ni tablero para evitar que varíe la trayectoria dada al balón por el jugador, pues estos cambios tras impacto son impredecibles.

Potencia y velocidad constante

De esta manera, el primer punto a tener en cuenta según el estudio tiene que ver con la fuerza con la que lancemos el balón. En definitiva, es la verdadera clave de toda la mecánica de lanzamiento. Los resultados del estudio determinan que calcular una velocidad no tendría sentido, pues un lanzamiento puede ser perfecto tanto a velocidad máximo como a mínima. Lo que de verdad importa es que tenga la potencia suficiente para llegar al aro y que la velocidad siempre sea constante.

Además de evitar los movimientos bruscos en el lanzamiento, es importante la frecuencia de giro de balón. El análisis matemático confirma que la ideal es de tres hercios o, lo que es lo mismo, que en el segundo que el balón tarda en llegar a la canasta sea capaz de dar tres vueltas enteras sobre sí mismo. De igual manera, es igual de inútil darle más o menos efecto al balón, pues no siendo de 3 Hz/Seg el lanzamiento no se encontraría dentro de la gama de los denominados 'perfectos'.

En cuanto a la altura a la que se debe de realizar el tiro libre, los expertos llegaron a la conclusión que lo ideal es que el balón se encuentre a unos 2,10 metros en el momento de partir de las manos, aunque aquí la parte importante radica en el ángulo de salida, que debería de ser de 52 grados. Ambos patrones, sumados a la fuerza y a la frecuencia de giro, permitirían que el balón llegara al aro con una velocidad mínima, permitiendo que anotar sea más sencillo.

Por último, el estudio asegura que el lugar perfecto al que apuntar es exactamente la parte del soporte que une el aro con el tablero. Pero las matemáticas sí se equivocan en algo: según los números, cuanto más alto es el jugador, más probabilidad de éxito tiene. Entonces, ¿por qué los más pequeños son los mejores desde el tiro libre? Los científicos creen tener la respuesta a esta situación: deben de compensar la falta de altura con más trabajo, lo que les lleva al éxito.

Chris Dudley bota el balón varias veces desde el tiro libre: mira a canasta y respira hondo. En el público empiezan a escucharse murmullos y el jugador de los New Jersey Nets vuelve a fallar. Aunque todavía no lo sabe, el pívot formado en la universidad de Yale acaba de hacer historia negativa en la NBA: ha batido el récord de tiros libres fallados en un mismo partido, fallando 17 de 18 intentos frente a los Pacers (1990). Poco después, un estudio científico quiso impedir que esto se repitiera.

Estudio científico
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