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Salvadores lidera la generación más 'depredadora' del baloncesto español
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LA MVP DEL MUNDIAL ATENDIÓ A 'EL CONFIDENCIAL'

Salvadores lidera la generación más 'depredadora' del baloncesto español

Ángela Salvadores, la MVP del Mundial sub-17 en el que España se llevó la medalla de plata, y Víctor Lapeña, seleccionador, hablaron con 'El Confidencial'

Foto: Salvadores se llevó el MVP (FOTO: FIBA.COM)
Salvadores se llevó el MVP (FOTO: FIBA.COM)

El baloncesto femenino español vive desde hace unos años atrapado en una paradoja. Mientras que la Liga Femenina, máxima competición nacional, se desangra temporada tras temporada por la falta de inversión, las selecciones nacionales, desde la absoluta a la sub-16, no paran de ganar medallas. 33 en la última década, 27 si solo contamos las categorías de formación. La última, la conseguida el pasado domingo en Pilsen (República Checa) por la sub-17, una generación de jugadoras llamadas a marcar una época. De entre todas ellas, la más destacada es Ángela Salvadores, con la que habló El Confidencial a su vuelta de la ciudad checa.

"Ha sido increíble. Cuando hemos llegado había bastante gente. Es importante que la gente haya visto el partido. Y es importante que se preocupe por el baloncesto femenino. No me esperaba esta repercusión", cuenta la escolta leonesa con raíces asturianas. Sus 40 puntos en la final ante Estados Unidos sirvieron para que España estuviera a punto de vencer a la selección más potente del mundo (77-75), lo que enganchó a miles de espectadores a la televisión. "Nos merecíamos que la gente se fijara en nosotras", reclama Salvadores, que da muestras de competitividad y ambición cuando se le cuestiona por su gran partido, que le valió el' MVP': "El partido soñado no fue porque perdimos. Yo salí a jugar como siempre, pero esta vez entraron los tiros. No acabé contenta".

Salvadores se ha convertido en la cara visible de unas jugadoras que comparten varias virtudes. La principal, explica el seleccionador, Víctor Lapeña, en conversación con El Confidencial, la capacidad para aprender."Absorben conocimientos y los ejecutan al instante", cuenta, y añade: "Es un grupo con una frialdad tremenda, con una capacidad de análisis bestial. Son frías y calculadoras". Algo que les sirvió para mantenerse en el encuentro y llegar a los instantes finales con opciones de ganar. A falta de 40 segundos para el final, con 75-71 en el marcador, una jugada preparada para que Maite Cazorla se jugara el triple acabó en canasta, pero los árbitros pitaron falta en ataque. Ahí se acabaron las opciones de España, que llegó a mandar durante varios tramos el partido y se puso con empate a 71 a poco del final.

"Al final fue un pelín injusto", afirma Lapeña, que cuenta que las jugadoras llegaron a la final con muchas ganas de vencer a las americanas, que contaban sus partidos por palizas. "Era un torneo en el que estaban las mejores. Comenzamos un poco precavidos, pero queríamos estar en la lucha. El equipo, poco a poco, ganó solidez. Tras ganar los cuartos con solvencia y ganar en semifinales a las anfitrionas, nos dijimos 'vamos a por las americanas, vamos a comérnoslas'", recuerda.

De las doce jugadoras que viajaron a la República Checa, casi todas ya saben lo que es jugar en la Liga Femenina o la Liga Femenina 2. La crisis ha provocado que los clubes hayan apostado más por el talento de casa -"todas las crisis hacen que haya más creatividad", puntualiza Lapeña-, y eso ha beneficiado a las selecciones inferiores. "Estas jugadoras tienen un bagaje competitivo importante", afirma el seleccionador. Salvadores promedió 15,4 puntos, 4,8 rebotes y 2,2 asistencias en el Segle XXI de la Liga Femenina 2. En ese mismo equipo compartió minutos en cancha con Laia Raventós, Maite Cazorla o María Martiañez. Cecilia Muhate ya ha debutado con el Rivas Ecópolis, campeón de liga; y Naira Cáceres e Iris Junio fueron parte importante en la temporada del Gran Canaria 2014, también en la Liga Femenina. Especialmente llamativo es el caso de Iris Junio, la más joven del grupo (15 años) y la que más experiencia tiene en primera división. "Tienen que seguir marcando una época. Las que ya son unas realidades, como Ángela, Maite e Iris, que no bajen la guardia. Las otras, que sigan mejorando en sus equipos", aconseja Lapeña.

Las comparaciones son casi inevitables. En cuanto una generación consigue triunfar en el baloncesto femenino español, todos se acuerdan de los 'Juniors de Oro', campeones de Europa en Varna 1998 y campeones del mundo uno año más tarde en el Mudial oficioso de Lisboa tras superar en la final a Estados Unidos. De aquel grupo salieron los Gasol, Navarro, Reyes, Calderón y compañía que aún siguen recolectando éxitos. Sin llegar a esos niveles, el baloncesto femenino español estaría satisfecho si de este grupo de jugadoras subcampeonas mundiales sale la próxima Alba Torrens o la siguiente Marta Xargay, jugadoras de la selección absoluta que disputa el Mundial femenino el próximo mes de septiembre.

Lapeña conoce muy bien a este grupo, que ha hecho de la unión la clase de su éxito. "Nos llevamos muy bien y nos apoyamos dentro y fuera de la pista. Nos preocupamos por las demás. Tenemos jugadoras increíbles, las que juegan y las que no. Las que juegan, porque lo hacen genial; y las que no juegan ni un minuto, porque no paran de animar durante el partido. Tenemos jugadoras increíbles", cuenta Salvadores, que fue la más destacada de todas (19,9 puntos, 7,4 rebotes, 3,6 asistencias y 3,7 recuperaciones), pero que siempre pone el colectivo por encima de todo: "Somos un auténtico equipazo".

Su futuro, como el de algunas de sus compañeras, está lejo de España. Cada vez más, la NCAA se está convirtiendo el siguiente paso para estas jugadoras, que ponen los estudios como prioridad ante las dificultades de ganarse la vida jugando al baloncesto. "Lo de irme a Estados Unidos es una opción seria", reconoce Salvadores, a la que todavía le queda un año antes de entrar en la universidad, "es probable que me vaya porque los estudios son algo vital. Allí te dan la oportunidad de compaginar ambas cosas al máximo nivel".

El baloncesto femenino español vive desde hace unos años atrapado en una paradoja. Mientras que la Liga Femenina, máxima competición nacional, se desangra temporada tras temporada por la falta de inversión, las selecciones nacionales, desde la absoluta a la sub-16, no paran de ganar medallas. 33 en la última década, 27 si solo contamos las categorías de formación. La última, la conseguida el pasado domingo en Pilsen (República Checa) por la sub-17, una generación de jugadoras llamadas a marcar una época. De entre todas ellas, la más destacada es Ángela Salvadores, con la que habló El Confidencial a su vuelta de la ciudad checa.

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