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Un 'crowdfunding' para salvar el alma de la Penya
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campaña que busca fondos para la cantera del joventut

Un 'crowdfunding' para salvar el alma de la Penya

"No podemos retener el talento. Hay clubes que tienen más recursos y ofrecen más posibilidades tanto económicas como deportivas para el jugador", explica Jordi Villacampa, presidente del club

Foto: Los jugadores del primer equipo apoyan la campaña (Foto: FIATC Joventut)
Los jugadores del primer equipo apoyan la campaña (Foto: FIATC Joventut)

En la selección que se proclamó campeona de Europa hace apenas una semana no había ningún jugador del FIATC Joventut, pero su cantera era, junto a la del Real Madrid, la más representada. Rudy Fernández, Pau Ribas y Guillem Vives se formaron en las categorías inferiores de la Penya, debutaron con el primer equipo y (los dos primeros) ganaron títulos en Badalona. Son solo tres entre todos los jugadores que han salido de la cantera badalonesa desde la fundación del club en 1930. Ese modelo de cantera, cada vez más escaso en el deporte profesional, es lo que quiere salvar el Joventut.

Bajo el lema 'We believe in Basketball, we save #joventutmodel', el club verdinegro lanzó una campaña el 3 de septiembre para recaudar 125.000 euros. En ella han participado exjugadores, deportistas y distintas personalidades más o menos relacionadas con el Joventut, pero todas dispuestas a apoyar una estructura que traspasa lo deportivo y que lleva décadas alimentando al baloncesto español. "El momento no es trascendental", explica el presidente del club Jordi Villacampa, en una entrevista con este periódico. "La campaña es para sensibilizar, para que la gente entienda la situación", añade. De momento, han recaudado unos 25.000 euros, pero aún quedan 36 días para donar.

La inversión se reduce a la mitad en siete años

Los 125.000 euros que la Penya pide son, apróximadamente, el 30% de lo que gastará en 2015 en su cantera, unos 400.000 euros. Esa cantidad es la mitad de los 800.000 gastados en 2008, cuenta Villacampa. "Nos vamos diluyendo. Por eso, más que llegar a esta cifra, que no es trascendental para sobrevivir, lo hacemos para remover conciencias y para pensar en los clubes que formamos, que nos encontramos un poco desprotegidos. Los jugadores cada vez se van más rápido, más jóvenes y menos formados", explica Villacampa.

El último en hacerlo ha sido Álex Suárez, que fichó en verano por el Real Madrid, pero jugará esta temporada cedido en el Dominion Bilbao Basket. El ala-pívot de Mahón es un ejemplo claro de lo que dice Villacampa: es un buen proyecto de jugador, pero todavía no se ha asentado en la élite. La temporada pasada promedió 4,8 puntos y 1,9 rebotes en 11 minutos de juego. En otro tiempo no habría salido del Joventut tan pronto. "No podemos retener el talento. Hay clubes que tienen más recursos y ofrecen más posibilidades tanto económicas como deportivas para el jugador. Lo entendemos", dice Villacampa, que explica que, a diferencia de la otras entidades, el Joventut mantuvo separada la estructura formativa de la profesional. "Muchos clubes sólo son SAD. Acostumbran a no tener canteras o tienen canteras muy poco productivas y lo que hacen es comprar. Nosotros somos un club en el que formamos y después tenemos que vender por nuestra situación".

Los jugadores cada vez se van más rápido, más jóvenes y menos formados

Eso tiene un problema: el club, el que se dedica a formar, no genera recursos propios suficientes para cubrir sus gastos, y ha sido el equipo profesional el que ha tenido que prestarle dinero para sostener la cantera. Una parte de lo ingresado por algunos jugadores va a las categorías de formación, pero la época de las ventas millonarias ya ha quedado atrás y la situación de la ACB es la que es. "La SAD no puede sostener ya una cosa que no le toca. Hay que buscar ingresos, ser imaginativos, encontrar otro tipo de recursos", explica. Por eso la campaña.

"Te cuestionas si formar sale a cuenta. Hay un intangible, que es que podemos disfrutar de gente que sale de nuestra cantera sin estar en precio de mercado hasta que acaban contrato, más o menos. Pero si cada vez se van más jóvenes... Formar a un chico de estos, como Pau Ribas, Álex Suárez o Guillem Vives, no compensa por las cláusulas de rescisión por las que se van. El negocio no sale. Y es un negocio para reinvertir en la formación. Para formar jugadores hay que tener recursos, no salen espontáneamente", afirma Villacampa.

"Demasiados clubes sólo compran y no forman"

La Penya tiene a unos 400 niños en sus categorías inferiores, 10 de ellos becados por el club. Ese número se va reduciendo, y el motivo es el dinero. "Intentamos buscarlos más de la tierra y menos de lejos, por el coste", reconoce el presidente. Villacampa denuncia la mercantilización del deporte base, con jugadores de 13 o 14 años con representante. "Los agentes ven negocio, los padres ven negocio, todo el mundo ve posibilidades de que su hijo sea una estrella rutilante del baloncesto. Y a veces no es así", explica, y rápidamente aclara: "No quiero decir que cuando no tenían representantes los engañábamos. Todo lo contrario. Ricky (Rubio) está ganando no sé cuántos millones y no tenía representante. Que no se me entienda mal".

"Este año vamos a jugar con siete u ocho jugadores formados en casa. Porque son buenos y para cupos. Por las dos cosas", dice Villacampa, que considera que el jugador de formación está en peligro porque hay pocos clubes que formen. Y para los que hay pide más protección. "Me parece que hay demasiados clubes que solo compran y no forman, y esto al final se va a acabar. En la ACB hay cupos de cuatro para once y cinco para doce, y tenemos algún ejemplo de algún club que no cumple cupos y tiene que fichar a un jugador solo para rellenar. Eso quiere decir que no hay muchos jugadores nacionales", dice.

A pesar de todo, Villacampa está convencido del modelo de la Penya. Él mismo es la prueba de las bondades de ese proyecto: debutó con 16 años en el primer equipo. "Formamos a muchísimos jugadores por el simple hecho de jugar al baloncesto, porque quieren a este deporte y les puede servir para sus vidas. Eso lo hacemos como obra social. No solo formamos a jugadores becados por los que vamos a apostar en un futuro".

El modelo tiene ventajas, como la mayor identificación entre jugadores, afición y club o el ahorro -"tener jugadores tres o cuatro años que seguramente si estuvieran en el mercado valdrían el doble o el triple", apunta-. Y también el inconveniente de que son muchos los que se quedan por el camino y muy pocos los que llegan al primer equipo. "No es fácil formar", dice Villacampa. Pero no tiene dudas: "Al final, si esos 400.000 euros no los inviertiera y los pusiera en el primer equipo, tendría mucho más resultado inmediato, pero no tendría buenos jugadores a largo plazo".

En la selección que se proclamó campeona de Europa hace apenas una semana no había ningún jugador del FIATC Joventut, pero su cantera era, junto a la del Real Madrid, la más representada. Rudy Fernández, Pau Ribas y Guillem Vives se formaron en las categorías inferiores de la Penya, debutaron con el primer equipo y (los dos primeros) ganaron títulos en Badalona. Son solo tres entre todos los jugadores que han salido de la cantera badalonesa desde la fundación del club en 1930. Ese modelo de cantera, cada vez más escaso en el deporte profesional, es lo que quiere salvar el Joventut.

Jordi Villacampa
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