La idea de Aíto García Reneses para crear una liga universitaria de baloncesto

No conviene que Aíto García Reneses esté demasiado tiempo sin entrenar, por varias razones. Es un desperdicio que un técnico de su talla no esté en un banquillo. Y con tanto tiempo libre le da por pensar, y puede acabar poniendo patas arriba el baloncesto español si se lo propone. "Un año en el que no entrenas tienes tiempo para hacer cosas", dice el técnico madrileño, sin equipo desde que dejara el Gran Canaria el pasado verano.

Esta temporada la ha aprovechado para descansar, ver partidos, colaborar con el Estudiantes y poner en marcha su fundación. También para perfilar una idea a la que llevaba años dándole vueltas, pero que hasta ahora no había podido impulsar: crear una liga universitaria de baloncesto. El plan todavía está en su fase inicial, pero Aíto es optimista. El próximo 22 junio se celebrará un simposio en Barcelona al que asistirán representantes de todos los estamentos del baloncesto para discutir públicamente lo que llevan hablando meses en privado, con el técnico madrileño como principal intercolutor.

"Hace varios años que inicié el tema. Pienso que es conveniente, porque es bueno, desde el punto de vista del jugador, que se forme personalmente y no solo juegue al baloncesto. En ese sentido sería una buena mezcla: una liga universitaria con jugadores que además estudien", explica Aíto en conversación telefónica con El Confidencial.

"Cualquier cosa que sea novedosa no es fácil de hacer. Pero impulsarlo para mí ya es suficiente. Y para ello he hablado con gente de baloncesto —ACB, entrenadores, jugadores, directivos—, del ámbito universitario —rectores, gente que se dedica al deporte en la univesidad— y con la administración del Estado, que también está informada de todo este asunto. Hemos tocado todos los palos y todos están interesados", comenta el entrenador.

El problema de la transición al profesionalismo

La idea nace del diagnóstico de unos de los grandes problemas del baloncesto español: la dificultad de la transición de la categoría júnior al profesionalismo. Hay un período crítico en la formación, entre los 18 y 22 años, señala Aíto, en el que muchos jugadores se quedan estancados. En la mayoría de los casos no por falta de cualidades, sino porque todavía no están preparados para rendir al primer nivel, pero ya no pueden seguir formándose.

"Nuestro nivel cada vez es más alto, y solamente los superdotados pueden tener la oportunidad que han tenido jugadores como Ricky (Rubio) o Rudy (Fernández), que llegan y enseguida triunfan. Eso no es tan fácil. Algunos jugadores necesitan más tiempo, como por ejemplo Sergio Llull. Eso es lo normal. Y no hablemos de los jugadores altos, que necesitan más tiempo para desarrollarse y cuando terminan la etapa júnior no están capacitados, en su mayoría, para jugar en profesionales. Por tanto, ese nivel intermedio les viene bien en todos los sentidos", analiza.

Al mismo problema del que habla Aíto intenta buscar una solución la Federación Española de Baloncesto (FEB), que este mes anunció un cambio en sus prioridades, orientadas ahora más hacia la formación de jugadores para las selecciones absolutas que hacia la consecución de títulos. Sergio Scariolo, seleccionador absoluto masculino y nuevo coordinador técnico de la federación, "está entusiamado con la idea de una liga universitaria", dice Aíto, que coincidió el italiano en la reciente Final Four de la Euroliga.

Los dos comparten diagnóstico: la competición ha arrinconado a la formación. "Ocurre con nuestros equipos cadetes, juveniles, sub-22... tanto en la federación como en los clubes. No quiero decir que no se aspire a ganar, pero yo aquí trato de convencer a la gente de que tanto en sénior, donde se puede seguir mejorando aunque tengas 35 años, como en jóvenes lo que hay que hacer es formar. Y formando puedes ganar. Pero no formar buscando un resultado a corto plazo, porque eso perjudica el futuro", dice.

Su idea es novedosa por la intención de implicar a las universidades, pero si sale adelante, no será la primera competición pensada para jugadores de ese grupo de edad que se crea en España. Entre 2005 y 2009 se disputó el Circuito sub-20, un torneo organizado por la ACB y la FEB que tenía como objetivo dar una alternativa competitiva en esa etapa tan crítica de la formación de un jugador. Por ahí pasaron Llull, Mirotic, Ibaka, Aguilar, Beirán, Tomàs, etc.

"Sergio Scariolo está entusiasmado con la idea de una liga universitaria", dice Aíto García Reneses

Alianza entre clubes y universidades

Es obvio que las competiciones universitarias de Estados Unidos son el ejemplo en el que se ha fijado Aíto para lanzar su proyecto, pero su intención no es copiar el modelo, entre otras cosas porque es imposible. En España, y en el resto de Europa, el deporte descansa sobre los clubes y no sobre las instituciones educativas. Por eso la idea es proponer una alianza. "La primera idea es que los equipos vinculados a los clubes de ACB, en vez de estar en EBA o en LEB, estén en la liga universitaria. Eso no excluye que pueda haber alguna univesidad que lo quiera hacer por su cuenta", explica Aíto.

"Lo ideal es que sea amateur, aunque las normas las fijaríamos entre todos los intereses que pueda haber, llegando a acuerdos con universidades, federación, clubes, ACB, jugadores, entrenadores... Está un poco abierto a ver qué opina todo el mundo. Pero ya la propia definición que he hecho, que es una transición del baloncesto júnior al profesional, define bastante que no será profesional, sino una competición formativa", continúa el madrileño, que confirma que ya "hay muchas universidades favorables a integrarse en un proyecto de este tipo". En España ya hay competiciones deportivas universitarias, pero de un nivel bastante bajo.

Hay aspectos importantes todavía por definir, como las becas. En Estados Unidos, el sistema de becas deportivas está mucho más desarrollado que aquí. "La sensación que tengo después de los contactos que he tenido con las universidades es muy positiva, porque les inteersa y creo que facilitarían muchísimo todo el tema de estudios de esos jugadores", apunta el exseleccionador nacional, que cree que una buena liga universitaria "tendría una atractivo para las televisiones y las marcas comerciales".

Aíto es consciente de los problemas del sistema americano —"las universidades ganan dinero y los jugadores lo ven pasar por delante", dice—, pero considera que no son trasladables aquí. "En Estados Unidos, el baloncesto univesitario está muy desarrollado y en Europa no lo tiene nadie. Si nosotros somos los primeros, no podemos estar pensando en cuál es el problema actual que existe allí. No debemos dejar volar la imaginación, sino iniciar el tema aquí de la mejor forma posible para los intereses de nuestro baloncesto", dice. Opina lo mismo cuando se le pregunta por una posible expansión a otros países. "Pretendemos que esto se plasme en la realidad, y luego ya será momento de plantear si esto se extiende a otros países, divisiones o por supuesto hacia el baloncesto femenino".

Aíto lo ha ganado casi todo, pero su gran legado tras más de 50 años en el baloncesto no son sus títulos, sino su faceta de formador e innovador, reflejada en la idea de la liga universitaria, de la que está convencido. "Si nosotros conseguimos hacer aquí lo que estamos proponiendo, no habrá ni color sobre la posibilidad de la mejora de los jugadores", afirma comparando lo que tiene en mente con lo que sucede ahora mismo en las universidades americanas, adonde cada vez se van más jugadores españoles.

Para que salga adelante su plan va a tener que poner de acuerdo a todo baloncesto español, a la gresca desde hace algún tiempo. Pero si hay alguien que pueda hacerlo, ese es Aíto.