Alfonso Cabeza: "En la FEB hay guerras internas; nadie se lleva bien con nadie"

El próximo 9 de julio se celebran elecciones a la presidencia de la Federación Española de Baloncesto. Tras doce años, el baloncesto español cambiará de cara. José Luis Sáez decidió pedir un adelanto y no presentarse tras verse envuelto en un escándalo por presuntos gastos irregulares. Uno de los que aspira a sucederle es el abogado, empresario y presidente del Rivas Ecopólis, Alfonso Cabeza, hijo del expresidente del Atlético de Madrid. Junto a él, como hombres fuertes de su candidatura, Germán Monje, presidente de la federación vizcaína, y Pepu Hernández, que tendrá un lugar en la junta directiva.

Cabeza presume de haber tocado todos los palos del baloncesto excepto el de los árbitros. "Empecé a jugar a los 8 años y soy entrenador desde los 12", dice. En su programa asegura que quiere desterrar "las malas prácticas" de la FEB, pero avisa de que no pretende llevar a cabo ninguna revolución. "No venimos con ánimo de limpiar nada ni de cargarnos a todos. Es más modo de gestión que personas", explica. Se presenta con un perfil de gestor, algo que cree que no tienen los otros dos candidatos, y apuesta por el diálogo para solucionar los problemas que afectan al baloncesto español.

Pregunta. La suya ha sido una candidatura en la sombra, la última en llegar.

Respuesta. Sí, pero es que aquí votan 120 personas en una asamblea. Y supongo que la mayoría me conoce. A nosotros nos gusta dar los pasos despacito y seguros. Queríamos saber lo que nos íbamos a encontrar y los apoyos que teníamos. Y cuando vimos que los teníamos y entendimos que nos podían dar la victoria, o acercarnos a ella, pues dimos el paso adelante.

R. Regenerarla, cambiarla. Hace falta transparencia y profesionalidad. Creo que hay que cambiar muchas cosas. Se ha hecho una razonable buena gestión deportiva y una razonable mala gestión en el resto de las cosas. No se han gestionado bien los patrocinios ni el tema económico. Y lo que más me preocupa, y seguramente no sea ni culpa de Pepe Sáez, al que tengo aprecio, es que nos hemos encontrado con unas guerras internas que llaman muchísimo la atención. No se lleva bien nadie con nadie en la federación. Ahora entiendo por qué la situación está tan rota. Cada uno tira para su lado y a nadie le preocupa el concepto baloncesto: a unos les preocupan los clubes, a otros los jugadores, a otros su territorial pequeña o más grande, si tienen más o menos poder... Todo menos el baloncesto.

P. ¿Ese es un problema exclusivo de la federación o se extiende al resto del baloncesto español?

R. Dentro y fuera. El problema de estar tantos años en un sitio es que creas un clientelismo y unas amistades y unas fobias que son difíciles de salvar. No dentro de la federación, sino globalmente. Es difícil unificarlo. Leí unas declaraciones de uno de los candidatos (ndr: Arturo Aguado) que dijo que el vicepresidente, que lleva ocho años con Sáez, no pinta nada. ¿Esa es la definición que tenemos de baloncesto? ¿El vicepresidente no pinta nada? Quien conoce a Juan Martín Caño sabe que no está en ningún sitio en el que no pinte nada. ¿Pepe Sáez hacía todo? No, seamos serios.

"Todas las gestiones tienen sombras y luces", dice Cabeza cuando se le pregunta por la etapa de Sáez al frente la FEB, que acabará con las elecciones. El todavía presidente fue expedientado por el Tribunal Administrativo del Deporte por una supuesta imputación de gastos particulares a la federación, un escándalo que estalló a finales del año pasado y que provocó el adelanto de los comicios. Cabeza prefiere mirar al futuro y a los sucedido en los últimos meses. "El problema del presidente que entre el 10 de julio no es el día 9, sino el 31, cuando hay que pagar las primeras nóminas. Lo que haya antes... Está en el Consejo Superior de Deportes, que lo juzgará".

P. ¿Cómo quiere regenerar la federación?

R. Primero, convocando un congreso inmediatamente después de ganar en el que todos opinemos a dónde queremos ir. Que salga de ahí un Plan Director para los próximos cuatro u ocho años que nos marque el camino. Evidentemente hay que cambiar las competiciones. Nos encontramos con una competición profesional cerrada donde es imposible subir y prácticamenmte imposible bajar. A nivel de objetivos del baloncesto FEB, si no hay posibilidades de subir no tiene sentido una competición. También con una liga femenina que ha pasado de ser un gran torneo hace seis años a uno amateur o semiamateur. Todo eso hay que mejorarlo. Pepe hizo una cosa bien: aprovechó una generación irrepetible, a la que nunca estaremos lo suficientemente agradecidos, para poner el baloncesto arriba, pero solo puso arriba la parte profesional, el resto nos quedamos abajo, sin patrocinios estables, sin visibilidad... Todo eso no lo voy a cambiar yo solo, lo va a cambiar el baloncesto.

P. ¿Y cómo se conectan esos dos niveles?

R. Buscando patrocinios y recibiendo ayuda desde la federación. La FEB tiene que poner todos los medios para que los patrocinadores vean el baloncesto como un deporte superatractivo, que lo es. Pero si el dinero solo llega a los clubes o a los jugadores de arriba, es imposible. En el Mundial de 2014 que se celebró aquí se movieron unos 40 millones, con un beneficio de 4,5, pero a los equipos y a las territoriales no les llegó prácticamente nada. Si de esos 4,5 se hubiera dedicado una parte a la Liga Femenina para conseguir que hubiera una televisión estable, hubiera atraído patrocinadores y dinero, y en vez de estar todas nuestras buenas jugadoras jugando fuera, estarían aquí.

P. Lleva en su candidatura a Pepu Hernández. ¿Qué papel va a desempeñar?

R. Va a asesorarme. Le conozco desde que tenía 10 o 12 años y es de los tipos más honestos y de los que habla más claro. Pepu lo que me dijo fue que quiere que lo escuchen, y yo desde luego voy a hacerlo. De baloncesto, de educción y de trato a jugadores es difícil encontrar a alguien con más experiencia. Y luego el baloncesto español tiene una deuda con él. Creo que Pepe Sáez no se portó bien con él. Me parece una persona básica en el baloncesto español.

P. ¿Por qué dijo en la presentación de la candidatura que solo ustedes son capaces de manejar una deuda de cinco millones?

R. Porque de los otros dos candidatos, una es una persona que dice que los vicepresidentes no pintan nada y que es un abogado de Bilbao que lleva pleitos, sin experiencia empresarial. Y la otra persona es Jorge Garbajosa, que a mí me parece un tío espléndido, un activo que me encantaría que estuviera con nosotros, pero que es un exjugador de baloncesto. Quien gane se va a encontrar ciento y pico empleados, veintipico millones de presupuesto y cinco de déficit, y en mi candidatura somos gente profesional: yo tengo una empresa de 200 personas con un presupuesto de 8 o 9 millones de euros. Germán Monje tiene una empresa similar. Estamos acostumbrados a lidiar con eso. Si vas a un quirófano querrás que te opere un cirujano, no alguien que se esté formando o que no haya entrado nunca en uno.

P. ¿No se corre el peligro de despegar la FEB de la gente del baloncesto?

R. No. Hace unos días me preguntaron que quién me gustaba de seleccionador. Y yo contesté que eso lo decidirán los técnicos. De lo que yo sé es de gestión. En la parte deportiva decidirán nuestros técnicos, que para eso están y que saben mucho más que yo.

P. Dijo Arturo Aguado, en una entrevista a 'Mundo Deportivo', que no sabe a quién representa usted.

R. Sí, dijo que éramos retales. Pues Germán Monje es un retal que le puso a él de presidente en la vasca. Lo que no sé es a quién representa él. Representa a una persona que viene de la catalana que dice que si no tiene puestos se sale de España y hace una competición nueva; a un presidente de la madrileña del que dice que no pinta nada... Yo lo que quiero saber es su experiencia en la gestión, cómo va a afrontar una deuda de cinco millones. Me gustaría que me lo contara.

P. En los últimos años, FEB y ACB van cada una por su lado mientras los problemas siguen sin resolverse. ¿Qué va a hacer con eso?

No puede haber un canon que impida subir e impida bajar, porque se pierde el concepto de competición

R. Ya he tenido tres reuniones con Francisco Roca (presidente de la ACB). Estará en mi junta directiva, igual que Alfonso Reyes. Bueno, no ellos, sino representantes de la ACB y la ABP (asociación de jugadores). También quiero a alguien de la Liga Femnina, de los árbitros... Y ahí hablaremos. Hay muchas interconexiones que hay que arreglar, y unas veces tendrán que ceder ellos y otras nosotros. Si no nos sentamos, la solución es imposible.

P. ¿Qué opina del canon?

R. Que hay que bajarlo al mínimo. No puede haber un canon que impida subir e impida bajar, porque se pierde el concepto de competición. Una cosa es que se ponga un canon admisible y que luego pidas unas instalaciones mínimas, por una cuestión de imagen, y otra cosa es que sea inaccesible y que sea un coto cerrado.

P. ¿Cómo se resuelve el conflico entre FIBA y Euroliga?

R. Si lo supiera, tendría ya la resolución. Lo que sí sé es que si nos sentáramos, intentaríamos avanzar. Ya he estado con Francisco Roca hablando de esto. Y entiendo que habrá que sentarse con Jordi Bertomeu. Tienen que entender todos que esto no solo es un negocio, es un deporte. Estuve en un desayuno de Bertomeu hace dos meses, y me parece que tiene el negocio muy bien montado. Pero para que lleguen a jugar esos profesionales tiene que haber una estructura por debajo. Tendrán que darse cuenta de que tenemos que potenciar todo. Que vaya bien el baloncesto FEB y el de cantera, antes o después va a repercutir positivamente en la Euroliga y la FIBA. Tendremos que meternos en una habitación y darnos de golpes hasta que lleguemos a un acuerdo. A mí la política de la amenaza siempre me ha parecido un error. Y lo último de la FIBA no lo entendí muy bien. Falta diálogo. Cuando las poturas están tan viciadas, o se rompe todo o se cambian los negociadores. Y es momento de cambiar.